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Soy una persona alegre,casada con una gran familia, disfruto de la vida...me gusta soñar para lograr realidades.

miércoles, 10 de junio de 2015

¿SOY HOMOSEXUAL? TENGO DUDAS.

    La homosexualidad es uno de los temas más interesantes y debatido de los últimos tiempos, debido en parte a las características actuales del destape y las exigencias sociales de este grupo antes oculto tras "bambalinas", visibles solo en el teatro y en películas de cine en condiciones estelares de payasos, y donde en pocas producciones son tratados con seriedad. Tiempo atrás podías ver un homosexual como alguien que era considerado el payaso o "loca" del pueblo, donde se atrevía a salir de un "armario" como se dice hoy para ser objeto de burlas, convirtiendose en víctimas de una discriminación prejuiciosa.
   Actualmente, a los valientes homosexuales que intentan enfrentar su medio y al mundo con exigencias de las que realmente no son exceptuados si se considera su anatomía físico-biológica y su fisiología, no les va muy diferente a pesar del pensamiento social de nivel académico alto y madurez mental de los grupos de opinión. 
   Uno de los puntos en conflictos dentro de esta condición personal, es la conceptualización equivocada de definirla como un "tercer sexo", cuando la realidad biológica es que no existe tal condición  real ni científicamente hablando. Alguien que así piensa, lo sabe y no puede ignorar que es hombre o mujer visible e inequivocamente demostrable. Pretender que es una "mujer encerrada" en el cuerpo de un hombre y viceversa, es hacer como el avestruz que mete su cabeza en la arena y deja de ver el peligro, para descubrir luego de la mordida del león, que solo en su cabeza dejó de existir ese peligro. Es como tapar el sol con un dedo frente a tus ojos, tu no lo ves, pero el sol sigue estando ahí y el ocaso imaginado  es momentáneo. Por tanto la frase actual "en tu mente", es aplicable en estos casos. Solo en sus mentes los homosexuales son un "tercer sexo" o están encerrados en un cuerpo equivocado.
    Considero que la homosexualidad en ningún momento representa un problema social. La decisión de ser homosexual para un hombre o lesbiana en el caso de la mujer, es personal y no afectará a nadie que no sea la persona misma. No representan un peligro para la sociedad, son simples ciudadanos con todos los derechos que como tales les corresponde, en cuanto a protección, respeto en todos los ámbitos sociales, constitucionales o legales, así como también el disfrute de ser libres de diferencias o prejuicios.
    Ahora bien, no considero que ser homosexual, transexual, asexual o lesbiana sea un derecho que nadie tenga que reclamar a la sociedad, eso es solo una actitud individual o personal de quien así decida conducirse. La constitución y las leyes en su contexto social sostienen derechos y deberes ciudadanos que competen tanto a gobernantes como a gobernados, son claros y precisos, lo mismo que abarcan a todos los ciudadanos y estos no se clasifican por preferencias sexuales (este tema será tratado ampliamente en otro aparte)
    La realidad de una persona que decide ser homosexual, no es diferente a la que decide ser heterosexual, bisexual, transexual o asexual, es cuestión de preferencias la hora de practicar el sexo. El sujeto en cuestión, sentirá atracción sexual cuando esté fisiológica y mentalmente listo para copular como cualquier otro animal viviente, con la diferencia de que el hombre racional, escogerá pareja y no desconoce el fin último del acto sexual que involucra dar vida además de placer.
    ¿Cuál es la razón en que se apoya una persona para escoger tener sexo supuestamente antinatural de forma voluntaria? No la hay y parece que no habrá una respuesta científica general, pero si muchas individuales.
    En cuanto a las repercuciones sociales de características humanas que implican preservación y conservación de la vida del hombre en la tierra, sería arriesgado suponer que en un futuro todos los humanos decidan copular con una pareja del mismo sexo. Supondría esto que lo que conocemos hoy como humano en la tierra desaparecerá por falta de procreación, este no es un supuesto religioso, cae dentro de la probalidad después de la apertura, donde se ha manifestado que no son un grupo limitado y es mucho mayor la cantidad de los que aun guardan silencio. Es un supuesto lógico, en caso de que las mujeres dejen de parir, porque todas son lesbianas y los hombres no fertilicen mujeres por ser todos homosexuales.
     Por otra parte pretender que se nace homosexual es una aseveración de poco peso real o científico, pues la mayoría de los humanos al igual que los animales inferiores, practican juegos sexuales con sus congéneres del mismo sexo a muy temprana edad y sucede aún en la preadolescencia entre los 12 y 13 años de edad sin que desencadene problema alguno en la definición o identidad sexual futura un niño (Kinsey 1970-90). La práctica sexual enmarcada como natural en el contexto aceptado y conocido, indica que para una función sexual sea productiva ha de manifestarse un acoplamiento de hombre con mujer y/o macho con hembra.
    Ningún estudio científico ha demostrado con certeza que se nace homosexual o lesbiana, tampoco que se hereda genéticamente tal condición y neurológicamente no se establece diferencia entre el cerebro de un homosexual y un heterosexual a no ser el registro de las emociones que en el momento del estudio neurológico está experimentando el sujeto.
    Más de 3,400 artículos refieren investigaciones tratando de descubrir el origen o las causas de la homosexualdad. La mayoría de ellos sugieren fuertemente que la homosexualidad es una condición socio-psicológica (Barnhouse, Houk, Kronemeyer, Masters y Jhonson y otros) estableciendo como causas probables, condicionamientos familiares, ambientales, sociales o culturales, los cuales crean:
     - Confusión sobre la identidad sexual.
     - Confusión sobre la sexualidad y necesidad de vínculos emocionales.
     - Impulsos que buscan llenar esas necesidades.
     - Sentimientos de rechazo y abandono.   
    Eso de clasificar genes en categorías xxy, xyy, xxx,... no han pasado de ser hipótesis y por demás predictoras de una anormalidad, que no posee ningún homosexual o lesbiana. Algunos estudios sugieren diferencias por ejemplo,  en algunas características físicas visibles, como por ejemplo, las huellas dactilares de un hombre homosexual y otro heterosexual, encontrando que la de los primeros coinciden con los de una mujer. El mismo estudio encontró mujeres no lesbiana con huellas dactilares de características masculinas, desvirtuadas estas investigaciones por el hecho de que el medio ambiente es factor de influencia para la adquisición de dichas características. Es lógico que un hombre que decide ser mujer, procure parecerlo teniendo manos y piel suaves, igual lo es en el caso de la mujer que pretende ser hombre, buscará la forma de tener manos varoniles y todos sabemos que el tipo de trabajo, fácilmente proporciona estas cualidades. La genética ha demostrado que los caracteres adquiridos no se heredan, por ejemplo, parejas heterosexuales tienen hijos homosexuales y no se ha podido confirmar que hayan heredado de sus padres la homosexualidad, o que un padre homosexual encubierto tiene hijos heterosexuales que nunca mostraron tal condición.
   Hasta el momento, no importa la edad en la que un sujeto muestre su homosexualidad, las investigaciones recopiladas en estudios de casos, muestran que esta se adquiere en el medio ambiente social y que la dirección del refuerzo que se recibe con las experiencias sexuales, será el resorte que impulse su manifestación en la preferencia escogida.
    Ahora bien, en mi opinión las razones que impulsan a un individuo a conducirse en cualquiera de las modalidades sexuales conocidas les son muy propias. Un sujeto puede ser inducido a una determinada preferencia sexual desde muy niño en su medio ambiente y/o amparado en las experiencias sexuales que haya aprendido de adulto. Luego conducirá su preferencia sexual en la dirección del refuerzo recibido adoptando cualquiera de la modalidades que le acomode llegando incluso a experimentar con varias de ellas, por lo que podemos encontrar alta incidencia en la bisexualidad (Casos de estudio en la consulta de la Licenciada Flavia peguero)
    Por tanto, las experiencias sexuales a temprana edad, pueden haber sido buenas o malas según la situación en que se inició la persona. Una experiencia sexual calificada como mala por el sujeto que la experimenta, puede desembocar en direcciones completamente sorprendentes, provocando en él comportamientos tan disímiles como inexplicables en algunos casos. Por ejemplo: Una joven que desde niña haya sido violada y golpeada por su propio padre, cuando ya no sea dependiente de su abusador, se convertirá en prostituta porque siente que tuvo la culpa de lo que su padre hizo con ella, se cree merecedora de ser castigada por los hombres cuando sea maltratada y usada sexualmente por ellos, o puede convertirse en lesbiana como una forma de reveldía y rechazo al sexo opuesto representado por todo hombre como una imagen del padre abusador o simplemente rechazará el tener sexo, por considerarlo negativo y nada placentero. Estos mismos resultados se presentan en los abusados de sexo masculino. Presentamos a continuación un caso de estudio de la consulta de la licenciada Flavia Peguero. No se identifican nombres, para proteger la identidad del paciente y la publicación se hace con la anuencia del mismo, quien acepta publicar su experiencia en la terapia como una forma de ayudar a otras personas que pueden estar pasando por problemas iguales o parecidos.

