El incesto es una de las conductas de violencia sexual intrafamiliar más comunes y menos denunciadas. Se considera según el origen de la palabra del latín incestus, como una acción impura. Se caracteriza por ser una relación sexual entre parientes muy próximos, ascendientes y descendientes y/o hermanos.
En sentido simbólico es unión con la propia base del ser, la cual según Jung permite la individuación. El deseo de incesto que ya en los los pueblos primitivos hubo de ser reprimido por la prohibición, aparece hoy según el psicoanálisis en la fase inicial del desarrollo. Se dirige al progenitor del sexo opuesto, primera persona que conoce el niño o niña. Conjuntamente con este impulso se produce un sentimiento de odio y deseo de muerte contra el progenitor del mismo sexo, resultando la situación de Edipo en el niño y de Electra en la niña.
En el origen de la prohibición del incesto existen varias teorías, de ellas es muy conocida la de Freud. Según esta doctrina psicoanálítica, se presenta consecutivamente al primitivo deseo de incesto del niño pequeño. Ambos deseo y prohibición se sumergen en el inconsciente, coexistiendo también con la prohibición de atentar contra la vida del progenitor de igual sexo. Ambas prohibiciones originan una precoz e intensa conmoción psíquica que es vivida como intensamente dura y frustradora por el niño o niña.
Estas conceptualizaciones de Freud en el sentido de considerar los celos de los hijos hacia el progenitor del sexo opuesto como enamoramiento hacia "el atractivo" que ni la madre ni ella tienen en el caso de la niña hacia el padre, en mi opinión es discutible por cuanto un niño que si tiene ese "atractivo" por ser del mismo sexo que el padre, no ha de buscarlo en la madre que no lo tiene. De aceptar esta opinión freudiana, tendríamos que entender intenciones abiertamente sensuales y deseo sexual en el niño o niña lo cual no creemos posibles en esta etapa de desarrollo, a menos que ya haya sido estimulado de manera precoz en estos menesteres, el deseo sexual no es inconsciente, necesita ser impulsado hacia afuera, y esto sucede ante un estímulo que lo provoque. Establecer una distinción sexual solo por la forma en que se viste la gente, es el único factor que tendría un niño para definir las diferencias sexuales, ya que las personas no andan desnudas hoy y mucho menos pudieron andar así en los tiempos de Segismund Freud.
Tanto el niño como la niña muestran "atracción" o acercamiento al progenitor que compite con ellos, en una etapa en la que aún conserva sus características primarias demandantes y egocéntricas hacia la progenitora, con la intención deliberada de separar a la pareja, acaparar a la madre cuando su padre compite con ellos en el disfrute de las atenciones y el afecto materno. El niño en esta etapa de desarrollo, quiere dormir en la cama de los padres "en medio de la pareja", se abraza al padre si es del sexo femenino, para evitar que su padre alcance a su madre, ella asume ser el escudo que la protege, porque su madre es de ella, no del padre, y el niño igualmente se coloca en medio de ambos por la misma razón de reclamar para él, los afectos de la madre. ¿Qué podría provocar esta conducta en los hijos?
La madre es quien prodiga todas las atenciones a los hijos, ella alimenta, acuna, limpia, ama y da protección visible y de tiempo completo a los hijos y esto es comprobado por los niños en esa edad, contrario al padre que se convierte en "proveedor", no "amador", algo que ellos no entienden a esa edad es el factor económico que sustenta, ellos solo saben de necesidades básicas y de afecto, y mamá es quien los proporciona. Partiendo de esto, la niña que se sabe igual a la madre, no quiere ser igual que él padre como considera Freud, y no se siente inferior a él, no se inhibe, todo lo contrario es avanzada. Por su parte el niño que se sabe igual al padre, sabe que de frente a la madre puede detener al padre con el mismo propósito que la niña, protege a mamá de papá, se sabe igual al padre, por lo que ofrece lo que tiene papá de parecido a él, que la madre reclamaría. Esta conducta en los niños es provocada por el progenitor que se aproxima a la madre.
En todo el proceso, considero que el acercamiento del niño al progenitor, no implica deseo sexual, por cuanto ese desarrollo aun no aparece, ya que está definitivamente ligado al desarrollo hormonal camino a la adolescencia. Le erección del pene en un bebé, es característica fisiológica refleja normal, ante estímulos externos como el toque o tensión normal del pene al despertar, no "deseo sexual".
Considero que los "celos infantiles" hacia el progenitor y que Freud considera atracción física o "enamoramiento", no tienen contenido sexual sino mas bien sentido de propiedad. La actitud de celos se manifestará en dirección al progenitor que primero intente acercamiento afectuoso al otro, ya sea el niño de sexo masculino o femenino. Esta actitud no solo se mostrará en la interacción mutua de los progenitores, sino que se manifestará hacia cualquier persona sin importar el sexo que intente acercamiento a su progenitora.
La opinión de Freud culpando al niño, por sentir el supuesto deseo de incesto con el progenitor del sexo opuesto, cuando en realidad el padre es quien admite y lleva a cabo el mismo, puede ser producto de la posición cultural machista de la época, pues a todas luces en la actualidad el incesto es una clara violación sexual a un menor, llevada a cabo por quien interpreta el acercamiento del niño como una provocación que el adulto no pudo resistir, cuando la intención del hijo es defender a la madre del ataque del padre. La competencia que manifiesta el niño o niña con el padre, por la "propiedad madre" no es de ninguna manera en contra de ella, es contra el padre, ya que este no solo tiene el poder sobre la progenitora sino también sobre él, es lucha por el poder.
En todo caso la hipótesis aquí planteada, brinda además un factor de desarrollo en el aprendizaje por imitación, los niños hacen con los progenitores precisamente lo que estos hacen en presencia de ellos, luego de asumir su identidad como hombre o mujer.
Cuando el incesto se mantiene oculto en el grupo familiar, no es el niño abusado quien lo dispone, es el adulto, admitiendo que no es una conducta apropiada la llevada a cabo. Tanto sabe el adulto que lo comete, que es capaz de proferir amenazas, cuando la víctima exprese incomodidad hacia el hecho, y tanto conoce el adulto el abuso, que refuerza con estímulos materiales como regalos y mucho amor si descubre carencias afectivas en el menor, lo que impulsaría en el niño un acercamiento "voluntario y provocador", para obtener el beneficio particular ya reforzado anteriormente.
Ejemplos confesados en el interior de la terapia:
En muchos casos denunciados el abuelo, padre, o hermano de la víctima eleva para su defensa del ataque sexual incestuoso alegando: "ella me provocó", una aseveración increíblemente ingenua de un adulto culpando a un menor:
"... esa desgraciada me provocó...", un señor de 79 años, responde en el tribunal la acusación de violentar sexualmente a la nieta niña de 5 años. (caso del tribunal penal. S.C., R.D.).
La relación incestuosa se ha convertido en el secreto familiar mejor guardado. Una familia donde uno de sus miembros ha cometido incesto contra otro, se convierte en cómplice del violento hecho que en la mayoría de los casos no es denunciado por verguenza, o porque considera que esa conducta es normal:
"... doctora mi padre hizo eso conmigo hasta que cumplí los 9 años, yo pensaba que eso era normal, también lo hizo con mis hermanos, aunque ninguno hablaba de eso...", son las palabras referidas por un padre emigrante, cuando narraba lo mal que se sentía cuando su esposa que ya conocía la historia, mostró desconfianza hacia él, cuando lo vio tomando en brazos a su hija más pequeña de 4 años, la cual desde que él regresó del viaje a pasar la navidad en familia, quiere estar siempre a su lado y no permitía que él se acercara a su madre, se le ocurrió decirle: "pero tu tienes una nalguita muy fuerte y bonita al tiempo que la tocó dando a la nena un par de nalgadas". Continuó exponiendo: "Yo nunca haría eso a ninguno de mis hijos, yo sufro hasta hoy con mis 45 años, lo que hizo mi padre conmigo, es algo que no le deseo a nadie, me duele mucho que mi esposa haya pensado eso de mi". (caso de la consulta de la Licda Flavia Peguero).
Es decir que el incesto como cualquier otro tipo de violencia permanece en la memoria de quien lo sufre, y de quien lo conoce en el grupo familiar.
El hecho de que la víctima de este tipo de violencia, lo vea como algo normal, es porque existe la probabilidad de que haya sido iniciado a muy temprana edad, probablemente en el momento que lo ubica Freud. Un niño que recibe demostraciones de afecto, como caricias placenteras, reforzantes de por si, que luego van acompañadas de regalos como reforzador material, entenderá ese amor del familiar como bueno para él, y si alguien dentro del grupo no lo advierte, puede ser por la misma razón. Veamos ejemplo:
"... no, fue una amiguita quien me dijo que mi papá no podía hacer eso conmigo, que eso es malo..." declara una jovencita de 13 años, en la terapia, a la pregunta de si no sabía que no estaba bien lo que su padre estaba haciendo con ella. Paciente llevada a consulta por la madre, cuando la joven relató le lo que pasaba por recomendación de la amiga. La madre llorando dice: "... cómo pudo hacer eso, para esa hija él era su adoración... ", el diagnóstico médico arrojó defloración antigua. (caso de consulta de la Licda Flavia Peguero, depart. del adolesc. Hospital).
La conducta incestuosa puede darse entre hermanos, de ambos sexos. Tenemos el caso de dos hermanos, que se acusan mutuamente de provocarse para iniciar la relación de incesto: "... Yo estaba en el mueble medio dormida y él se vino sobre de mi y me beso y abrazó estaba drogado, dice la joven de 15 años...", "mientes!, contradice el hermano de 17 años, "... no es cierto ella me llamó y se ofreció diciendo que estábamos solos que podíamos hacerlo, ella si estaba drogada, yo estaba un poco borracho"... Los hermanos fueron llevados a terapia por la madre Luego que los sorprendió (caso de la consulta. Licda Flavia Peguero).
Otras veces, se piensa que por ser del mismo sexo, los hijos pequeños pueden dormir con los hermanos mayores sin que haya posibilidad de acercamiento sexual, cuando en realidad existe el mismo riesgo:
"... desde los siete años hasta los trece, me estuvo violando, yo creía que el me amaba, que era cariñoso...", revelación de un profesional de la medicina, cuando tomaba terapia por su problema de identidad sexual, el se declara homosexual, pero siente una ambivalencia, pues le incomoda su pareja, no puede evitar recordar con dolor en su relación actual al abusador que lo violó de niño, pero tampoco se acomoda con una mujer, pues ve en ella a la madre que lo abandonó y aún adulto lo rechaza.
La violencia incestuosa es más frecuente de lo que se pudiera pensar. Y muchas veces sale a la luz pública, provocando el consiguiente asombro de los ciudadanos y la prensa, donde es probable que cada sujeto sea testigo callado de algún evento de esta naturaleza, considerada como algo normal en la antiguedad y probablemente hoy también continuará siendo así, si no se llevan acabo acciones encaminadas a educar a las familias en ese sentido.
VIOLENCIA SEXUAL DEL PADRE A HIJA. CASO DE ESTUDIO.
Se recibió en la consulta la solicitud urgente para dar atención a una jovencita de 12 años de edad que fue ingresada en la emergencia, a consecuencia de violación sexual. Con premura asistimos a la sala de internamiento, procurando evitar que la policía lleve a cabo su interrogatorio a la víctima en ese preciso momento, por lo que prometimos llamarle tan pronto como la paciente estuviera en condiciones responder a sus preguntas.
En la plenitud del hecho, ni siquiera el psicólogo debe iniciar un trabajo de investigación de lo acontecido para aplicación de terapia. El instante de la pérdida de una condición personal en un individuo, es sumamente duro e impactante emocionalmente, como para que su pensamiento pueda elaborar ningún razonamiento, con lo que aun no asimila ni comprende relacionado con lo que le acaba de suceder. Solo la enfermera y el médico en las labores propias de su trabajo asistían a la paciente, que no paraba de murmurar algo mientras por su rostro rodaban las lágrimas, en tanto ambos solo atinaban a decir: "tranquila mi niña que te estamos ayudando".