     SOY HOMOSEXUAL. TENGO DUDAS. CASO DE ESTUDIO.

     Solicitud de ayuda para el problema: Intento suicida. Problema de identidad sexual.
     PI: profesional de la medicina en ejercicio. 27 años de edad. Soltero. Menor de dos hermanos de la madre y segundo de tres del padre. Padres separados. Abandonado por los padres en casa de los abuelos paternos. Ausencia de interacción con la madre y poco frecuente con el padre.   
     Situación actual: separado del grupo familiar.
     Diagnóstico: depresión sonriente (estado depresivo donde el paciente se conduce con normalidad, sin mostrar ningun signo que indique un estado de ánimo anormal)
     Pronóstico: favorable.
    Terapia aplicada: Individual y a Distancia combinada con Estructural, se cambió la cosmovisión cultural del problema para reintegrar paciente al grupo familiar eliminando su aislamiento.
   
    
    ENTREVISTA No. 1

    Me aborda en los pasillos del hospital.
    - Doctora, permítame un momento.
    Me detengo y espero, es un médico conocido, muy joven, algunas veces me refiere pacientes como parte del trabajo conjunto que llevamos a cabo y recientemente lo había visto en la fiesta navideña donde compartimos todos los trabajadores de la salud física y mental
   - Doctora quiero agradecerle... usted me salvó la vida.
   Lo miro con extrañeza, pues no entiendo lo que me está diciendo.
   - Le debo la vida porque el día de la fiesta usted me salvó la vida, en el instante en que se acercó y me habló. Usted fue mi ángel de la guarda.
   Sonrío y en ese momento rememoro el acontecimiento que me narra. Si, es cierto, recuerdo que durante la fiesta le observaba atentamente desde mi mesa de grupo, el compartía con el grupo de médicos jóvenes. Llamaba mi atención, porque mostraba mucha alegría, tomaba muchos tragos de la botella de licor y regularmente él no es así. El es un joven tímido y taciturno, de saludos cortos y poca conversación, me refiere los casos apenas con la información relacionada y no se extiende. Le vi salir del salón de fiesta y le seguí cuando noté que tardó en entrar. Cuando lo divisé en el balcón, inclinado de tal forma que medio cuerpo casi colgaba hacia abajo, me acerqué y le pregunté si se estaba sintiendo mal, entonces enderezó su cuerpo y volteó hacia mi, sorprendido. 
   - Si, recuerdo bien.
   Recuerdo muy bien que lo lleve al centro de la terraza y lo senté en una silla, llamé a la emergencia y solicité al servicio que subieran a buscarlo, cuando llegaron les ordené a la enfermera que lo acostaran y no le permitieran subir de nuevo, porque al parecer estaba muy bebido y no se sintía bien. Pero lo que me llevó a tomar esa decisión, fue el llanto que brotaba de sus ojos algo que contrastaba con alguien que hacía un instante reía con gran algarabía. 
   - Si, yo volví a nacer en sus manos esa noche, por eso le digo que me salvó la vida.
   - Creo que si, de seguir tomando como lo hacías te hubieras intoxicado de alcohol.
   Sonrío y me dispongo a seguir con los expedientes del día en la consulta, cuando sus palabras me paran en seco.
   - No solo por eso doctora, es que yo estaba a punto de lanzarme al vacío, estaba ahí con la intención de suicidarme y gracias a que me detuvo no lo concreté.
   Entonces lo tome por el brazo y le dije:
   - Venga vamos a hablar en el consultorio, ayúdeme con los expedientes para que yo pueda abrir la puerta. 
   Como siempre aprovecho el momento que me pone la situación, es parte de mi estilo de trabajo, y las personas no lo sienten como presión, porque aparentemente me están ayudando a mi.
   - Siéntese, aquí podemos hablar privadamente de cualquier cosa que le esté pasando, quiero que sepas que lo más importante es estar vivo y ningún problema es imposible de resolver, todo en esta vida tiene solución. Hábleme de lo que le pasa, y haga que de verdad me convierta en ángel.
   Toma asiento, y fija su vista en el piso, con sus ojos enrojecidos llenos de lágrimas sentidas con el grito que sale de su boca.
   - Ay! doctora yo no se para que estoy vivo!
   Rápidamente me apresuro a contestar, no necesito preguntar porqué, conozco la depresión y el grito de ayuda de quien la sufre de manera grave, ya confesó su intento suicida.
   - Estas vivo para hacer lo que hace todos los días, salvar la vida de mucha gente, traer al mundo muchos niños cuando asistes a las parturientas, cuando ofreces consuelo a esas mujeres, niñas, niños violados y maltratados que me refieres en nuestro trabajo, todo eso y más me dice que eres una persona muy importante y necesaria en esta vida.  
   No dice nada, y continua llorando.
   - Llora si eso te alivia de lo que tanto te está atormentando.
   Entonces procedí a tutearlo, para lograr un poco de confianza y hacer acercamiento y confidencia.
   - Puedes confiar, estamos en confidencia y lo que digas aquí queda entre tu y yo. Solo que tu quieras sale de los dos, y solo si quieres puedes decirme lo que consideres que debo saber por el momento, porque de ahora en adelante puedes solicitarme ayuda y yo estaré siempre para ayudarte, vamos a trabajar para ayudarte.
   - Doctora mi madre no me quiere.
   Lo suelta en medio del llanto, con amargura, no digo nada ni muestro sorpresa, me mira y continua enjugando sus lágrimas.
   - Ella me abandonó desde que nací, en estas fechas navideñas las familias se unen, las madres son dulces y cariñosas, ella ni siquiera me busca nunca ¿como pudo parirme? no lo entenderé nunca, como usted dice yo hago los partos y veo como esas madres a pesar de sufrir tanto dolor en el parto, cuando se le coloca su hijo en los brazos, parece que se anestesiaran y sonríen olvidando el dolor de apenas instantes. Eso me emociona tanto, que cada vez que hago un parto lloro y pienso si mi madre no sintió nada por mi cuando nací.
    Con la extendida respuesta noto que pronuncia con dificulta la consonante R, tiene frenillo pronunciado, casi habla como un bebé. Al hablar de las navidades, confirma el diagnóstico de primera impresión, esta es una época del año con alta incidencia de la depresión.
   - Desde luego que sintió, es muy cierto, pero las circunstancias de los embarazos y partos de muchas mujeres no son las mismas, vamos a averiguar que le pasó y le está pasando a tu madre.
    - Pero doctora ¿qué madre desprecia un hijo por circunstancias ninguna? no, esas no son cosas que están escritas.
    - No tienen porque estarlo, no todos hacen lo que tu estás haciendo conmigo ahora, hablar de esas cosas.
    - Yo estoy seguro que si ella no me abandona, yo no hubiera pasado lo que he pasado en esta vida.
    - Bueno, dices que te abandonó siendo un niño, debes haber pasado por muchas cosas de las cuales parece que la haces culpable a ella.
    - Si usted supiera, lo que he pasado, se cae para atrás, a veces pienso que soy muy fuerte para aguantar, pero hay momentos en que pierdo esa fuerza como el día de la fiesta.
     - En realidad lo eres, solo el alcohol te hizo flaquear, porque no estabas en tus cabales. Si quieres, empecemos un recuento de esa historia, vamos programar sesiones de una hora y de a poco, descargas el peso de esas culpas que te deprimen tanto.
     -  Si ya creo que abusé de su confianza, sus pacientes la esperan.
     - No, este fue tu tiempo, piensa que es nuestra primera entrevista de trabajo, abriremos una cita para mañana al cierre de las consultas y más luego acomodamos las otras sesiones ¿qué te parece?
     - Está bien, le agradezco, realmente necesito esto.
     - Muy bien quiero que vayas tranquilo, que a partir de hoy vamos a resolver los problemas que te agobian, no olvides que todo tiene solución y tu eres parte de ella, eres un hombre muy valiente y acabas e dar el primer paso para ayudarte a ti mismo.

      Tenemos un caso de depresión grave, no pasamos pruebas antes de diagnosticar, porque solo la confesión de intento suicida es suficiente para saber su gravedad, además de que fui testigo de su actitud.
      Un caso raro y extraño, un paciente fortuito, obra de una contingencia. Siempre observaba aquél médico tan joven y dedicado con tanto amor a su profesión. Pienso en tantas personas que pasan frente a nosotros con enormes cargas y apesadumbrados y no lo notamos. Los Psicólogos desarrollamos alguna cualidad especial que nos permite ver más allá de lo que se nos presenta, porque ahora me pregunto ¿qué realmente fue lo que me llevó aquella noche ir tras el joven médico? como le digo a todos, no somos magos ni adivinos, solo somos observadores, pendencieros o fizgones. Pero mi actitud hacia el joven fue influencia cultural, es costumbre decir que el que está ingiriendo alcohol, no debe salir al sereno nocturno, se puede marear y sentir mal, eso fue lo que quise hacer, ayudar en ese sentido. Sin embargo la declaración de su tristeza, resaltando los tiempos navideños, es claro que es la depresión propia de la época. En las navidades, todo el mundo habla como el tiempo de la familia y como es lógico las personas que viven solas, se sienten abandonadas, separadas de los seres queridos y por una razón de distancia, conflicto, o pérdida que en cualquier sentido se afecta su sistema emocional recuperan espontáneamente sentimientos depresivos ocultos bajo la máscara de una depresión sonriente.