Luego de la asistencia médica, me aproximé a la cama y me senté a su lado, no dije nada y tampoco la miré a los ojos. Ella llevó sus manos a la cara, cubriéndola toda mientras llora y la enfermera luego de acomodarla se aleja mientras le dice: "te voy a dejar con la psicóloga" y sale de la sala. Habían ahí más adolescentes pendientes para terapia por causa de aborto, intento suicida, agresión..., es el hospital público.
El separador me permite estar un poco independiente de las demás camas, pero no impide que las más cercanas escuchen. Descubre su rostro y sigo evitando mirarla directo a los ojos, vuelve su rostro hacia mi y dice:
- Me quiero morir.
- Te entiendo - conteste, manteniendo mi actitud de no mirarle directamente a los ojos.
Esta actitud la toma el terapeuta para que la paciente no sienta que se le acusa. De ahora en adelante, sentirá verguenza, va a sentir que todo el que la observe con atención, la estará acusando: "mira esa es a la que le ... "
- Me quiero morir! repite ahora con fuerza y no para de llorar.
- Te entiendo - repito - Ahora en un tono más bajo.
- Me quiero morir! me quiero morir! - se sienta en la cama - quiero irme de aquí!
- Lo se - le dije muy bajo - lo harás en un momento... ahora estas en observación médica, y tomarás una medicina que la enfermera te traerá en un momento.
No intento detenerla, por lo que no la toco, hablar con un paciente impactado emocionalmente, requiere que no se le contradiga, no hay que llevarle la contraria, aunque tampoco se le confirma lo que dice en el momento. El tono bajo, tiene como propósito, tratar de mantener en baja la crisis que la domina. Si ella sube la voz buscando descargar en alguien su dolor o su rabia, puede aumentar la crisis y desencadenar un ataque de histeria, el no encontrar oposición de frente la desploma.
Se deja caer en la cama nuevamente, y esta vez del lado contrario, lo que permite ver el pómulo izquierdo de su cara hinchado y amoratado. Entonces, manteniendo el tono bajo y suavemente lento le digo:
- Se que no te sientes bien, se lo que te pasó y también se que ahora no quieres hablar con nadie, pero yo estoy aquí para acompañarte hasta que tu quieras, y te seguiré escuchando hasta que quieras, pero quiero decirte que no estas sola, aquí hay gente que se preocupa por ti, te cuidaremos y ayudaremos.
Guarda silencio, en ese momento, entra la enfermera y me dice:
- Doctora, llegó una hermana y quiere verla ¿que le digo?
- Quédese un momento con ella, quiero hablarle antes.
Era la hermana mayor, le expliqué que es probable que en unas horas, salga del hospital y que de ser así, la paciente no debe dejarse sola en ningún momento, hasta que acuda mañana a la terapia. Ella debe confirmar la acusación legal del agresor y yo quiero estar presente para ayudarle.
Entramos a la sala y le mostramos donde esta su hermana... se lanza sobre la cama y la abraza llorando... tal parece que ha muerto alguien... poca veces he visto tanto dolor y rabia, la hermana gritó alto: - !No sufras manita, que ese desgraciado ya está preso!deberían de matarlo!
Este es un caso impresionante por demás, no solo por la violación en si, sino por las complicaciones legales que en el mismo se trató.
HISTORIA PREVIA
Las jóvenes eran residentes de un orfanato o albergue, fueron entregadas por el departamento de Orientación Social y Ayuda, organismo que socorre en los barrios pobres a niños con necesidad de protección. Son tres hermanas de 8, 15 y 17 años de edad. Fueron separadas del padre, con quien vivían solas luego de haber sido abandonados por la madre, por tener éste problemas de alcoholismo y agresividad hacia la madre y las hijas.
La historia del orfantato es igualmente complicada, se descubrió un mal manejo de los albergados en el lugar, por la directora o encargada administradora del mismo, quien tomaba a las muchachas y la alquilaba en casas de familia como domésticas, y ella cobraba el dinero de esos contratos. Alegó en el tribunal cuando fue formalmente acusada de explotación de menores bajo su custodio, que ella no tenía como mantener a los huérfanos acogidos, porque la ayuda del departamento social, aparte de no alcanzar, llegaba atrasada y era con eso que ella completaba para los gastos.
¿Cómo ocurre la violación de la menor de 15 años que estaba refugiada en ese albergue?
La violación de la menor, es lo que desata toda una maraña de conductas inapropiadas de quienes interactúan en el medio ambiente donde se alojaban las menores.
El padre de las menores, descubrió por casualidad lo que hacía la directora del orfanato. Cuando él visitaba a las hijas en el albergue, las mayores nunca aparecían, dando los responsables como excusa, que las hijas andaban en la iglesia o que estaban haciendo trabajos escolares. Se dirige a la casa de la directora a dar la queja, encontrando ahí a sus hijas mayores, cocinando, limpiando y lavando. Al reclamar, la directora le explicó que ellas estaban ahí mejor que en el orfanato, por lo que debía estar agradecido. El padre la amenazó con denunciarla, si no le entregaba a una de las hijas para que lo cuiden, limpien y cocinen a él, que si tenía derechos porque el es su padre y la necesita. La directora cedió ante las amenazas y le entregó por un fin de semana a la hija de 15 años, con la condición de devolverla para que no pierda las clases en el orfanato.
Ese día según declaración de la hermana mayor, su padre se llevó a su hermanita. Al día siguiente, ocurrió la desgracia. El padre abusó sexualmente de la menor. Fueron testigos los vecinos, que acudieron ante los gritos de la jovencita, cuando el padre la golpeaba y vociferaba en medio de una borrachera, con la pena de haber llegado tarde, la joven lloraba sangrando y semidesnuda con las ropas rotas y el padre con los calzones abajo y sucio de sangre. Ellos mismos lo llevaron preso a la policía y trasladaron a la joven al hospital.
Luego de las declaraciones en la procuraduría por ante el tribunal legal, se dieron los pasos para programar la terapia a la víctima, cuando ya ella estuvo lista para recibirla.
ENTREVISTA NO. 2
A solo un día de lo acontecido, se presentan en la terapia las hermanas. Llegan a tiempo para obtener el primer turno.
- Hola, tomen asiento por favor - No quise preguntar el como estaban, pues me parecía improcedente por razones obvias.
Toman asiento y la mayor acerca su silla hasta unirla con la de la hermanita y la abraza, mientras la menor ata sus manos una con otra, y me da la impresión de que tiene temblores, parece estar ausente, mantiene la mirada fija en el piso, no dicen nada, y por primera vez yo no se que preguntar. Entonces inicio:
- Deben saber que estamos aquí para trabajar acerca de lo sucedido, yo escucharé lo que quieran decirme, desde como se sienten hasta hacer las preguntas que consideren pertinentes en nuestro trabajo, o decir algo que talves no hayan conversado sobre el tratamiento o terapia psicológica. Aquí conmigo, estableceremos una serie de sesiones en conversaciones que las ayudaran y orientaran ahora en el sentido de como enfrentar su situación...
En este momento la mayor de las hermanas me interrumpe y dice que quiere decirme algo, pero que van a salir un momento - consiento con un ligero movimiento de cabeza.
Salen de la consulta y segundos después ella entra, dejando fuera a la paciente identificada (víctima del incesto o violación).
- Ella también luce nerviosa - y me dice:
- Doctora, es que hay un problema
- Puedes hablar
- Durante el tratamiento ayer en la emergencia, la enfermera me dijo que para tranquilizarla, le dijeron que mi papá no la llegó a violar, y creo que ella cree que es así.
No puedo salir de mi asombro, yo tengo el expediente y el diagnóstico médico dice claramente defloración reciente, con hemorragia y desgarramiento del himen. Vuelvo a leer y no puedo creer que hayan hecho algo así. Esto complica las cosas. Considero esto una irresponsabilidad, no propia de profesionales. Un paciente es el primero que debe saber lo que pasa con él, solo así podrá enfrentar el problema con conocimiento de causa, ¿cómo voy a trabajar sobre una mentira?
Trato de guardar la calma, y le digo:
- No se preocupe que esto lo vamos a resolver. Ahora trae a tu hermana, que vamos a continuar con la terapia.
- Si señora - responde mientras sale por la hermana. Entran y repite el proceso anterior, abraza a su hermanita y esperan. Estoy tan trabada como ellas. y entonces les pregunto:
- ¿Alguien quiere hablar?
La víctima , no dice nada y continua mirando al piso. Entonces la mayor es quien se decide.
- Doctora, desde que salió ayer de aquí, no dice palabra, y solo mira, no comió y apenas tomó agua, esta mañana, tampoco quiso comer, y estrelló el plato con una sopa que yo le hice.
Estalla en llanto, mientras dice:
- Yo tengo la culpa, yo no debí dejar que se la llevara... yo se como es ese hombre, él golpeaba a mi madre y ella se fue y nos abandonó por eso, me golpeaba a mi también, yo soy quien las cuida a las dos donde quiera que estamos... la directora me dijo que era por el fin de semana, que yo me quedaba porque cocino en la casa, ella lava los platos... yo nunca la dejé sola, yo tengo la culpa, yo tengo la culpa!
Se vuelve sobre la hermana y la abraza fuerte!... ésta no llora... parece que no tuviera vida, la ignora.
Dejo que hable aunque es doloroso para ella asumir la culpa de lo que pasó, muestra el parentalismo, a tan corta edad, asume ser la madre de sus hermanas y se siente responsable de lo que le ha pasado.
- Entiendo tu llanto y tu dolor, lo que te pasa, pero te aseguro que ustedes no tienen culpa de lo que pasó, ustedes son jóvenes obedientes de la autoridad que tenían sobre las dos esas personas que se supone debían cuidarlas, tanto tu padre como la directora del albergue son irresponsables y abusivos, ustedes son menores a quien ellos debieron proteger y no lo hicieron, no tienen culpa ninguna de lo que pasó, ustedes son las víctimas de los acontecido.
Ahora la menor deja salir sus lágrimas y corresponde al abrazo de su hermana. pero no dice nada. espero en silencio, talves diga algo... espero... no dice nada. Su hermana solloza y se separa. Yo continuo.
- Vayan a casa y regresen mañana, Si ella no come cuando salga de aquí, entonces vas llamarme, haré una orden de internamiento, para hidratarla y alimentarla con suero.
Hice la propuesta a propósito, pues a veces las personas prefieren hacer lo que sea con tal de no permanecer en un hospital, además estar en una cama de hospital, provocaría en ella una recuperación del impacto emocional y la verguenza aun fresca en su memoria. La paciente levanta la vista que siempre mantuvo fija en el piso, me mira, pero no dice nada, es la hermana quien contesta.
- ¿Oiste manita? di que no te internen que tu va'comer!
No responde. Esta conducta de mutismo me preocupa, pues la mayoría de las veces, tiene un matiz de ira contenida. Me dirijo a la paciente.
- Habla con tu hermana, ella se preocupa por ti y si te internan, va a tener que dejar sola a pequeña para estar contigo aquí - continuo para despedir - Ya está bueno por hoy, ahora regresaran a casa y si no come nada ya sabes. Si de lo contrario come sus alimentos entonces va a regresar en tres días.
Estoy buscando la forma de hacerla reaccionar, y entonces me dirijo a ambas con una propuesta.
- Yo no se ustedes, pero yo quiero un té con las apetitosas galleticas que venden aquí en la cafetería, si quieren acompañarme, tomaremos uno y comeremos galleticas. Y de paso dejo la orden de internamiento lista.
- Si, iremos con usted - Dice la hermana mayor.
- Tu estás tomando decisiones por tu hermana, ella debe querer - y dirigiéndome a ella - pregunto - ¿te gustaría ir con nosotras?
No contesta, pero ya está de pie junto a la hermana. Intento de cualquier manera provocarla no solo para que hable, sino para que ingiera algo. Ella parece querer compartir la culpa y frustración que siente y su enojo va dirigido hacia la hermana que al declararse culpable, la refuerza en esa dirección, es probable que realmente sienta que debió protegerla, no solo porque ha sido como la madre sustituta y protectora, sino que además conocía como era su padre y aún así no evitó el daño del cual ella es la víctima. Es necesario cambiar su cosmovisión del problema. Pero estoy dando prioridad a la salud física de la jóven.