     ENTREVISTA No. 2

    Llega a la cita, explica que no tiene guardia hoy por lo que se apresuró cuando se percató de terminé las consultas de la tarde. No es que lo vea animado, pero se ve ansioso y casi como un niño que recibirá alguna buena nueva.
    - Hola doctora, antes de que hablemos de mi, dígame como está nuestro paciente, el que tratamos ayer y que le referimos por intento suicida.
    - Hola doctor, el paciente está mejor y creo que se dará de alta en cuanto venga la madre, a la cual hay que orientar sobre los problemas de su hijo.
    - Que bien.
   - Hablemos de ti,  vamos a preparar el diagrama familiar, donde podremos ver el sistema de interacción de tu familia contigo.
    - Bueno, yo no tengo interacción ninguna con ellos, casi ni los veo.
   - No importa, no verlos y no compartir con ellos ya es un tipo de interacción que implica alejamiento y en la terapia pueden aparecer las causas que ayuden a mejorar las relaciones.
    - Oh! ya veo.
    Luego de establecer el diagrama familiar y el patrón de interacción de esta familia, comprendo la soledad que agobia al paciente.
    - Vamos a ver, habla de lo que en tu memoria guardes desde pequeño de lo que ha sido una familia para ti.
      - Si se puede llamar familia,  eramos mi abuela, abuelo, yo y mucho después se sumó un hermano mayor que después con los años, supe que era un recogido de mis abuelos, ellos son cristianos y ese era un huerfano de la iglesia.
    - Si no sabías eso es una familia. Una familia es el grupo en el que creces y compartes tu vida, y hasta el perro forma parte de ella si tuvieran uno. Ese grupo no necesita ser consanguíneo, así que es pariente porque conviven juntos.
    - Si, mis padres no vivían con nosotros.
    - ¿Cómo era la cotidianidad en tu diario vivir?
    - Era muy buena hasta que cumplí siete años y llegó a vivir con nosotros ese hermano mayor.
    - ¿Cuantos años tenía ese hermano mayor del que hablas?
    - No se, pero era grande, un joven como de 18 ó 20 años de edad.
    - ¿Qué te hace decir que todo era bien hasta que él llegó a la familia?
    Guarda silencio, fija la vista en el piso, no lo interrumpo. Gruesas lágrimas ruedan por su rostro, le ofrezco los pañuelos y enjuga sus lágrimas. No dice nada y no lo apuro, luego dice:
    - Esto es muy duro para mi, me da vergüenza hablar de eso.
   - No olvides que esto es confidencial, y yo soy tu terapeuta, debes confiar en la terapia, solo así podremos ayudarte.
    - El me violó, yo solo tenía siete años, y lo que más me duele es que mis abuelos no se dieron cuenta.
    Llora con gran dolor, percibo temblores en sus manos.
    - Tranquilo, no tienes que sentir vergüenza, no tienes culpa de lo que te hicieron, eras un niño, no podías defenderte de tu agresor.
    - Ay! he vivido con esa carga a cuesta, todos estos años, y con lo injustos que fueron mis abuelos.
    - ¿Qué te hacer decir que fueron injustos si como dices no se percataron de lo que sucedió?
    - Doctora, recuerdo como una película todo el tiempo aquella noche y esa mañana en que no quería levantarme para ir a la escuela. Estaba dolorido, no podía caminar, y mi abuela me regaño y llamó haragán, me dieron un correazo  y me tiraron de la cama, me llevó al baño y ni siquiera se fijó, que caminaba mal, abierto de la piernas, sentía mucho dolor, había sangrado, me fui llorando a la escuela, y tampoco la profesora me ayudó, ya mi abuela le había dicho que yo no quería ir a la escuela. Me pregunto si no vio la cama, yo vi que había sangre.
    Habló con mucho detalles del acontecimiento que parece haber marcado su vida. 
    - ¿No contaste a tus abuelos lo que sucedió?
    - Cuando regresé de la escuela, le dije a mi abuela que quería decirle algo y me dijo que espere a servir la comida, que coma todo, pero yo no tenía hambre estaba asustado. Vio mis ojos rojos de llorar y me preguntó si me duele la cabeza, y entonces le dije que el hermano me hizo duro en las nalgas y me tapó la boca, que por eso no me oyó gritar en la noche. Y no quiera usted saber lo que pasó.
    Se echa hacia adelante en la silla, se apoya en sus rodillas con los codos y llora intensamente. Está sufriendo mucho, pero es necesario que descargue todo lo doloroso que fue aquello en su vida.
   - ¿Qué pasó, que hizo tu abuela?
   - Nada, no hizo nada. Me tomó por un brazo y me sacudió fuerte, me amenazó con una buena pela (tunda) para que no hable mentiras, para que respete y que me iba a quemar en el infierno, que me parezco a mi madre mentirosa.
   - Y el hermano ¿qué dijo, qué hizo?
   - Lo negó, dijo que yo no lo quería, que estaba celoso de él, que los muchachos son así, pero que no se angustie, que en estos tiempos el demonio ataca hasta los niños, después de eso, todos empezaron a orar para despojarme del demonio que supuestamente se apoderó de mi.
   - ¿Ni siquiera te revisaron?
   - Ni siquiera eso, yo solo lloraba.
   - ¿Y los vecinos, no escuchaban tus llantos?
   - No, ellos son cristianos también, igual hacen griteríos cuando claman orando contra el diablo.
   - ¿No reclamaron nunca al hermano alguna cosa, no dispusieron algo con él?
   - No, él se había ganado a mis abuelos, ayudaba en la casa, limpiaba, lavaba los platos, y siempre era servicial con la abuela, respetuoso con el abuelo a quien también ayudaba mucho, mientras que ellos decían que yo no era bueno para nada, y para colmo ahora no quería ir a la escuela. Y el muy desgraciado hace un tiempo que me busco, y me pidió perdón, dijo que no sabe como hizo eso conmigo, que lo perdone.
    - ¿Y lo perdonaste?
    - No le dije nada, guardé silencio.
   Vuelve a dejarse caer sobre el espaldar de la silla, extiende sus piernas y llora mientras fija la vista en techo. Lo dejo así, tranquilo. Espero, ha sido fuerte rememorar tanto dolor, lo que tengo frente a mi es un niño, recordando una historia triste de su vida y decido terminar la sesión.
  - Vamos a terminar por hoy, se que ha sido muy duro para ti, pero necesario para aliviar tu sufrimiento, toda tu vida ha guardado dolor y rencores. Eso es lo que necesitas cambiar en ti vida. Continuaremos en la próxima semana.
   - Doctora ¿no puede ser más próxima esa sesión?
   - No, ya he programado para ti tres secciones semanales y se espaciaran cada dos más luego. ¿cómo se siente ahora?¿duermes bien?
   - Mucho mejor, siento que me quité una carga pesada. Si duermo bien y mucho, no quisiera despertar nunca, pero las responsabilidades obligan.
   - Eso es bueno, le voy a recomendar unos ejercicios para cuando se sienta triste, respira profundo, respirando y expirando larga y pausadamente te relajas, pero cuando lo hagas elabora pensamientos positivos, planes, metas, no olvides que el mundo es tuyo y solo tú lo mejoras, estamos recordando historias que ya pasaron, luego que la descargas, irán quedando atrás.
    - Así lo haré.
    Como podemos observar en este caso, la necesidad de tener en quien confiar, han hecho de este paciente un seguro pase a la transferencia, por lo que cortamos de lleno con la estrategia de tutearlo para atraer su confianza, y organizar la sesiones distanciadas en contra de sus deseos. No hay que olvidar el calificativo de "ángel" que me dio al abordarme en principio. La empatía es buena pero tiene un límite, que permite al terapeuta conservar la dirección de la terapia. El paciente nunca debe dirigir al terapeuta, no importa cuan grande es la necesidad que tenga de que alguien le escuche, el paciente no es un amigo. El síntoma de dormir mucho es un escape a la grave depresión, enajenarse de las angustias, pero no es mal signo en su caso, como el mismo dice es responsable de sus obligaciones y no le afecta negativamente. El exceso de sueño, es un signo depresivo de cuidado en niños, adultos con problemas y envejecientes. 
    Tenemos un caso de violencia sexual intrafamiliar, el incesto que constituye uno de los problemas familiares mas frecuente y oculto entre las familias que lo padecen como secreto familiar. La situación de incesto es conocida por todos, pero nadie habla de ello y los niños que sufren, llegan a crecer entendiendo que es normal lo que hacen los adultos con ellos.
   