Llegamos a la cafetería, y nos colocamos en una de la mesas, dejo que se acomoden, como siempre muy juntas y entonces tomo mi silla y la coloco en el medio de ambas separándolas. Entonces la paciente me mira, como si quisiera desautorizarme, pero yo la ignoro y voy al mostrador, pido mi té y mis galletas al tiempo que ordeno dos más para ellas y regreso ala mesa saboreando lo bueno que está en voz alta.
- Hummm!... yo con esta hambre y lo mucho que me gustan estas galleticas!
Naturalmente que estoy elaborando un plan!... se miran una a la otra y le ordeno a la paciente identificada:
- !Anda! a buscar un un té y galletas para ti y para tu hermana, o jugo si prefieres que ya los pedí, yo voy a conversar con tu hermana mientras tú vas por ello.
En mis adentros me dije: " mi última carta", espero no se niegue. Mira a su hermana, pero yo le quito la atención a ésta y le pregunto:
- ¿En que nivel estás en la escuela?
- En el segundo de la secundaria - contesta.
Entonces me dirijo a la paciente.
- !Anda rápido, que no tengo todo el tiempo!
Se dirige a la cafetería y observo... !si!... pidió y espera. Entonces me dirijo a la hermana.
- No tienes que hablar ni hacer las cosas por ella, sabemos que es realmente muy duro lo que le ha pasado, pero no podemos convertirla en inválida, no dejarla sola, no quiere decir se vuelvan siamesas. Ella va a tener que salir adelante poco a poco y le llevará tiempo. No tienen culpa de lo que pasó, ya les dije que fue irresponsabilidad de sus tutores.
- Ay doctora! yo no puedo dejar de llorar... aunque usted me diga eso, yo no debí dejar que se la llevara.
En vez de una paciente tengo dos, la hermana mayor sufre su parentalidad.
En ese momento se acerca la paciente. Deposita la bandeja y espero que ingiera el jugo y las galletas... !y lo hace!... Entonces aprovecho para despedirme y les informo.
- Bueno como ya estás comiendo, voy a retirar la orden de internamiento, y nos veremos en tres días en la consulta. Si acaso están muy buenas las galletas pueden pedir más, que ya están pagas.
Admito que en este caso la terapia salió fuera de la sala de consulta, pero entiendo que era necesario. La paciente necesitaba que alguien ejerciera hacia ella un poco de autoridad, no pena, eso es lo que tendremos que trabajar, para que enfrente la acusación que por un buen tiempo va a tener que soportar, de las personas poco cuidadosas al mirar a las víctimas de alguna agresión, y es que la pena no es el mejor remedio en estos casos.
Muchas veces, la terapia sale del consultorio para aprovechar oportunidades, que se presentan, como en este caso la cafetería combinada con la estrategia, para eliminar el mutismo y la inanición presentada por la paciente identificada.
En el caso que estamos estudiando, el terapeuta, ordena que ella misma reclame la orden en la cafetería.
Una buena aplicación de la terapia, no tiene que estar circunscrita a la intimidad de un consultorio, ya la experiencia nos muestra que los elementos del medio pueden ser utilizados como estrategia para resolver el problema sobre la marcha, interactuando con el paciente y su medio ambiente familiar.
Por otra parte, en el caso se registra la actitud de la enfermera que mintió a la paciente, con el propósito de tranquilizarla, alegando que lo hizo por que sintió mucha pena por la jóven, la cual mientras era socorrida en la emergencia, lloraba y no hacía mas que preguntar, que si ella ya no era virgen. Esta situación hará más difícil la terapia, no solo para la paciente, sino también para el terapéuta, que tendrá que desmentir la situación, cuando la jóven asimiló dentro del mal, un "menos mal".
ENTREVISTA N. 3
Llegan a la terapia puntuales. Las jóvenes a solo tres días del ataque sexual a la menor de ellas, lucen tristes, sus ojos hinchados, parece que el llanto ha sido recurrente. La cercanía de la terapia, es con el propósito de no dejar enfriar las actitudes, pues ya de un día para el otro la paciente desarrolló mutismo e inanición, así que dejar mucho tiempo de distancia hubiera agravado los síntomas detectados.
- Buenas tardes - inicio.
- Buenas tardes - contesta la mayor, la paciente no contesta.
Lo dejo pasar, y me dirijo a la mayor que respondió mi saludo.
- ¿Cómo estas hoy?
- No le puedo decir que me siento bien, porque no es verdad, encima del problema ahora esta preso todo el mundo! y me culpan a mi!
- ¿Cómo es eso?¿quiénes están presos?
- Mi papá, la directora y su hijo.
- Entiendo que tu padre y la directora estén detenidos en prisión pero ¿porqué el hijo de ella?
- Es que alguien dijo que él intentó violar a una de las muchachas del orfanato, pero no fui yo, ni mi hermana.
- Me gustaría que me presten atención a lo que voy a decirles, tanto tú como tu hermana están en el deber de decir todo lo que saben acerca de este problema, al igual que las demás jóvenes del albergue, solo así, esas personas abusadoras y dañinas no podrán seguir haciendo más daño a otras niñas. Ya les dije antes que ustedes son víctimas de la maldad de esa gente enferma de la mente, tanto tu padre como el hijo de la directora son personas que necesitan tratamiento y encierro para que no vuelvan agredir a nadie mas.
- Yo entiendo lo usted dice, pero me da miedo que se quieran vengar de mi por hablar.
- ¿Acaso recibiste alguna amenaza de algunos de ellos?
- Antes de que pasara lo que pasó con mi papá, el hijo de la directora me enamoraba y me decía que le abriera la puerta del cuarto en las noches. Yo nunca lo hice, me encerraba con mi hermanita. pero tampoco lo dije, ahora a usted se lo digo.
- Has hecho lo correcto.
Durante todo el conversatorio la paciente no interviene, observo sus reacciones, sigue enlazando sus manos, y sus rodillas no paran de moverse. Entonces intento un conversatorio con ella sacando a la hermana fuera un momento.
- No tengas miedo porque nada pueden hacerte, ellos son quienes tienen miedo de ustedes, ahora por favor quiero que me dejes a solas un momento con tu hermanita, quiero conversar con ella también.
La paciente me mira, y yo sostengo su mirada con autoridad y le digo:
- Mira, en la terapia hacemos esto porque cada persona sabe como se siente, por lo que es necesario permitirle que exprese lo que siente, lo que quiere y si es su deseo hacer algunas preguntas. Yo no voy a preguntarte si no es necesario, pero me gustaría que hables de lo que quieras relacionado con el problema tan doloroso que tuviste que pasar.
- ¿De qué quiere usted que yo hable?
- Puedes hablar de lo que quieras ya te dije, pero si me das la decisión podrías contar como pasó el ataque de tu padre.
Se que aproveché la oportunidad, no querer hablar de eso, puede mantener atragantado el impacto emocional causado, echar afuera el episodio doloroso puede proporcionarle alivio. Además de evitar el insomnio prolongado, con sueños angustiosos o pesadillas recurrentes.
- Yo estaba cansada, lavé sus ropas, limpié la casa y le cociné, pero el no volvió en todo el día, me acosté a dormir en la cama donde dormía cuando vivía en casa. No supe a que hora llegó, pero en la mañana muy temprano me llamó a su habitación, fui a ver que le pasaba... y me dijo que me acostara con él como cuando era chiquita... le dije que no, que ya estoy grande... me dio un jalón (tirón) y me lanzó en la cama...
Se detiene, y el llanto profuso de sus ojos le nubla la mirada, no digo nada y dejo que llore y lo sigue haciendo.
- Si no quieres seguir hablando, puedes hacerlo - le dije.
Le ofrezco las servilletas y ella enjuga sus lágrimas. Y continuó.
- ...entonces me dijo que yo era una desgracida igual que mi madre y me empezó a golpear y a romper mis ropas, la trompada en la cara fue muy fuerte, casi me desmayo, vi todo negro, perdí la fuerza... se me tiró encima y... me forzó (violó)... ay! cada vez que me acuerdo, me quiero morir!...él es un hombre grande y fuerte... no pude safarme, me privó... Ay! doctora... ¿donde está mi mamá?... ¿porqué nos dejó!?
- Esta bien, si quieres podemos conversar después.
- No!... esto me está ahogando... siento que me ahogo !los odio a los dos!
- Vamos a tratar de establecer comunicación con tu madre, no olvides que ella huyó de tu padre, pero vamos a tratar de localizarla.
- No! yo no quiero verla, nos abandonó, por eso estamos pasando tanto trabajo, !yo la odio!... ay! doctora... siento un dolor tan grande aquí - se toca el pecho.
No para de llorar, entonces decido interrumpir la terapia, ha sido muy duro para ella narrar lo acontecido, muestra rencor por la madre, la culpa de lo acontecido en su vida y la de sus hermanas. Esta estrategia de hacer que el paciente haga catarsis de un problema de impacto emocional, pudiera parecer morboso pero no lo es, en realidad es algo que alivia el dolor y sufrimiento, ahora muestra el dolor sumado al abandono de la madre, la culpa del hecho.
- Te comprendo. Si quieres continuaremos la terapia en la siguiente sesión - no dice nada - limpia sus lágrimas y entre sollozos pregunta:
- ¿Qué pensaría usted de una mujer que deja a sus hijas solas en manos de la caridad?
- No pienso nada, la madre que hace algo así, ha de tener una angustia muy grande, cada persona actúa de forma diferente y tendríamos que ver que le pasó para que hiciera algo como eso.
Es difícil de contestar una pregunta como esa, pero la respuesta que le doy, sin que justifique la acción de la madre, puede ponerla a pensar un poco. El odio que está sintiendo por la madre, yo como profesional no puedo reforzarlo. No la dejo reaccionar a mi respuesta, es mejor que de a poco comience a mirar la madre desde otra perspectiva, advierto que quiere llevarme al terreno de ella, para que apoye la opinión negativa que tiene de la madre y continuo tratando de suspender la sesión.
- Bueno creo que hemos trabajado suficiente por hoy, déjeme que la felicite por cuidar en su salud, es bueno que se alimente, porque cuando sientas que puedes hacerlo, regresarás a las clases.
No dice nada, respira hondo, y se pone de pie. Yo aprovecho para acompañarla.
- Como es la hora del descanso de la terapia, te gustaría compartir con tu hermana un té y galletas?
Asiente con la cabeza. Y salimos a la cafetería. No me quedo con ellas, pero observo que comen con avidez. Este es un problema social, y necesitamos averiguar si el albergue, está recibiendo los alimentos para los niños y jóvenes residentes, pues esas jóvenes recibían alimentos como domésticas en casa de la directora del albergue y ella ahora está en prisión.
El hecho de no compartir con ellas esta vez, tiene como propósito, lo que el terapéuta debe evitar, la transferencia que puede desarrollar el hecho de que las jóvenes por primera vez van a la terapia, por primera vez una mujer las escucha, aunque no me he despojado de la dirección en este caso, haberle ofrecido atención y compartido con ellas en la cafetería rompe el límite que debe existir entre paciente y terapéuta, ya se familiarizó un poco y ellas pudieron haberlo entendido así (al pedir mi opinión sobre la conducta de madre en este caso la paciente identificada, busca apoyo para embestir contra madre ausente).
La estrategia programada para desmentir a la enfermera acerca de la información tergiversada sobre la realidad de la violación, quedó para la siguiente sesión, la catársis sobre la vivencia traumática de la paciente fue muy fuerte como para que se le sume otro impacto emocional. Después de esto ella se mostró un poco más fuerte a la par que evidenció un alto grado de agresividad verbal hacia ambos progenitores.
Mostró que tanto el mutismo como la inanición que manifestó al principio, no era más que frustración y rabia contenida. Esta conducta debe ser modificada, ya que fácilmente puede generar en conducta violencia.
ENTREVISTA No. 4
Esta sesión se espacio una semana, pues la paciente, no solo se estaba reponiendo físicamente, sinó que se mostraba con mucha disposición de cooperar con la terapia. Hasta el momento no se le ha fijado tareas, solo a hermana mayor, para que no la invalide con la sobreprotección culpable que le mostraba, por entender que ella no debió permitir que su padre la llevara con ella.
Son muy disciplinadas con el horario, y llegan puntuales. Su apariencia es simple para su edad, no lucen adornos.
- Hola ¿cómo se han sentido?
Por primera vez pregunto hago la pregunta. Es necesario comprobar de sus propias palabras el efecto del trauma emocional sufrido hace apenas unos diez días. Como hasta el momento ha sido, es la mayor quien contesta.
- Estamos un poco mejor doctora - al instante responde la menor con agresividad incontenida.
- Estarás bien tú, porque yo no voy a estar bien nunca!
Dice esto con fuerza. Ya no se ve tímida, y sostiene la mirada con firmeza. Comienza el efecto del daño, esa respuesta a las palabras de su hermana, dicen claramente que ha pensado mucho en lo que le pasó y ahora está en la etapa de negación en la cual el paciente piensa en la injusticia que han cometido con ella, "porqué a mi".
Le pido que me deje un momento a solas con la hermana, que luego continuaré conversando con ella. Entonces arremete, mientras se pone de pie y sale de la consulta.
- Yo no se para qué le dan terapia a ella, si nadie le hizo nada!
La hermana mayor en silencio espera. luego me dice:
- Así es como está doctora, malcriada y hablando mal a todo el mundo!
- Para eso quería quedarme a solas contigo, para saber como se conduce en estos días, pero parece que no hace falta, vamos a hablar de ti ¿Cómo manejas esa situación?
- Pues una vecina me dijo que la deje, que se le pasará.
- No creo que debas dejarla, ella tiene que respetar a todos.
- Pero doctora! es que me da pena ¿Cómo le voy a hablar mal, encima de lo que le pasó?
- Escucha bien y graba esto en tu cabeza, solo tu padre es quien la dañó, eso está definido y no lleva a discusión. Tú eres la mayor y vas imponer y hacer cumplir las reglas. ¿Donde están viviendo ahora?
- Cómo ese señor está preso, estamos en casa.
- ¿Qué señor?
- Mi papá... es que no merece que le llamen papá.
También esta .jóven, manifiesta rencor hacia el padre.
- Pero ustedes son menores, deben volver al albergue.
- Es que va a venir una tía, hermana de mi madre para estar con nosotros, pero al albergue vamos a comer y recibir clases.
- ¿Cuándo viene la tía? porque me gustaría que venga con ustedes a la terapia, quiero que venga con la pequeña.
- Ella llegaba hoy, talvés la encontremos cuando regresemos a la casa.
- Muy bien, se que te sientes muy disgustada con tu padre y madre, los culpan de todas sus desgracias y en cierto modo lo son, sin lugar a dudas, pero a medida que te vayamos explicando el porqué algunas personas emiten conductas inapropiadas, te sentirás mejor para comprender algunas cosas que les pasa a este tipo de personas para reaccionar como lo hacen.
- Doctora yo se que usted nos ayuda... pero no me diga que hay una excusa para eso, porque yo no lo creo, tengo diecisiete años!
Ella también busca apoyo para condenar al padre, el papel de un terapéuta no es juzgar y condenar, es transformar la cosmovisión del pensamiento negativo, que solo lleva a que las jóvenes desarrollen odio y rencor generador de la violencia verbal que ya se advierte en ellas.
- Tienes razón, no hay excusas y no creo que pueda haberla si fuéramos jueces.
- Entonces, lo jueces lo dejaran que se pudra en la cárcel!.
- Yo te entiendo, tienes mucho dolor y quieres verle pagar. Eres muy jóven, una niña aún. Lo que te pasa es que has tenido que trabajar y cuidar a tus hermanas a muy temprana edad, eso te hace pensar que eres una mujer... y si, mentalmente has madurado. Si, creo que eres una mujercita linda e inteligente además de trabajadora, que no tiene que sufrir con odio.
El refuerzo va para levantarle un poco su autoestma, hacerle saber que es importante y útil en su grupo familiar.
- Ahora ve afuera para que pase tu hermanita.
- Gracias doctora.
Sale y de inmediato entra la paciente, la observo ya no está lenta y su mirada parece haberse endurecido en tan solo una semana.
- !Siéntate! vamos a conversar.
Soy enfática y autoritaria. Ya una vez me dió resultado con ella y espero que ahora también. Se sienta lentamente y me mira, el aire de fortaleza se le baja, y le digo:
- Nuestra conversación anterior se suspendió porque te sentías muy mal, y noté que estabas demasiado dolorida para continuar hablando, hoy veo que te sientes tan fuerte que te diste el lujo de dirigirte a tu hermana en una actitud que considero insolente, cuando le debes total respeto a alguien que no ha tenido niñez por estar cuidando de ti y tu hermanita. Debes saber que a pesar de que te han lastimado de la manera más cruel que se pueda lastimar a una jóven, todos lo sabemos y tratamos de ayudarte, pero es bueno que aprendas a ver, quienes son culpables de lo que te pasó, las personas que te quieren, te cuidan y sufren contigo cada lágrima que has llorando, llorando también contigo, no merecen que las maltrate, todo lo contrario a ellas tiene que agradecerle que estuvieron a tu lado en el peor momento y aun estan ahí, compartiendo tu dolor.
Ha sido un largo discurso, pero necesario, esta jóven ha reaccionado agresivamente y es normal, la frustración y dolor, se desplaza arremetiendo contra todos. Va a tener que acudir largo tiempo, a una intensa y contínua terapia, estos casos en su mayoría requiere que la terapia sea permanente.
No dice nada, baja la cabeza y nuevamente explota en llanto diciendo:
- Ay! doctora porqué me pasó esto a mi!
- No creo poder contestarte esa pregunta, pero te voy hacer una ¿te gustaría que algo así le pase a otra persona, a tus hermanas por ejemplo?
Baja la mirada mientras seca sus lágrimas y responde.
- !Claro que no! es terrible, no puedo dejar de pensar en eso, mi hermana dejó que él me llevara.
- Dices eso porque ya escuchaste que ella se siente culpable por no haberlo impedido, y ahora lo repites, pero tú pudiste negarte a ir, no tenías que obedecer.
Ahora intento colocarla en la situación de la hermana.
- ¿Pero cómo si la directora me mandó?
- No podían decir que no, tu padre exigía y la directora cedió a esa exigencia. Quiero perguntarte algo, ¿quisiste ir con tu padre, te hacía falta? me gustaría que fueras sincera cuando respondas.
Levanta la mirada sorprendida, le sostengo la mirada. Parece pensar antes de contestar.
- Creo que si.
- ¿No estás segura? es que recuerdo que me contaste que lavaste, limpiaste y cocinaste, esperaste por tu padre, talvés querías agradarle.
Llorando nuevamente dice:
- Pensé que volveríamos a casa, quise que viera que nos portamos bien, a lo mejor mamá estaba ahí y nos juntaríamos de nuevo. Si me puse feliz, me hacía falta mi papá.
Es normal que sintiera esas cosas, todo adolescente hijo de padres separados, en algún momento siente que tiene culpa del alejamiento de sus padres, y desea hacer cualquier cosa por reunirlos otra vez y esta joven no es diferente, quiere tener a su familia unida de nuevo, soñaba con eso.
- ¿Quieres hablar de eso?
- ¿Es que ese hombre no pensó para nada que yo era su hija?
La escucho, me parece que repite las conversaciones y opiniones que se hacen a su alrrededor. Trato de cambiar el tema con lo que quedó pendiente.
- Tenemos que conversar un poco acerca de la conversación con la enfermera que te socorrió con el médico de turno ¿la recuerdas?
- Si, la recuerdo... no puedo olvidar nada.
- ¿Puedes decirme lo que te dijo?
- Si, ella me engañó.
- ¿Cómo es eso?, ¿que te hace decir eso?
- Se que quería tranquilizarme, pero yo no soy tonta, tengo quince años no soy una ignorante. Ella dijo que él no logró quitarme mi virginidad y yo se que sí lo hizo.
Me da una sorpresa... Llorando continua:
- Cuando me atacó sentí que me desgarraba las entrañas, entonces grité tan alto que los vecinos corrieron y entraron, la puerta estaba abierta... pude haber escapado ¿porqué no lo hice? - intensifica su llanto.
- No podías hacerlo, no esperabas que alguien que te dio la vida y tenía que protegerte te hiciera algo así.
- Si, como iba ni siquiera imaginarlo, él le daba golpes a mi madre y a nosotras también, mi madre se fue por su culpa y nosotros tuvimos que irnos también.
- Si, ya sabemos eso, no volverá a pasar. Y ustedes han aprendido con ese sufrimiento, que la agresividad no es buena, y no permitirán que nadie más lo haga ni a ustedes ni a nadie... Nuestro tiempo terminó, pero la próxima cita, me gustaría que vayas conmigo a la sala de emergencia con las adolescentes, vamos a trabajar con las jóvenes que como tú, han sufrido algún tipo de violencia ¿crees que puedas hacerlo?
- ¿Usted dice que yo trabaje con usted allá?
- Bueno no precisamente vas trabajar, eres una menor no puedes, solo me gustaría que compartas con ellas mientras las visitamos. Solo las saludas, ellas también sufren mucho lo que les pasó.
- Si, iré con usted.
Lo dice sin mucho entusiasmo. Creo que no es tiempo de que reaccione a ningún tipo de estimulación que le alegre. Muchas veces en estos casos, los pacientes se endurecen y no responden a las emociones que pudieran ser minimamente placenteras.
- De acuerdo, ahora que venga tu hermana para despedir la terapia de hoy, me gustaría que la abraces y le digas que la quieres mucho y que te perdone haberla maltratado, que le agradece que ella también te quiera, no debe sufrir pensando que no la quieres.
- Si señora.
Ver las personas abrazadas y perdonándose, diciendo que se quieren, es uno de los momentos que más disfruto de mi trabajo. Amor es lo que la gente necesita.
Aunque la paciente no mostró un entusiasmo notable, parece que le agrada la idea de compartir con las jóvenes que como ella han sufrido agresiones. Esto se hará con la intención de que ella pueda ver, que no solo a ella le ha pasado una tragedia, que más personas como ella también sufren, además de que puede contribuir a bajar y hacer desaparecer esos sentimientos agresivos en ciernes.
ENTREVISTA No. 5
Llegan como siempre puntuales esta vez las acompaña una señora que presentaron como su tía y la hermanita de 8 años de edad.
Se llevó a cabo una conversación a solas con la tía, que ya conocía la situación familiar anterior al evento que motivó este tratamiento de terapia familiar, aportando datos que permitirán aplicar estrategias para que la familia pueda sobrellevar lo acontecido. Luego de las orientaciones pertinentes al caso de su sobrina, se acordó la continuación de la terapia familiar.
Mando entrar a las jóvenes y luego de conversar un poco con ellas juntas, con el objetivo de observar el modo de interacción del grupo, es notable que la presencia de la tía va ha ser beneficiosa, sienten necesidad de tener una madre, y la señora aparte de ser consanguínea, ya las conoce y sabe como manejarlas y con la debida orientación saldrán adelante.
La situación por la atraviesan como familia es muy dura, no solo por el hecho en sí, sino por las características de salir al dominio público. El incesto que sale a la luz pública se convierte de hecho, en un asunto mucho más grave, por cuanto interrumpe la intimidad familiar que acostumbra guardarlo en secreto, y al daño irreparable de la víctima, se suma la aparición de la verguenza. Con el paso del tiempo, se reflejaran las consecuencias en las víctimas. Estas al llegar a la edad adulta desarrollan problemas de personalidad relacionados en su mayoría con la conducta sexual. (no se colocan datos comprometedores de la intimidad de los pacientes, como fechas y nombres, en ninguno de los casos que aparecen como ejemplos, ni del caso de estudio para proteger a las familias afectadas. Los casos utilizados como ejemplo cuentan con la anuencia de los pacientes, a quienes agradecemos el deseo de ayudar a otras personas basados en su experiencia).