    ENTREVISTA No. 3

    Hoy la sesión comenzó tarde, yo tenía todo el horario ocupado y el paciente tenía la emergencia, pero su interés en trabajar su problema, es algo que merece atención.
    - Hola doctora, gracias por aceptar mi cita fuera de su horario.
    - Hola, como se siente hoy.
    - Un poco mejor.
    - Eso es bueno, sentirse mejor es un gran avance. Vamos a aprovechar el tiempo y continuemos con los recuerdos.
    - Si.
    - Puedes continuar, que pasó con el hermano, con tus abuelos, tu padres.
    - Nada, no hicieron nada, a mi padre lo veía muy poco. El se casó con otra mujer que parió a mi única hermana y a mi madre no la veía nunca.
    - ¿No llamó a su padre para contarle lo que te pasó?
   - No, yo era un niño, no teníamos teléfono y yo ni siquiera sabía donde vivían, entonces me sentí abandonado, despreciado y eso no es lo peor.
    Se queda en silencio, se inclina hacia atrás apoyando su cabeza en el respaldo de la silla, vuelve hacia delante, se estruja las manos, extiende sus piernas, las recoge, se apoya en sus rodillas y de repente da golpes fuertes en el brazo de la silla,... yo espero. 
    -Ya estoy seco, y no puedo recordar sin sentir rabia, por mis abuelos, mis padres y ese abusador. Doctora el me estuvo violando hasta que cumplí trece años! me decía que ya no dolería y así fue, me dijo que me amaba mucho y yo le creí. Yo creía que me amaba!
    Vuelve su cabeza hacia atrás y cierra los ojos, guarda silencio. 
    - Es normal en tu condición que le creyera, eso muestra que sentías necesidad de afecto, amor y él te lo estaba proporcionando¿Cómo paró a los trece años?
    - Tenía una novia, y se iba casar. Pero yo ya sabía que lo que hacíamos estaba mal, hablaba con mis amigos de la escuela y aprendí que la gente se burla de los que hacen eso y que el que se deja es un sinvergüenza marica. Desde entonces, el miedo y la vergüenza no me dejan vivir.
    - Pero recuerda que no tienes culpa de nada, eras un niño y abusaron de ti, nadie te defendió, no encontraste ayuda ni de tus padres, no sientas vergüenza de nada, tu eres una persona valiosa, eres importante y mucha gente te quiere y te necesita. El abusador se aprovechó de tus necesidades afectivas, te sentías abandonado por tus padres, la rigidez de tus abuelos y su cultura de no dar crédito a las palabras de un niño. Eso fue aprovechado por el violador, y tu sentiste que alguien en verdad te amaba, te acariciaba y te hacía sentir bien.
    - Doctora ¿yo soy homosexual? ¿usted cree que esa fatal experiencia me convirtió en homosexual?
    - No lo se, eso solo tú puedes saberlo. Ser o no ser homosexual es un sentimiento de la persona, y solo quien lo siente lo sabe. Naturalmente que aprendiste a tener sexo de esa manera, lo que puede provocar en ti preferencia por ese tipo de sexo, lo que no te hace homosexual.
    - Es que me atraen los hombres y a veces las mujeres.
    - ¿Has tenido novias o novios?
    - He tenido novio y he intentado con alguna amiga, pero me siento incomodo con ella, pero también con el hombre. No puedo olvidar el abusador cuando estoy con un hombre y no quiero a la mujer, no se porque pienso en mi madre, no me siento cómodo con las mujeres. A veces siento ganas de vomitar cuando estoy con una mujer.
     - ¿No sientes placer cuando estás con una mujer?
     - Si, pero me quedo con una sensación desagradable luego, como si hubiera hecho algo malo, así como cuando era pequeño, que hacía cosas a escondida, como robar los dulces o un juguete. No se explicarle, es como un cargo de conciencia.
    - ¿Recuerdas haber sido tocado por una mujer cuando eras pequeño, en términos sexuales?
    - No, solo recuerdo recibir muchos besos y cariños de las muchachas del barrio, decían que yo era muy bonito, y una me decía "mi novio" y que se casaría conmigo cuando yo fuera grande.
     - Es propio lo que sientes, tus primeras experiencias no fueron agradables, y si piensas en tu madre cuando estás con una mujer, solo ves en ella a la mujer que te abandonó. Pero sabes que las personas son ellas mismas, nadie es igual, existen mujeres y hombres amorosos, que no son capaces de abusar ni abandonar a quien aman. Esas muchachas eran amables y cariñosas con el niño que eras tú en esa época, eso te mostró que la gente es diferente y que las chicas pueden ser amorosas y buenas.
    - Yo se eso, tengo una enamorada, siempre esperando por mi, pero soy yo quien abandona. Le voy a confiar algo, yo no se que le dijo nuestro paciente suicida en la consulta con usted, pero él me amenazó con suicidarse si lo dejaba, el era mi novio.
    Ahora entiendo, su preocupación y que lo hizo atreverse a participar en la terapia. No le muestro asombro, aunque me sorprendió su confesión solo quiero que siga confiando y le escucho con naturalidad. Es claro que habló con el paciente y que este debe haberle confiado sobre el trabajo de su problema con la psicóloga.
     - Continua, que te hizo abandonarlo.
     - Sus padres descubrieron lo que pasaba entre nosotros, me agredieron verbalmente, diciendo que yo abusaba, pero no es cierto, el es mayor de edad y fue mutua la atracción. Pero ahora yo tengo una relación con un hombre casado, tiene 45 años y dos hijos. Nos llevábamos muy bien, dice que si su mujer lo tratara como yo, él sería feliz.
      - ¿Y tu eres feliz con él?
      - Bueno yo me siento bien, nos reunimos los domingos, hablamos de nuestras vidas.
     - No has pensado que una relación con alguien comprometido puede ser problemática, el está siendo infiel a su esposa contigo.
      - Si, eso me preocupa.
      - Una recomendación que debes tener presente es cuidarse de la promiscuidad, use protección, aunque como hombre no tendrás un embarazo, si tienes riesgo de contagio con enfermedades y parásitos. Por la necesidad de afecto no debe exponerte a correr riesgos.
     Habla de esa relación, con entusiasmo, apenas nota que puede ser víctima de un bisexual, que aprovecha su necesidad de afectos.  
      - Las personas que te conocen ¿saben que eres homosexual?
      - No! yo no muestro nada de eso, mire usted ¿parezco homosexual?
      - A mi me parece usted una persona, ya le expliqué que la homosexualidad es un sentimiento que solo el que lo siente lo sabe. El parecerlo o no, es cosa personal, existen individuos que les gusta mostrar públicamente sus preferencias sexuales, se venden, se exhiben y visten como mujer o como hombre si fueran mujeres. Si te enamoras o te enamoran es porque de alguna manera lo muestras.
      - Si, parece que así es.
      - Nuestro paciente, me ataca mucho, para que vuelva con él, yo no quiero problemas con nadie, y hasta me mude del barrio, pero él me insiste en que quiere volver, yo no quiero.
      - En cuanto a  nuestro paciente como le llamas, hay dos cosas que debes saber, el es su paciente como médico, el es mi paciente como psicóloga, mi trabajo es confidencial, es lo que estoy haciendo con usted ahora y no tengo permiso de revelar confidencias de mis pacientes, si usted se pone de acuerdo con él, podemos trabajar para que esclarezcan su relación en la dirección que ambos deseen. Pero si ya usted no quiere la relación, es necesario que sea claro y le diga lo que quiere. Nada le obliga a permanecer en una relación que no quiere.
      - Si, creo que tiene razón trataré de hablar claro con él.
    - Terminamos por hoy la terapia. Continuaremos en la próxima semana. Continúe con sus ejercicios de meditación, combine ahora con una buena lectura y programe sus pensamientos para una convivencia positiva con usted mismo.

       OBSERVACIONES

    En esta sesión de terapia, pudimos ver como suceden los ataques sexuales, como el abusador ejerce dominio sobre la víctima, y como el medio ayuda . Esa situación agravada en gran parte por la rigidez religiosa de los abuelos, que acogen con beneplácito un huérfano "hermano de religión", y que en su buena obra no advierten que su acogido no trae nada bueno para con el pequeño nieto bajo su custodia. La costumbre cultural de permitir que niños duerman con adultos es muy frecuente, sobre todo en familias de escasos recursos, donde tienen una habitación para todos y camas compartidas, ignorando que existe el riesgo de incesto y violación aunque sean del mismo sexo. En este caso la teoría que se acoge a la situación homosexualidad, es el aprendizaje. El paciente está sumido entre la duda de si es homosexual o heterosexual, aunque hasta el momento sus reacciones son ambivalentes, siente incomodidad con ambos sexos, pero ha disfrutado los coitos, lo que nos indica que es sexualmente sano y que su problema es la identidad sexual del género con el cual quiere acoplarse sin problemas. No ha curado las heridas sufridas, por las personas que emocionalmente debieron estar unidas a él de manera sana, sin lastimarlo. En este caso, tenemos que tratar los dolores internos y los rencores justificados por el daño sufrido. Su condición de homosexualidad, no es un problema para él en sí mismo si le gusta, ya es adulto y aunque haya sido inducido por el medio a elegir esa preferencia sexual porque así se inició en el sexo, solo la característica violentas de esa iniciación es lo que le ha afectado de forma negativa. Es probable, que la violencia sufrida, no le permitirá nunca ejercer con seguridad el sexo ni la dirección que al final considere como una elección preferecial satisfactoria.