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Caso de archivo de la consulta de la Licda FLAVIA PEGUERO.
En sentido simbólico es unión con la propia base del ser, la cual según Jung permite la individuación. El deseo de incesto que ya en los los pueblos primitivos hubo de ser reprimido por la prohibición, aparece hoy según el psicoanálisis en la fase inicial del desarrollo. Se dirige al progenitor del sexo opuesto, primera persona que conoce el niño o niña. Conjuntamente con este impulso se produce un sentimiento de odio y deseo de muerte contra el progenitor del mismo sexo, resultando la situación de Edipo en el niño y de Electra en la niña.
En el origen de la prohibición del incesto existen varias teorías, de ellas es muy conocida la de Freud. Según esta doctrina psicoanálítica, se presenta consecutivamente al primitivo deseo de incesto del niño pequeño. Ambos deseo y prohibición se sumergen en el inconsciente, coexistiendo también con la prohibición de atentar contra la vida del progenitor de igual sexo. Ambas prohibiciones originan una precoz e intensa conmoción psíquica que es vivida como intensamente dura y frustradora por el niño o niña.
Estas conceptualizaciones de Freud en el sentido de considerar los celos de los hijos hacia el progenitor del sexo opuesto como enamoramiento hacia "el atractivo" que ni la madre ni ella tienen en el caso de la niña hacia el padre, en mi opinión es discutible por cuanto un niño que si tiene ese "atractivo" por ser del mismo sexo que el padre, no ha de buscarlo en la madre que no lo tiene. De aceptar esta opinión freudiana, tendríamos que entender intenciones abiertamente sensuales y deseo sexual en el niño o niña lo cual no creemos posibles en esta etapa de desarrollo, a menos que ya haya sido estimulado de manera precoz en estos menesteres, el deseo sexual no es inconsciente, necesita ser impulsado hacia afuera, y esto sucede ante un estímulo que lo provoque. Establecer una distinción sexual solo por la forma en que se viste la gente, es el único factor que tendría un niño para definir las diferencias sexuales, ya que las personas no andan desnudas hoy y mucho menos pudieron andar así en los tiempos de Segismund Freud.
Tanto el niño como la niña muestran "atracción" o acercamiento al progenitor que compite con ellos, en una etapa en la que aún conserva sus características primarias demandantes y egocéntricas hacia la progenitora, con la intención deliberada de separar a la pareja, acaparar a la madre cuando su padre compite con ellos en el disfrute de las atenciones y el afecto materno. El niño en esta etapa de desarrollo, quiere dormir en la cama de los padres "en medio de la pareja", se abraza al padre si es del sexo femenino, para evitar que su padre alcance a su madre, ella asume ser el escudo que la protege, porque su madre es de ella, no del padre, y el niño igualmente se coloca en medio de ambos por la misma razón de reclamar para él, los afectos de la madre. ¿Qué podría provocar esta conducta en los hijos?
La madre es quien prodiga todas las atenciones a los hijos, ella alimenta, acuna, limpia, ama y da protección visible y de tiempo completo a los hijos y esto es comprobado por los niños en esa edad, contrario al padre que se convierte en "proveedor", no "amador", algo que ellos no entienden a esa edad es el factor económico que sustenta, ellos solo saben de necesidades básicas y de afecto, y mamá es quien los proporciona. Partiendo de esto, la niña que se sabe igual a la madre, no quiere ser igual que él padre como considera Freud, y no se siente inferior a él, no se inhibe, todo lo contrario es avanzada. Por su parte el niño que se sabe igual al padre, sabe que de frente a la madre puede detener al padre con el mismo propósito que la niña, protege a mamá de papá, se sabe igual al padre, por lo que ofrece lo que tiene papá de parecido a él, que la madre reclamaría. Esta conducta en los niños es provocada por el progenitor que se aproxima a la madre.
En todo el proceso, considero que el acercamiento del niño al progenitor, no implica deseo sexual, por cuanto ese desarrollo aun no aparece, ya que está definitivamente ligado al desarrollo hormonal camino a la adolescencia. Le erección del pene en un bebé, es característica fisiológica refleja normal, ante estímulos externos como el toque o tensión normal del pene al despertar, no "deseo sexual".
Considero que los "celos infantiles" hacia el progenitor y que Freud considera atracción física o "enamoramiento", no tienen contenido sexual sino mas bien sentido de propiedad. La actitud de celos se manifestará en dirección al progenitor que primero intente acercamiento afectuoso al otro, ya sea el niño de sexo masculino o femenino. Esta actitud no solo se mostrará en la interacción mutua de los progenitores, sino que se manifestará hacia cualquier persona sin importar el sexo que intente acercamiento a su progenitora.
La opinión de Freud culpando al niño, por sentir el supuesto deseo de incesto con el progenitor del sexo opuesto, cuando en realidad el padre es quien admite y lleva a cabo el mismo, puede ser producto de la posición cultural machista de la época, pues a todas luces en la actualidad el incesto es una clara violación sexual a un menor, llevada a cabo por quien interpreta el acercamiento del niño como una provocación que el adulto no pudo resistir, cuando la intención del hijo es defender a la madre del ataque del padre. La competencia que manifiesta el niño o niña con el padre, por la "propiedad madre" no es de ninguna manera en contra de ella, es contra el padre, ya que este no solo tiene el poder sobre la progenitora sino también sobre él, es lucha por el poder.
En todo caso la hipótesis aquí planteada, brinda además un factor de desarrollo en el aprendizaje por imitación, los niños hacen con los progenitores precisamente lo que estos hacen en presencia de ellos, luego de asumir su identidad como hombre o mujer.
Cuando el incesto se mantiene oculto en el grupo familiar, no es el niño abusado quien lo dispone, es el adulto, admitiendo que no es una conducta apropiada la llevada a cabo. Tanto sabe el adulto que lo comete, que es capaz de proferir amenazas, cuando la víctima exprese incomodidad hacia el hecho, y tanto conoce el adulto el abuso, que refuerza con estímulos materiales como regalos y mucho amor si descubre carencias afectivas en el menor, lo que impulsaría en el niño un acercamiento "voluntario y provocador", para obtener el beneficio particular ya reforzado anteriormente.
Ejemplos confesados en el interior de la terapia:
En muchos casos denunciados el abuelo, padre, o hermano de la víctima eleva para su defensa del ataque sexual incestuoso alegando: "ella me provocó", una aseveración increíblemente ingenua de un adulto culpando a un menor:
"... esa desgraciada me provocó...", un señor de 79 años, responde en el tribunal la acusación de violentar sexualmente a la nieta niña de 5 años. (caso del tribunal penal. S.C., R.D.).
La relación incestuosa se ha convertido en el secreto familiar mejor guardado. Una familia donde uno de sus miembros ha cometido incesto contra otro, se convierte en cómplice del violento hecho que en la mayoría de los casos no es denunciado por verguenza, o porque considera que esa conducta es normal:
"... doctora mi padre hizo eso conmigo hasta que cumplí los 9 años, yo pensaba que eso era normal, también lo hizo con mis hermanos, aunque ninguno hablaba de eso...", son las palabras referidas por un padre emigrante, cuando narraba lo mal que se sentía cuando su esposa que ya conocía la historia, mostró desconfianza hacia él, cuando lo vio tomando en brazos a su hija más pequeña de 4 años, la cual desde que él regresó del viaje a pasar la navidad en familia, quiere estar siempre a su lado y no permitía que él se acercara a su madre, se le ocurrió decirle: "pero tu tienes una nalguita muy fuerte y bonita al tiempo que la tocó dando a la nena un par de nalgadas". Continuó exponiendo: "Yo nunca haría eso a ninguno de mis hijos, yo sufro hasta hoy con mis 45 años, lo que hizo mi padre conmigo, es algo que no le deseo a nadie, me duele mucho que mi esposa haya pensado eso de mi". (caso de la consulta de la Licda Flavia Peguero).
Es decir que el incesto como cualquier otro tipo de violencia permanece en la memoria de quien lo sufre, y de quien lo conoce en el grupo familiar.
El hecho de que la víctima de este tipo de violencia, lo vea como algo normal, es porque existe la probabilidad de que haya sido iniciado a muy temprana edad, probablemente en el momento que lo ubica Freud. Un niño que recibe demostraciones de afecto, como caricias placenteras, reforzantes de por si, que luego van acompañadas de regalos como reforzador material, entenderá ese amor del familiar como bueno para él, y si alguien dentro del grupo no lo advierte, puede ser por la misma razón. Veamos ejemplo:
"... no, fue una amiguita quien me dijo que mi papá no podía hacer eso conmigo, que eso es malo..." declara una jovencita de 13 años, en la terapia, a la pregunta de si no sabía que no estaba bien lo que su padre estaba haciendo con ella. Paciente llevada a consulta por la madre, cuando la joven relató le lo que pasaba por recomendación de la amiga. La madre llorando dice: "... cómo pudo hacer eso, para esa hija él era su adoración... ", el diagnóstico médico arrojó defloración antigua. (caso de consulta de la Licda Flavia Peguero, depart. del adolesc. Hospital).
La conducta incestuosa puede darse entre hermanos, de ambos sexos. Tenemos el caso de dos hermanos, que se acusan mutuamente de provocarse para iniciar la relación de incesto: "... Yo estaba en el mueble medio dormida y él se vino sobre de mi y me beso y abrazó estaba drogado, dice la joven de 15 años...", "mientes!, contradice el hermano de 17 años, "... no es cierto ella me llamó y se ofreció diciendo que estábamos solos que podíamos hacerlo, ella si estaba drogada, yo estaba un poco borracho"... Los hermanos fueron llevados a terapia por la madre Luego que los sorprendió (caso de la consulta. Licda Flavia Peguero).
Otras veces, se piensa que por ser del mismo sexo, los hijos pequeños pueden dormir con los hermanos mayores sin que haya posibilidad de acercamiento sexual, cuando en realidad existe el mismo riesgo:
"... desde los siete años hasta los trece, me estuvo violando, yo creía que el me amaba, que era cariñoso...", revelación de un profesional de la medicina, cuando tomaba terapia por su problema de identidad sexual, el se declara homosexual, pero siente una ambivalencia, pues le incomoda su pareja, no puede evitar recordar con dolor en su relación actual al abusador que lo violó de niño, pero tampoco se acomoda con una mujer, pues ve en ella a la madre que lo abandonó y aún adulto lo rechaza.
La violencia incestuosa es más frecuente de lo que se pudiera pensar. Y muchas veces sale a la luz pública, provocando el consiguiente asombro de los ciudadanos y la prensa, donde es probable que cada sujeto sea testigo callado de algún evento de esta naturaleza, considerada como algo normal en la antiguedad y probablemente hoy también continuará siendo así, si no se llevan acabo acciones encaminadas a educar a las familias en ese sentido.
VIOLENCIA SEXUAL DEL PADRE A HIJA. CASO DE ESTUDIO.
Se recibió en la consulta la solicitud urgente para dar atención a una jovencita de 12 años de edad que fue ingresada en la emergencia, a consecuencia de violación sexual. Con premura asistimos a la sala de internamiento, procurando evitar que la policía lleve a cabo su interrogatorio a la víctima en ese preciso momento, por lo que prometimos llamarle tan pronto como la paciente estuviera en condiciones responder a sus preguntas.
En la plenitud del hecho, ni siquiera el psicólogo debe iniciar un trabajo de investigación de lo acontecido para aplicación de terapia. El instante de la pérdida de una condición personal en un individuo, es sumamente duro e impactante emocionalmente, como para que su pensamiento pueda elaborar ningún razonamiento, con lo que aun no asimila ni comprende relacionado con lo que le acaba de suceder. Solo la enfermera y el médico en las labores propias de su trabajo asistían a la paciente, que no paraba de murmurar algo mientras por su rostro rodaban las lágrimas, en tanto ambos solo atinaban a decir: "tranquila mi niña que te estamos ayudando".
Luego de la asistencia médica, me aproximé a la cama y me senté a su lado, no dije nada y tampoco la miré a los ojos. Ella llevó sus manos a la cara, cubriéndola toda mientras llora y la enfermera luego de acomodarla se aleja mientras le dice: "te voy a dejar con la psicóloga" y sale de la sala. Habían ahí más adolescentes pendientes para terapia por causa de aborto, intento suicida, agresión..., es el hospital público.
El separador me permite estar un poco independiente de las demás camas, pero no impide que las más cercanas escuchen. Descubre su rostro y sigo evitando mirarla directo a los ojos, vuelve su rostro hacia mi y dice:
- Me quiero morir.
- Te entiendo - conteste, manteniendo mi actitud de no mirarle directamente a los ojos.
Esta actitud la toma el terapeuta para que la paciente no sienta que se le acusa. De ahora en adelante, sentirá verguenza, va a sentir que todo el que la observe con atención, la estará acusando: "mira esa es a la que le ... "
- Me quiero morir! repite ahora con fuerza y no para de llorar.
- Te entiendo - repito - Ahora en un tono más bajo.
- Me quiero morir! me quiero morir! - se sienta en la cama - quiero irme de aquí!
- Lo se - le dije muy bajo - lo harás en un momento... ahora estas en observación médica, y tomarás una medicina que la enfermera te traerá en un momento.
No intento detenerla, por lo que no la toco, hablar con un paciente impactado emocionalmente, requiere que no se le contradiga, no hay que llevarle la contraria, aunque tampoco se le confirma lo que dice en el momento. El tono bajo, tiene como propósito, tratar de mantener en baja la crisis que la domina. Si ella sube la voz buscando descargar en alguien su dolor o su rabia, puede aumentar la crisis y desencadenar un ataque de histeria, el no encontrar oposición de frente la desploma.
Se deja caer en la cama nuevamente, y esta vez del lado contrario, lo que permite ver el pómulo izquierdo de su cara hinchado y amoratado. Entonces, manteniendo el tono bajo y suavemente lento le digo:
- Se que no te sientes bien, se lo que te pasó y también se que ahora no quieres hablar con nadie, pero yo estoy aquí para acompañarte hasta que tu quieras, y te seguiré escuchando hasta que quieras, pero quiero decirte que no estas sola, aquí hay gente que se preocupa por ti, te cuidaremos y ayudaremos.
Guarda silencio, en ese momento, entra la enfermera y me dice:
- Doctora, llegó una hermana y quiere verla ¿que le digo?
- Quédese un momento con ella, quiero hablarle antes.
Era la hermana mayor, le expliqué que es probable que en unas horas, salga del hospital y que de ser así, la paciente no debe dejarse sola en ningún momento, hasta que acuda mañana a la terapia. Ella debe confirmar la acusación legal del agresor y yo quiero estar presente para ayudarle.
Entramos a la sala y le mostramos donde esta su hermana... se lanza sobre la cama y la abraza llorando... tal parece que ha muerto alguien... poca veces he visto tanto dolor y rabia, la hermana gritó alto: - !No sufras manita, que ese desgraciado ya está preso!deberían de matarlo!
Este es un caso impresionante por demás, no solo por la violación en si, sino por las complicaciones legales que en el mismo se trató.
HISTORIA PREVIA
Las jóvenes eran residentes de un orfanato o albergue, fueron entregadas por el departamento de Orientación Social y Ayuda, organismo que socorre en los barrios pobres a niños con necesidad de protección. Son tres hermanas de 8, 15 y 17 años de edad. Fueron separadas del padre, con quien vivían solas luego de haber sido abandonados por la madre, por tener éste problemas de alcoholismo y agresividad hacia la madre y las hijas.
La historia del orfantato es igualmente complicada, se descubrió un mal manejo de los albergados en el lugar, por la directora o encargada administradora del mismo, quien tomaba a las muchachas y la alquilaba en casas de familia como domésticas, y ella cobraba el dinero de esos contratos. Alegó en el tribunal cuando fue formalmente acusada de explotación de menores bajo su custodio, que ella no tenía como mantener a los huérfanos acogidos, porque la ayuda del departamento social, aparte de no alcanzar, llegaba atrasada y era con eso que ella completaba para los gastos.
¿Cómo ocurre la violación de la menor de 15 años que estaba refugiada en ese albergue?
La violación de la menor, es lo que desata toda una maraña de conductas inapropiadas de quienes interactúan en el medio ambiente donde se alojaban las menores.
El padre de las menores, descubrió por casualidad lo que hacía la directora del orfanato. Cuando él visitaba a las hijas en el albergue, las mayores nunca aparecían, dando los responsables como excusa, que las hijas andaban en la iglesia o que estaban haciendo trabajos escolares. Se dirige a la casa de la directora a dar la queja, encontrando ahí a sus hijas mayores, cocinando, limpiando y lavando. Al reclamar, la directora le explicó que ellas estaban ahí mejor que en el orfanato, por lo que debía estar agradecido. El padre la amenazó con denunciarla, si no le entregaba a una de las hijas para que lo cuiden, limpien y cocinen a él, que si tenía derechos porque el es su padre y la necesita. La directora cedió ante las amenazas y le entregó por un fin de semana a la hija de 15 años, con la condición de devolverla para que no pierda las clases en el orfanato.
Ese día según declaración de la hermana mayor, su padre se llevó a su hermanita. Al día siguiente, ocurrió la desgracia. El padre abusó sexualmente de la menor. Fueron testigos los vecinos, que acudieron ante los gritos de la jovencita, cuando el padre la golpeaba y vociferaba en medio de una borrachera, con la pena de haber llegado tarde, la joven lloraba sangrando y semidesnuda con las ropas rotas y el padre con los calzones abajo y sucio de sangre. Ellos mismos lo llevaron preso a la policía y trasladaron a la joven al hospital.
Luego de las declaraciones en la procuraduría por ante el tribunal legal, se dieron los pasos para programar la terapia a la víctima, cuando ya ella estuvo lista para recibirla.
ENTREVISTA NO. 2
A solo un día de lo acontecido, se presentan en la terapia las hermanas. Llegan a tiempo para obtener el primer turno.
- Hola, tomen asiento por favor - No quise preguntar el como estaban, pues me parecía improcedente por razones obvias.
Toman asiento y la mayor acerca su silla hasta unirla con la de la hermanita y la abraza, mientras la menor ata sus manos una con otra, y me da la impresión de que tiene temblores, parece estar ausente, mantiene la mirada fija en el piso, no dicen nada, y por primera vez yo no se que preguntar. Entonces inicio:
- Deben saber que estamos aquí para trabajar acerca de lo sucedido, yo escucharé lo que quieran decirme, desde como se sienten hasta hacer las preguntas que consideren pertinentes en nuestro trabajo, o decir algo que talves no hayan conversado sobre el tratamiento o terapia psicológica. Aquí conmigo, estableceremos una serie de sesiones en conversaciones que las ayudaran y orientaran ahora en el sentido de como enfrentar su situación...
En este momento la mayor de las hermanas me interrumpe y dice que quiere decirme algo, pero que van a salir un momento - consiento con un ligero movimiento de cabeza.
Salen de la consulta y segundos después ella entra, dejando fuera a la paciente identificada (víctima del incesto o violación).
- Ella también luce nerviosa - y me dice:
- Doctora, es que hay un problema
- Puedes hablar
- Durante el tratamiento ayer en la emergencia, la enfermera me dijo que para tranquilizarla, le dijeron que mi papá no la llegó a violar, y creo que ella cree que es así.
No puedo salir de mi asombro, yo tengo el expediente y el diagnóstico médico dice claramente defloración reciente, con hemorragia y desgarramiento del himen. Vuelvo a leer y no puedo creer que hayan hecho algo así. Esto complica las cosas. Considero esto una irresponsabilidad, no propia de profesionales. Un paciente es el primero que debe saber lo que pasa con él, solo así podrá enfrentar el problema con conocimiento de causa, ¿cómo voy a trabajar sobre una mentira?
Trato de guardar la calma, y le digo:
- No se preocupe que esto lo vamos a resolver. Ahora trae a tu hermana, que vamos a continuar con la terapia.
- Si señora - responde mientras sale por la hermana. Entran y repite el proceso anterior, abraza a su hermanita y esperan. Estoy tan trabada como ellas. y entonces les pregunto:
- ¿Alguien quiere hablar?
La víctima , no dice nada y continua mirando al piso. Entonces la mayor es quien se decide.
- Doctora, desde que salió ayer de aquí, no dice palabra, y solo mira, no comió y apenas tomó agua, esta mañana, tampoco quiso comer, y estrelló el plato con una sopa que yo le hice.
Estalla en llanto, mientras dice:
- Yo tengo la culpa, yo no debí dejar que se la llevara... yo se como es ese hombre, él golpeaba a mi madre y ella se fue y nos abandonó por eso, me golpeaba a mi también, yo soy quien las cuida a las dos donde quiera que estamos... la directora me dijo que era por el fin de semana, que yo me quedaba porque cocino en la casa, ella lava los platos... yo nunca la dejé sola, yo tengo la culpa, yo tengo la culpa!
Se vuelve sobre la hermana y la abraza fuerte!... ésta no llora... parece que no tuviera vida, la ignora.
Dejo que hable aunque es doloroso para ella asumir la culpa de lo que pasó, muestra el parentalismo, a tan corta edad, asume ser la madre de sus hermanas y se siente responsable de lo que le ha pasado.
- Entiendo tu llanto y tu dolor, lo que te pasa, pero te aseguro que ustedes no tienen culpa de lo que pasó, ustedes son jóvenes obedientes de la autoridad que tenían sobre las dos esas personas que se supone debían cuidarlas, tanto tu padre como la directora del albergue son irresponsables y abusivos, ustedes son menores a quien ellos debieron proteger y no lo hicieron, no tienen culpa ninguna de lo que pasó, ustedes son las víctimas de los acontecido.
Ahora la menor deja salir sus lágrimas y corresponde al abrazo de su hermana. pero no dice nada. espero en silencio, talves diga algo... espero... no dice nada. Su hermana solloza y se separa. Yo continuo.
- Vayan a casa y regresen mañana, Si ella no come cuando salga de aquí, entonces vas llamarme, haré una orden de internamiento, para hidratarla y alimentarla con suero.
Hice la propuesta a propósito, pues a veces las personas prefieren hacer lo que sea con tal de no permanecer en un hospital, además estar en una cama de hospital, provocaría en ella una recuperación del impacto emocional y la verguenza aun fresca en su memoria. La paciente levanta la vista que siempre mantuvo fija en el piso, me mira, pero no dice nada, es la hermana quien contesta.
- ¿Oiste manita? di que no te internen que tu va'comer!
No responde. Esta conducta de mutismo me preocupa, pues la mayoría de las veces, tiene un matiz de ira contenida. Me dirijo a la paciente.
- Habla con tu hermana, ella se preocupa por ti y si te internan, va a tener que dejar sola a pequeña para estar contigo aquí - continuo para despedir - Ya está bueno por hoy, ahora regresaran a casa y si no come nada ya sabes. Si de lo contrario come sus alimentos entonces va a regresar en tres días.
Estoy buscando la forma de hacerla reaccionar, y entonces me dirijo a ambas con una propuesta.
- Yo no se ustedes, pero yo quiero un té con las apetitosas galleticas que venden aquí en la cafetería, si quieren acompañarme, tomaremos uno y comeremos galleticas. Y de paso dejo la orden de internamiento lista.
- Si, iremos con usted - Dice la hermana mayor.
- Tu estás tomando decisiones por tu hermana, ella debe querer - y dirigiéndome a ella - pregunto - ¿te gustaría ir con nosotras?
No contesta, pero ya está de pie junto a la hermana. Intento de cualquier manera provocarla no solo para que hable, sino para que ingiera algo. Ella parece querer compartir la culpa y frustración que siente y su enojo va dirigido hacia la hermana que al declararse culpable, la refuerza en esa dirección, es probable que realmente sienta que debió protegerla, no solo porque ha sido como la madre sustituta y protectora, sino que además conocía como era su padre y aún así no evitó el daño del cual ella es la víctima. Es necesario cambiar su cosmovisión del problema. Pero estoy dando prioridad a la salud física de la jóven.