    ENTREVISTA No. 4

     Damos inicio a la entrevista, y noto que mi paciente está muy animado.
    - Hola como ha pasado esta semana.
    - La verdad muy bien.
    - Me alegra mucho por usted.
    - Es que acabo de hacer un parto, y nació una niña muy hermosa y fuerte. Me emocionó mucho ver a los padres tan felices, es su primera hija, ya tenían dos varoncitos.
    - Es una experiencia muy bonita.
    - Si, le confieso que cuando estuve con aquella aquella criatura en mis brazos me dieron ganas de tener un hijo yo también.
     - Si, creo que cualquiera que experimente eso, también sentirá lo mismo. Pero a tu edad sentir ganas de tener hijos no es extraño, todos mientras somos solteros y sin hijos soñamos con eso.
      - Pero yo no puedo, con el problema que tengo, no puedo traer al mundo a un hijo a sufrir porque su padre es homosexual.
      - Tus deseos de ser padre no tiene nada que ver con tus preferencias sexuales, es diferente. Solo que si piensas que puede ser un problema no lo hagas. Un hijo es una responsabilidad, es una persona que necesita vivir con alguien que lo quiera y no piense que es un problema.
       - La verdad es que escuchándola a usted, me animo a intentarlo.
       - No intento animarlo, solo le hago ver que nadie que quiera se priva de desear cosas que no son imposibles. Pero le recomendaría establecerse con seguridad en lo que realmente quiere hacer con su vida. Tiene usted un trabajo por delante en la terapia, hay que restablecer su sistema emocional y de interacción con sus familiares. Vamos a continuar con nuestro trabajo, de que quieres hablar hoy.
     - Si es cierto doctora, eso me pasa muchas veces, es como una anestesia que me hace olvidar por momentos mi tragedia familiar, mi trauma arrastrado de tantos años.
     - Eso no es malo, es bueno que veas que la realidad de la vida no siempre es negativa, que lo malo que hayamos vivido, puede ser superado por vivencias hermosas y emocionalmente buenas.
     - Casi no se de que hablar.
     - Pues tiene mucho de que hablar, que ha pasado con sus padres, abuelos, y el hermano mayor.
    - Mi abuela está muy enferma, y yo soy quien la cuida como médico. Eso es lo difícil, no le negaría mi ayuda nunca, soy médico de vocación, pero no puedo evitar cuando estoy con ella recordar aquél maltrato que recibí de niño.
      - ¿Le has hablado de eso, le has recordado y aclarado que no mentiste?
      - No, no me atrevo pero ganas no me faltan, por el respeto a su edad me aguanto.
     - Escuche bien, es necesario que hable con ella de ese asunto, ella debe saber que fue injusta sin proponérselo, por su ignorancia, su rigidez, por lo que sea, ella le explicará que la llevó a no creerle.
      - ¿Y usted cree que me escuche y acepte lo que yo diga?
     - ¿Y por que no? si no es sorda, nada impedirá que le escuche. Quédese a solas con ella, y confiese lo que pasó, lo que significó para usted que no lo defendiera, que se fuera de parte de su agresor, pero que usted ahora la entiende y la perdona.
       - A decir verdad, creo que tengo hacer eso.
     - No solo con ella debe hablar del asunto, También con su abuelo, sus padres y hasta con la persona le hizo tanto daño, la terapia lo está preparando para ello, pero lo haremos por parte y sus conversaciones con cada uno de ellos, lo hará cuando se sienta listo para hacerlo.
       - Eso será muy duro.
       - Pero necesario, para que usted recupere su tranquilidad, deje atrás sus rencores y ese dolor que en ocasiones lo sume en depresiones peligrosas para su salud mental.
       - No se como tendré valor de hacer eso, son personas que no quiero ver cerca de mi, usted tiene razón creo que los odio a todos, no son y nunca fueron buenas personas para mi.
      - Se lo que siente, y reconozco su valor para salir adelante en su vida, como persona, como profesional dedicado con devoción a su trabajo. Usted no sabe lo que ocurre con las personas para actuar como lo hacen, todos tiene razones propias, aunque no se justifica en ninguna forma el daño que hacen. Detrás de cada uno hay razones que los otros no son capaces de entender, aunque lo explicaran mil veces. Pero las víctimas necesitan saber para poder responder a la pregunta que siempre les atormenta el ¿porqué a mi?
     - Si doctora, eso me he preguntado todo el tiempo, tengo un hermano y una hermana, tengo sobrinos, pero no me buscan, no se si me conocen ¿porqué?
     - ¿Nunca te has acercado a ellos?
     - No, ellos tampoco a mi. Me llamaron cuando la abuela se enfermó, alguien dijo que ella tiene un nieto médico y me solicitaron. Le aseguro que casi no voy.
     - Pero fue muy bueno que fuera, usted muestra que no todo se daño en su vida, que por encima de cualquier rencor está el ser humano que es ¿Cómo fue el encuentro?
    - Como cualquier otro con un paciente, no me sentí en familia.
    - Y ellos, no hicieron preguntas sobre su vida lejos de ellos, por ejemplo.
   - No, yo nunca he sido importante para ellos, y supongo que me negarán si acaso saben de mis inclinaciones homosexuales.
    - ¿Qué te lleva a pensar eso?
    - La forma en que todos opinan al respecto, ellos no son diferentes, además dicen ser cristianos y para esos un homosexual es cosa del demonio.
    - ¿Es delicada la salud de tu abuela?
    - No lo es, le bajó la presión y sintió taquicardia, pero su evaluación no es mala, se le recomendó una dieta adecuada y tranquilidad.
     - ¿No te dijo ni siquiera "hola hijo"?
    - No dijo nada, se dejó auscultar y ni siquiera hizo preguntas sobre su salud, esa mujer es una piedra.
     - Es el momento de hablar con ella, aprovecha. No piense por ella, nadie sabe lo que pasa en el interior de cada quien. Cuando una persona se muestra como tu abuela, es probable que tenga su propio sufrimiento callado.
     - Lo intentaré, pero yo tampoco siento deseos de hablarle.
   - Tienes que hacerlo, es parte de la terapia, es conveniente y te ayudará a sentirte mejor. Ya hablaremos, tienes dos semanas para la próxima cita, en ese tiempo, en esa conversación con tu abuela, no importa como ella lo tome, piensa que es importante para ti.

     OBSERVACIONES

    El balance de las deudas familiares, es algo que tiene mucho peso sobre las emociones de la personas. Un hijo que siente que sus padres no cumplieron con sus obligaciones emocionales en relación con él, lo abandonan cuando debieron acogerlo, no lo protegen y lo descalifican, sentirá que le deben lo que le correspondía por derecho. Ahora el paciente siente que sus abuelos y padres no son merecedores de su aprecio, no lo ganaron. Las relaciones de padres e hijos nunca serán simétricas, mientras los hijos son pequeños las demandas y dependencia siempre van de hijos a los padres y estos deben suplir sus necesidades afectivas y materiales en una relación asimétrica. Cuando los hijos crecen, entonces serán los padres dependientes de sus hijos y la asimetría cambia al lado opuesto. Los merecimientos vendrán por reciprocidad en el dar y recibir. Nuestro paciente siente que no le debe nada a sus progenitores, porque nada bueno recibió de ellos. El terapeuta deberá plantear al paciente la prueba del balance relacional entre él y sus progenitores y demás miembros de su familia, deberá establecer si realmente ellos lo rechazan, o si él es quien se alejó por los problemas de tener que esconder sus preferencias sexuales.

     ENTREVISTA No. 5

    Nuestro paciente se muestra muy afable y mas deshinibido, bromea con las enfermeras de que tiene cita con la psicóloga, parece un niño presumiendo de alguna broma hilarante.
     - Hola doctora, buenas tardes.
     - Buenas tardes, veo que hoy usted está muy alegre.
     - Pues si, a nuestro paciente le dieron de alta, está bien y me dijo que no volverá a intentar nunca más contra su vida. Habló con su madre y se lo llevó a su pueblo, y vendrán a la terapia.
    El paciente del que habla, es el que fuera su enamorado, también es mi paciente. Una contingencia dentro de nuestro trabajo.
      - Si, muestras mucho interés por él ¿acaso se siente culpable de lo que él hizo?
      - En cierto modo si, yo terminé con él y no esperaba que reaccionara así ¿se imagina un desenlace de esos?
      - No me lo imagino, que tiempo tenía la relación.
      - No mucho, porque yo no me atrevía a tener relaciones con nadie, pero no se ni como fue cuando vine a darme cuenta ya nos habíamos involucrado. Pero no puedo decir que lo busqué, éramos vecinos, fue casi un año.
     - Cuál fue la causa para dejarlo ¿la recuerda?
     - Creo que si, su padre se dio cuenta, me culpó a mi por ser mayor, pero en realidad él tenía una noviecita y salía con ella.
     - ¿Y tú, solo lo tenías a él?
    - Pues no, también andaba con una compañera, una amiga, de esas que se atreven a llegar más lejos.
     - ¿Ella sabe de tus inclinaciones homosexuales?
     - No.
     - Ahora que él se fue a su pueblo ¿no sientes falta de tu relación?
     - No, me siento liberado. Es como un peso que me quité de encima.
     - ¿Acaso te sentías obligado?
     - No, pero el quería las dos cosas, su novia y a mi al mismo tiempo.
     - ¿Y tu no?
     - No, realmente tengo dudas, me gusta mi amiga, pero creo que ella no me toma en serio.
     - Aclara tu situación, habla con ella, sincérate y habla de lo que te pasa.
     - Es que después de conversar con usted, que me dijo que yo puedo tener un hijo si quisiera, lo he pensado, con ella lo tendría.
      - Pero no puede ponerle una embarazo a alguien solo porque quieres y puedes tener un hijo. Esa novia que tiene merece su respeto y consideración como mujer y como persona, ella no es un reservorio de nadie, ni siquiera suyo, en caso de que esté enamorada.
       - Entiendo. Yo la quiero, pero no creo que pueda casarme con ella ni con nadie.
     - Si ha pasado por su cabeza esa idea, vuelva atrás. Y si considera que es grande y real la confianza entre ambos, tienes que confiarle sus dudas, si realmente quieres tener un hijo solo porque no quieres quedarte sin uno, dado que muestras preferencias homosexuales, necesita saber si ella está de acuerdo con usted, pero aún estén de acuerdo ambos, recuerden que un niño es una persona con derechos a tener un padre y una madre además de seguridad, el no elige venir, y cuando ya está, necesita saber que no es un experimento o juguete que alguien quiso tenerlo porque está de moda que los homosexuales críen hijos, como un reto a los preceptos sociales.
     - Es muy cierto lo que usted dice doctora. Yo no pienso eso, solo veo la oportunidad de rehacer mi vida, encaminar mi futuro.
    - Entonces es bueno que usted ponga los pies sobre la tierra. Hacer una familia requiere de madurez y responsabilidad. Nuestro trabajo por hoy termina, trate de meditar sobre los temas tratados hoy. porque a fin de cuenta, usted será el arquitecto de su vida, pero si piensa compartirla entienda que ya no se trata solo de su vida, también entra el o la compañera que eliges.
    - Bueno esta conversación de hoy ha sido muy interesante, me ha abierto los ojos, y pienso en mi mismo, Ahora quisiera saber que pasó con mis padres, porqué me abandonaron ¿yo no fui deseado?
    - Muy buena pregunta, así como debe hablar con tus abuelos, también tiene que hacerlo con su madre. Ella puede explicar los sentimientos que primaron en su vida en el momento en que usted fue concebido. Recuerde que es hijo de ella y su padre, y ellos están separados, ambos han de ser responsables por la situación que desencadenó su abandono. Antes de emitir juicios es bueno conocer a través de ellos la realidad. Su cita ahora se proyecta para una vez por mes.
    - Si, he de hablar con cada uno de ellos. ¿No me está poniendo la cita muy lejos?
    - No, ahora necesita más tiempo con usted mismo, y para organizar sus encuentros con sus padres.

    El paciente ha logrado empatía plena con el terapeuta. Es probable que se haya producido una transferencia que es necesario detener. Las necesidades afectivas de una madre, del padre o amigos con quien contar, se han transferido a la terapia. Naturalmente que buena empatía es lo que se busca en la terapia, pero el paciente debe estar claro en que allí se trata de trabajo. El tema tratado deja claro las dudas y deseos del paciente. El terapeuta en ningún momento ha de negarle sus anhelos (... solo usted es el arquitecto de su propia vida...), pero si puede advertirle sobre la necesidad de sopesar cada paso en los planes de vida, cuando en ellos implique una relación con otra persona que ignore sus sentimientos individuales.
     