Llegamos a la cafetería, y nos colocamos en una de la mesas, dejo que se acomoden, como siempre muy juntas y entonces tomo mi silla y la coloco en el medio de ambas separándolas. Entonces la paciente me mira, como si quisiera desautorizarme, pero yo la ignoro y voy al mostrador, pido mi té y mis galletas al tiempo que ordeno dos más para ellas y regreso ala mesa saboreando lo bueno que está en voz alta.
- Hummm!... yo con esta hambre y lo mucho que me gustan estas galleticas!
Naturalmente que estoy elaborando un plan!... se miran una a la otra y le ordeno a la paciente identificada:
- !Anda! a buscar un un té y galletas para ti y para tu hermana, o jugo si prefieres que ya los pedí, yo voy a conversar con tu hermana mientras tú vas por ello.
En mis adentros me dije: " mi última carta", espero no se niegue. Mira a su hermana, pero yo le quito la atención a ésta y le pregunto:
- ¿En que nivel estás en la escuela?
- En el segundo de la secundaria - contesta.
Entonces me dirijo a la paciente.
- !Anda rápido, que no tengo todo el tiempo!
Se dirige a la cafetería y observo... !si!... pidió y espera. Entonces me dirijo a la hermana.
- No tienes que hablar ni hacer las cosas por ella, sabemos que es realmente muy duro lo que le ha pasado, pero no podemos convertirla en inválida, no dejarla sola, no quiere decir se vuelvan siamesas. Ella va a tener que salir adelante poco a poco y le llevará tiempo. No tienen culpa de lo que pasó, ya les dije que fue irresponsabilidad de sus tutores.
- Ay doctora! yo no puedo dejar de llorar... aunque usted me diga eso, yo no debí dejar que se la llevara.
En vez de una paciente tengo dos, la hermana mayor sufre su parentalidad.
En ese momento se acerca la paciente. Deposita la bandeja y espero que ingiera el jugo y las galletas... !y lo hace!... Entonces aprovecho para despedirme y les informo.
- Bueno como ya estás comiendo, voy a retirar la orden de internamiento, y nos veremos en tres días en la consulta. Si acaso están muy buenas las galletas pueden pedir más, que ya están pagas.
Admito que en este caso la terapia salió fuera de la sala de consulta, pero entiendo que era necesario. La paciente necesitaba que alguien ejerciera hacia ella un poco de autoridad, no pena, eso es lo que tendremos que trabajar, para que enfrente la acusación que por un buen tiempo va a tener que soportar, de las personas poco cuidadosas al mirar a las víctimas de alguna agresión, y es que la pena no es el mejor remedio en estos casos.
Muchas veces, la terapia sale del consultorio para aprovechar oportunidades, que se presentan, como en este caso la cafetería combinada con la estrategia, para eliminar el mutismo y la inanición presentada por la paciente identificada.
En el caso que estamos estudiando, el terapeuta, ordena que ella misma reclame la orden en la cafetería.
Una buena aplicación de la terapia, no tiene que estar circunscrita a la intimidad de un consultorio, ya la experiencia nos muestra que los elementos del medio pueden ser utilizados como estrategia para resolver el problema sobre la marcha, interactuando con el paciente y su medio ambiente familiar.
Por otra parte, en el caso se registra la actitud de la enfermera que mintió a la paciente, con el propósito de tranquilizarla, alegando que lo hizo por que sintió mucha pena por la jóven, la cual mientras era socorrida en la emergencia, lloraba y no hacía mas que preguntar, que si ella ya no era virgen. Esta situación hará más difícil la terapia, no solo para la paciente, sino también para el terapéuta, que tendrá que desmentir la situación, cuando la jóven asimiló dentro del mal, un "menos mal".
ENTREVISTA N. 3
Llegan a la terapia puntuales. Las jóvenes a solo tres días del ataque sexual a la menor de ellas, lucen tristes, sus ojos hinchados, parece que el llanto ha sido recurrente. La cercanía de la terapia, es con el propósito de no dejar enfriar las actitudes, pues ya de un día para el otro la paciente desarrolló mutismo e inanición, así que dejar mucho tiempo de distancia hubiera agravado los síntomas detectados.
- Buenas tardes - inicio.
- Buenas tardes - contesta la mayor, la paciente no contesta.
Lo dejo pasar, y me dirijo a la mayor que respondió mi saludo.
- ¿Cómo estas hoy?
- No le puedo decir que me siento bien, porque no es verdad, encima del problema ahora esta preso todo el mundo! y me culpan a mi!
- ¿Cómo es eso?¿quiénes están presos?
- Mi papá, la directora y su hijo.
- Entiendo que tu padre y la directora estén detenidos en prisión pero ¿porqué el hijo de ella?
- Es que alguien dijo que él intentó violar a una de las muchachas del orfanato, pero no fui yo, ni mi hermana.
- Me gustaría que me presten atención a lo que voy a decirles, tanto tú como tu hermana están en el deber de decir todo lo que saben acerca de este problema, al igual que las demás jóvenes del albergue, solo así, esas personas abusadoras y dañinas no podrán seguir haciendo más daño a otras niñas. Ya les dije antes que ustedes son víctimas de la maldad de esa gente enferma de la mente, tanto tu padre como el hijo de la directora son personas que necesitan tratamiento y encierro para que no vuelvan agredir a nadie mas.
- Yo entiendo lo usted dice, pero me da miedo que se quieran vengar de mi por hablar.
- ¿Acaso recibiste alguna amenaza de algunos de ellos?
- Antes de que pasara lo que pasó con mi papá, el hijo de la directora me enamoraba y me decía que le abriera la puerta del cuarto en las noches. Yo nunca lo hice, me encerraba con mi hermanita. pero tampoco lo dije, ahora a usted se lo digo.
- Has hecho lo correcto.
Durante todo el conversatorio la paciente no interviene, observo sus reacciones, sigue enlazando sus manos, y sus rodillas no paran de moverse. Entonces intento un conversatorio con ella sacando a la hermana fuera un momento.
- No tengas miedo porque nada pueden hacerte, ellos son quienes tienen miedo de ustedes, ahora por favor quiero que me dejes a solas un momento con tu hermanita, quiero conversar con ella también.
La paciente me mira, y yo sostengo su mirada con autoridad y le digo:
- Mira, en la terapia hacemos esto porque cada persona sabe como se siente, por lo que es necesario permitirle que exprese lo que siente, lo que quiere y si es su deseo hacer algunas preguntas. Yo no voy a preguntarte si no es necesario, pero me gustaría que hables de lo que quieras relacionado con el problema tan doloroso que tuviste que pasar.
- ¿De qué quiere usted que yo hable?
- Puedes hablar de lo que quieras ya te dije, pero si me das la decisión podrías contar como pasó el ataque de tu padre.
Se que aproveché la oportunidad, no querer hablar de eso, puede mantener atragantado el impacto emocional causado, echar afuera el episodio doloroso puede proporcionarle alivio. Además de evitar el insomnio prolongado, con sueños angustiosos o pesadillas recurrentes.
- Yo estaba cansada, lavé sus ropas, limpié la casa y le cociné, pero el no volvió en todo el día, me acosté a dormir en la cama donde dormía cuando vivía en casa. No supe a que hora llegó, pero en la mañana muy temprano me llamó a su habitación, fui a ver que le pasaba... y me dijo que me acostara con él como cuando era chiquita... le dije que no, que ya estoy grande... me dio un jalón (tirón) y me lanzó en la cama...
Se detiene, y el llanto profuso de sus ojos le nubla la mirada, no digo nada y dejo que llore y lo sigue haciendo.
- Si no quieres seguir hablando, puedes hacerlo - le dije.
Le ofrezco las servilletas y ella enjuga sus lágrimas. Y continuó.
- ...entonces me dijo que yo era una desgracida igual que mi madre y me empezó a golpear y a romper mis ropas, la trompada en la cara fue muy fuerte, casi me desmayo, vi todo negro, perdí la fuerza... se me tiró encima y... me forzó (violó)... ay! cada vez que me acuerdo, me quiero morir!...él es un hombre grande y fuerte... no pude safarme, me privó... Ay! doctora... ¿donde está mi mamá?... ¿porqué nos dejó!?
- Esta bien, si quieres podemos conversar después.
- No!... esto me está ahogando... siento que me ahogo !los odio a los dos!
- Vamos a tratar de establecer comunicación con tu madre, no olvides que ella huyó de tu padre, pero vamos a tratar de localizarla.
- No! yo no quiero verla, nos abandonó, por eso estamos pasando tanto trabajo, !yo la odio!... ay! doctora... siento un dolor tan grande aquí - se toca el pecho.
No para de llorar, entonces decido interrumpir la terapia, ha sido muy duro para ella narrar lo acontecido, muestra rencor por la madre, la culpa de lo acontecido en su vida y la de sus hermanas. Esta estrategia de hacer que el paciente haga catarsis de un problema de impacto emocional, pudiera parecer morboso pero no lo es, en realidad es algo que alivia el dolor y sufrimiento, ahora muestra el dolor sumado al abandono de la madre, la culpa del hecho.
- Te comprendo. Si quieres continuaremos la terapia en la siguiente sesión - no dice nada - limpia sus lágrimas y entre sollozos pregunta:
- ¿Qué pensaría usted de una mujer que deja a sus hijas solas en manos de la caridad?
- No pienso nada, la madre que hace algo así, ha de tener una angustia muy grande, cada persona actúa de forma diferente y tendríamos que ver que le pasó para que hiciera algo como eso.
Es difícil de contestar una pregunta como esa, pero la respuesta que le doy, sin que justifique la acción de la madre, puede ponerla a pensar un poco. El odio que está sintiendo por la madre, yo como profesional no puedo reforzarlo. No la dejo reaccionar a mi respuesta, es mejor que de a poco comience a mirar la madre desde otra perspectiva, advierto que quiere llevarme al terreno de ella, para que apoye la opinión negativa que tiene de la madre y continuo tratando de suspender la sesión.
- Bueno creo que hemos trabajado suficiente por hoy, déjeme que la felicite por cuidar en su salud, es bueno que se alimente, porque cuando sientas que puedes hacerlo, regresarás a las clases.
No dice nada, respira hondo, y se pone de pie. Yo aprovecho para acompañarla.
- Como es la hora del descanso de la terapia, te gustaría compartir con tu hermana un té y galletas?
Asiente con la cabeza. Y salimos a la cafetería. No me quedo con ellas, pero observo que comen con avidez. Este es un problema social, y necesitamos averiguar si el albergue, está recibiendo los alimentos para los niños y jóvenes residentes, pues esas jóvenes recibían alimentos como domésticas en casa de la directora del albergue y ella ahora está en prisión.
El hecho de no compartir con ellas esta vez, tiene como propósito, lo que el terapéuta debe evitar, la transferencia que puede desarrollar el hecho de que las jóvenes por primera vez van a la terapia, por primera vez una mujer las escucha, aunque no me he despojado de la dirección en este caso, haberle ofrecido atención y compartido con ellas en la cafetería rompe el límite que debe existir entre paciente y terapéuta, ya se familiarizó un poco y ellas pudieron haberlo entendido así (al pedir mi opinión sobre la conducta de madre en este caso la paciente identificada, busca apoyo para embestir contra madre ausente).
La estrategia programada para desmentir a la enfermera acerca de la información tergiversada sobre la realidad de la violación, quedó para la siguiente sesión, la catársis sobre la vivencia traumática de la paciente fue muy fuerte como para que se le sume otro impacto emocional. Después de esto ella se mostró un poco más fuerte a la par que evidenció un alto grado de agresividad verbal hacia ambos progenitores.
Mostró que tanto el mutismo como la inanición que manifestó al principio, no era más que frustración y rabia contenida. Esta conducta debe ser modificada, ya que fácilmente puede generar en conducta violencia.
ENTREVISTA No. 4
Esta sesión se espacio una semana, pues la paciente, no solo se estaba reponiendo físicamente, sinó que se mostraba con mucha disposición de cooperar con la terapia. Hasta el momento no se le ha fijado tareas, solo a hermana mayor, para que no la invalide con la sobreprotección culpable que le mostraba, por entender que ella no debió permitir que su padre la llevara con ella.
Son muy disciplinadas con el horario, y llegan puntuales. Su apariencia es simple para su edad, no lucen adornos.
- Hola ¿cómo se han sentido?
Por primera vez pregunto hago la pregunta. Es necesario comprobar de sus propias palabras el efecto del trauma emocional sufrido hace apenas unos diez días. Como hasta el momento ha sido, es la mayor quien contesta.
- Estamos un poco mejor doctora - al instante responde la menor con agresividad incontenida.
- Estarás bien tú, porque yo no voy a estar bien nunca!
Dice esto con fuerza. Ya no se ve tímida, y sostiene la mirada con firmeza. Comienza el efecto del daño, esa respuesta a las palabras de su hermana, dicen claramente que ha pensado mucho en lo que le pasó y ahora está en la etapa de negación en la cual el paciente piensa en la injusticia que han cometido con ella, "porqué a mi".
Le pido que me deje un momento a solas con la hermana, que luego continuaré conversando con ella. Entonces arremete, mientras se pone de pie y sale de la consulta.
- Yo no se para qué le dan terapia a ella, si nadie le hizo nada!
La hermana mayor en silencio espera. luego me dice:
- Así es como está doctora, malcriada y hablando mal a todo el mundo!
- Para eso quería quedarme a solas contigo, para saber como se conduce en estos días, pero parece que no hace falta, vamos a hablar de ti ¿Cómo manejas esa situación?
- Pues una vecina me dijo que la deje, que se le pasará.
- No creo que debas dejarla, ella tiene que respetar a todos.
- Pero doctora! es que me da pena ¿Cómo le voy a hablar mal, encima de lo que le pasó?
- Escucha bien y graba esto en tu cabeza, solo tu padre es quien la dañó, eso está definido y no lleva a discusión. Tú eres la mayor y vas imponer y hacer cumplir las reglas. ¿Donde están viviendo ahora?
- Cómo ese señor está preso, estamos en casa.
- ¿Qué señor?
- Mi papá... es que no merece que le llamen papá.
También esta .jóven, manifiesta rencor hacia el padre.
- Pero ustedes son menores, deben volver al albergue.
- Es que va a venir una tía, hermana de mi madre para estar con nosotros, pero al albergue vamos a comer y recibir clases.
- ¿Cuándo viene la tía? porque me gustaría que venga con ustedes a la terapia, quiero que venga con la pequeña.
- Ella llegaba hoy, talvés la encontremos cuando regresemos a la casa.
- Muy bien, se que te sientes muy disgustada con tu padre y madre, los culpan de todas sus desgracias y en cierto modo lo son, sin lugar a dudas, pero a medida que te vayamos explicando el porqué algunas personas emiten conductas inapropiadas, te sentirás mejor para comprender algunas cosas que les pasa a este tipo de personas para reaccionar como lo hacen.
- Doctora yo se que usted nos ayuda... pero no me diga que hay una excusa para eso, porque yo no lo creo, tengo diecisiete años!
Ella también busca apoyo para condenar al padre, el papel de un terapéuta no es juzgar y condenar, es transformar la cosmovisión del pensamiento negativo, que solo lleva a que las jóvenes desarrollen odio y rencor generador de la violencia verbal que ya se advierte en ellas.
- Tienes razón, no hay excusas y no creo que pueda haberla si fuéramos jueces.
- Entonces, lo jueces lo dejaran que se pudra en la cárcel!.
- Yo te entiendo, tienes mucho dolor y quieres verle pagar. Eres muy jóven, una niña aún. Lo que te pasa es que has tenido que trabajar y cuidar a tus hermanas a muy temprana edad, eso te hace pensar que eres una mujer... y si, mentalmente has madurado. Si, creo que eres una mujercita linda e inteligente además de trabajadora, que no tiene que sufrir con odio.
El refuerzo va para levantarle un poco su autoestma, hacerle saber que es importante y útil en su grupo familiar.
- Ahora ve afuera para que pase tu hermanita.
- Gracias doctora.
Sale y de inmediato entra la paciente, la observo ya no está lenta y su mirada parece haberse endurecido en tan solo una semana.
- !Siéntate! vamos a conversar.
Soy enfática y autoritaria. Ya una vez me dió resultado con ella y espero que ahora también. Se sienta lentamente y me mira, el aire de fortaleza se le baja, y le digo:
- Nuestra conversación anterior se suspendió porque te sentías muy mal, y noté que estabas demasiado dolorida para continuar hablando, hoy veo que te sientes tan fuerte que te diste el lujo de dirigirte a tu hermana en una actitud que considero insolente, cuando le debes total respeto a alguien que no ha tenido niñez por estar cuidando de ti y tu hermanita. Debes saber que a pesar de que te han lastimado de la manera más cruel que se pueda lastimar a una jóven, todos lo sabemos y tratamos de ayudarte, pero es bueno que aprendas a ver, quienes son culpables de lo que te pasó, las personas que te quieren, te cuidan y sufren contigo cada lágrima que has llorando, llorando también contigo, no merecen que las maltrate, todo lo contrario a ellas tiene que agradecerle que estuvieron a tu lado en el peor momento y aun estan ahí, compartiendo tu dolor.
Ha sido un largo discurso, pero necesario, esta jóven ha reaccionado agresivamente y es normal, la frustración y dolor, se desplaza arremetiendo contra todos. Va a tener que acudir largo tiempo, a una intensa y contínua terapia, estos casos en su mayoría requiere que la terapia sea permanente.
No dice nada, baja la cabeza y nuevamente explota en llanto diciendo:
- Ay! doctora porqué me pasó esto a mi!
- No creo poder contestarte esa pregunta, pero te voy hacer una ¿te gustaría que algo así le pase a otra persona, a tus hermanas por ejemplo?
Baja la mirada mientras seca sus lágrimas y responde.
- !Claro que no! es terrible, no puedo dejar de pensar en eso, mi hermana dejó que él me llevara.
- Dices eso porque ya escuchaste que ella se siente culpable por no haberlo impedido, y ahora lo repites, pero tú pudiste negarte a ir, no tenías que obedecer.
Ahora intento colocarla en la situación de la hermana.
- ¿Pero cómo si la directora me mandó?
- No podían decir que no, tu padre exigía y la directora cedió a esa exigencia. Quiero perguntarte algo, ¿quisiste ir con tu padre, te hacía falta? me gustaría que fueras sincera cuando respondas.
Levanta la mirada sorprendida, le sostengo la mirada. Parece pensar antes de contestar.
- Creo que si.
- ¿No estás segura? es que recuerdo que me contaste que lavaste, limpiaste y cocinaste, esperaste por tu padre, talvés querías agradarle.
Llorando nuevamente dice:
- Pensé que volveríamos a casa, quise que viera que nos portamos bien, a lo mejor mamá estaba ahí y nos juntaríamos de nuevo. Si me puse feliz, me hacía falta mi papá.
Es normal que sintiera esas cosas, todo adolescente hijo de padres separados, en algún momento siente que tiene culpa del alejamiento de sus padres, y desea hacer cualquier cosa por reunirlos otra vez y esta joven no es diferente, quiere tener a su familia unida de nuevo, soñaba con eso.
- ¿Quieres hablar de eso?
- ¿Es que ese hombre no pensó para nada que yo era su hija?
La escucho, me parece que repite las conversaciones y opiniones que se hacen a su alrrededor. Trato de cambiar el tema con lo que quedó pendiente.
- Tenemos que conversar un poco acerca de la conversación con la enfermera que te socorrió con el médico de turno ¿la recuerdas?
- Si, la recuerdo... no puedo olvidar nada.
- ¿Puedes decirme lo que te dijo?
- Si, ella me engañó.
- ¿Cómo es eso?, ¿que te hace decir eso?
- Se que quería tranquilizarme, pero yo no soy tonta, tengo quince años no soy una ignorante. Ella dijo que él no logró quitarme mi virginidad y yo se que sí lo hizo.
Me da una sorpresa... Llorando continua:
- Cuando me atacó sentí que me desgarraba las entrañas, entonces grité tan alto que los vecinos corrieron y entraron, la puerta estaba abierta... pude haber escapado ¿porqué no lo hice? - intensifica su llanto.
- No podías hacerlo, no esperabas que alguien que te dio la vida y tenía que protegerte te hiciera algo así.
- Si, como iba ni siquiera imaginarlo, él le daba golpes a mi madre y a nosotras también, mi madre se fue por su culpa y nosotros tuvimos que irnos también.
- Si, ya sabemos eso, no volverá a pasar. Y ustedes han aprendido con ese sufrimiento, que la agresividad no es buena, y no permitirán que nadie más lo haga ni a ustedes ni a nadie... Nuestro tiempo terminó, pero la próxima cita, me gustaría que vayas conmigo a la sala de emergencia con las adolescentes, vamos a trabajar con las jóvenes que como tú, han sufrido algún tipo de violencia ¿crees que puedas hacerlo?
- ¿Usted dice que yo trabaje con usted allá?
- Bueno no precisamente vas trabajar, eres una menor no puedes, solo me gustaría que compartas con ellas mientras las visitamos. Solo las saludas, ellas también sufren mucho lo que les pasó.
- Si, iré con usted.
Lo dice sin mucho entusiasmo. Creo que no es tiempo de que reaccione a ningún tipo de estimulación que le alegre. Muchas veces en estos casos, los pacientes se endurecen y no responden a las emociones que pudieran ser minimamente placenteras.
- De acuerdo, ahora que venga tu hermana para despedir la terapia de hoy, me gustaría que la abraces y le digas que la quieres mucho y que te perdone haberla maltratado, que le agradece que ella también te quiera, no debe sufrir pensando que no la quieres.
- Si señora.
Ver las personas abrazadas y perdonándose, diciendo que se quieren, es uno de los momentos que más disfruto de mi trabajo. Amor es lo que la gente necesita.
Aunque la paciente no mostró un entusiasmo notable, parece que le agrada la idea de compartir con las jóvenes que como ella han sufrido agresiones. Esto se hará con la intención de que ella pueda ver, que no solo a ella le ha pasado una tragedia, que más personas como ella también sufren, además de que puede contribuir a bajar y hacer desaparecer esos sentimientos agresivos en ciernes.
ENTREVISTA No. 5
Llegan como siempre puntuales esta vez las acompaña una señora que presentaron como su tía y la hermanita de 8 años de edad.
Se llevó a cabo una conversación a solas con la tía, que ya conocía la situación familiar anterior al evento que motivó este tratamiento de terapia familiar, aportando datos que permitirán aplicar estrategias para que la familia pueda sobrellevar lo acontecido. Luego de las orientaciones pertinentes al caso de su sobrina, se acordó la continuación de la terapia familiar.
Mando entrar a las jóvenes y luego de conversar un poco con ellas juntas, con el objetivo de observar el modo de interacción del grupo, es notable que la presencia de la tía va ha ser beneficiosa, sienten necesidad de tener una madre, y la señora aparte de ser consanguínea, ya las conoce y sabe como manejarlas y con la debida orientación saldrán adelante.
La situación por la atraviesan como familia es muy dura, no solo por el hecho en sí, sino por las características de salir al dominio público. El incesto que sale a la luz pública se convierte de hecho, en un asunto mucho más grave, por cuanto interrumpe la intimidad familiar que acostumbra guardarlo en secreto, y al daño irreparable de la víctima, se suma la aparición de la verguenza. Con el paso del tiempo, se reflejaran las consecuencias en las víctimas. Estas al llegar a la edad adulta desarrollan problemas de personalidad relacionados en su mayoría con la conducta sexual. (no se colocan datos comprometedores de la intimidad de los pacientes, como fechas y nombres, en ninguno de los casos que aparecen como ejemplos, ni del caso de estudio para proteger a las familias afectadas. Los casos utilizados como ejemplo cuentan con la anuencia de los pacientes, a quienes agradecemos el deseo de ayudar a otras personas basados en su experiencia).
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Caso de archivo de la consulta de la Licda FLAVIA PEGUERO.