     ENTREVISTA No. 6

   El paciente esta vez llega cabizbajo. Luce triste y practicamente se deja caer en la silla. Tomo asiento frente a él, casi por hacer algo tomo la libreta de apuntes y finjo que espero que hable. La verdad es que no quiero sugerir nada, solo quiero que inicie con lo que ahora lo opaca.
     - Doctora, hable con mi madre.
     - Bien.
     - Mejor dicho, no hable nada con ella.
     - Le escucho, hable del encuentro.
     - Me atreví a llamar a mi hermano que vive con ella, para que le diga que yo quiero hacerle una visita, hablarles y que me gustaría pasar un rato con ellos. Le dije que aunque no nos buscamos yo los tengo siempre presente. Me confirmó que el domingo ella haría una cena. Eso me puso feliz, pero estuve nervioso toda la semana. Yo ni siquiera me la imaginaba mirándome. Casi no sabía como era, no la recordaba, solo a mi padre que sí me visitaba algunas veces en casa de los abuelos. Me miré en el espejo muchas veces, porque siempre me dijeron que me parezco a ella. Ay! doctora, que frustración tan grande tengo...
    Con sus ojos anegados de lágrimas, lanza el grito y el llanto no se hace esperar. Guardo silencio. Lo dejo llorar. Entonces se cubre el rostro con la manos, se inclina apoyando sus codos sobre las rodillas y luego dice:
     - Yo nunca pasé por una vergüenza tan grande, por un rechazo de esos y lo que más me duele, que sea mi propia madre quien me lastima de esa forma.
     - ¿Qué pasó?
    - Llegué temprano, las ganas de estar ahí con ellos, era más grande que esperar la hora indicada. Mi hermano me recibió muy bien, nos sentamos a esperar la cena, ella no salió a recibirme. Le pregunté a mi hermano si ella estaba, me dijo que si,  y me dio miedo preguntar más. Nos quedamos hablando, de todo, de nada, que se yo... mi mente estaba atenta a esa puerta por donde debió salir mi madre a saludarme y no lo hizo.
     - Continúe.
     - Entonces aparece con los platos y pone la mesa y vuelve con la cena... y ni siquiera dijo buenas noches...
     Nuevamente se desploma, y llora.
    - Si no se siente bien, podemos parar y continuar luego.
    Esta estrategia es usada por el terapeuta para intentar detener al paciente el sufrimiento que le agobia, pero realmente el propósito es un reto para que persista en hablar. 
    - Oh no, yo necesito sacar esto. Eso no fue lo más bonito que hizo, cuando la mesa estuvo puesta, ni siquiera  me miró, como si yo no estuviera ahí, se dirigió a mi hermano llamándolo por su nombre y le dijo "... ven a cenar mi hijo...", eso me colmó y cuando mi hermano me pidió que fuéramos a la mesa, le dije que no, que no tenía hambre y que me tenía que ir, por un paciente grave.
    - ¿Era cierto eso?
    - Por supuesto que no. Pero póngase en mi lugar ¿usted cree que se puede sentir bien nadie en esa situación?
     - Supongo que no.
     - Doctora ¿qué demonios puede pasarle a una madre para tratar tan mal a un hijo?
    - No puedo contestarle esa pregunta, pero si puedo decirle, que lo que pasa a cada persona en su vida, tiene razones propias que explican sus actitudes.
     - Ah! no, no intente usted justificar lo que sucedió, eso no tiene comparación.
    - Y no lo hago, no estoy para juzgar, pero en el curso de la terapia lo vas saber, necesitamos una entrevista con su madre.
    - Ah no! tampoco quiero saber ya nada de eso, no me importa ya, las razones que tuvo para abandonarme, porque quedó claro, que es a mi a quien no quiere. Mi hermano vive con ella, tiene una hija y tiene nietos.
    - Cierto esa es la perspectiva que tienes desde la posición en que te encuentras en este caso, trataremos de llegar a ella, para saber que tal son las cosas vistas desde su posición ¿Cree que solo usted tiene razones para ser como es y sentir lo que siente? todos en la vida tienen razones propias para sentir dolor, llorar o reír en sus momentos, su madre no es la excepción, y lo que ella muestra, es realmente extraño para los que no logran ponerse en sus zapatos, solo ella sabe que la lleva a ser como es con usted.
    - Perdone mi reacción, casi parece que descargué en usted mi desengaño. Pero estaba tan ilusionado, imaginé cualquier cosa, menos lo que ocurrió.
     - Descuide. Usted olvidó que no fue ayer que dejó de ver a su madre, hace más de 25 años que no sabe de ella, y en ese tiempo ninguno de los dos hizo el menor esfuerzo por encontrarse de nuevo. Puede decir que le impidió dar ese paso antes, en la adolescencia por ejemplo.
     - Doctora, usted hace magia, tiene el poder de convencerme, reconozco que tiene razón.
    - No olvide que no soy maga, es mi trabajo. Pero ha de entender, que la situación es un tanto extraña para ambos ¿no se le ocurre que talvés ella igual que usted se ha pasado todo el tiempo pensando que no la quiere, precisamente porque no la buscó nunca?
     - Puede ser, pero no me parece.
     - ¿Qué no le parece?
     - Es que las madres no son así.
     - ¿Y usted que nunca tuvo la suya puede asegurar eso? ¿acaso no podría pensar ella que los hijos no son así?
     - Doctora, pero yo la busqué!
     - ¿Cuántos años después? ¿de no haber encontrado la terapia, lo habría hecho?
     - Creo que no, me acostumbré a que me abandonó y no me quiere.
     - Vamos trabajar con su madre en la terapia, intentaremos el acercamiento, es probable que ella lo necesite tanto como usted.
     - ¿Usted cree que vendrá?
     - Vamos a intentarlo. Ahora vamos a terminar por hoy, pero es bueno que ahora vuelva a meditar, repase un poco en el tiempo, busque las razones que le impidieron buscar a su madre y procure mirar el problema desde la otra acera.

      OBSERVACIONES

     Su tono se siente violento, rencoroso, muestra un dolor rabioso, seca sus lágrimas enojado al parecer consigo mismo. Es difícil tratar de llegar a él, en estos momentos para hacerle cambiar. A su edad, tratar de entender el comportamiento de la madre vivido a lo largo de su historia, sin que en ningún momento él mismo ni nadie intentaran alguna vez ayudarle averiguar el enigma que envuelve la ausencia de una madre que lo trae al mundo y desaparece de su vida de forma tan inexplicable. El resultado de esta terapia hasta el momento individual con intentos a distancia utilizando el mismo paciente para operar en su entorno familiar, requiere de un cambio de estrategia. Se hace necesario la intervención del grupo familiar, los cuales no saben que el paciente ya está siendo tratado por iniciativa propia. La estrategia de la terapeuta, ahora va de lleno a la historia previa, pues el paciente todo el tiempo observa el problema enfocando el daño sufrido por él, no conoce que las personas que interactúan con él, también piensan, sienten y hacen cosas como reacción al medio de interacción donde tanto él como su madre son pequeñas piezas afectadas por todo el grupo del cual forman parte.
   
     ENTREVISTA No. 7

     En la búsqueda de acercamiento con sus parientes, nuestro paciente logra hablar con su padre y los hermanos. En una narración corta explica como su padre le mostró gran pesar al enterarse por el mismo del sufrimiento que vivió desde niño, sin que él tampoco hiciera nada para ayudarlo.
     - Doctora, logré hablar con mi padre.
     - Que bueno! ¿cómo fue?
     - Me explicó que él siempre pensó que yo estaba bien con la abuela.
     - ¿Puedes repetirme sus palabras, las recuerda, su reacción?
    - Me dijo mientras colocaba las manos sobre su cabeza: "ay! mi hijo, pero cómo te hicieron algo así, perdóname, ahora te entiendo.
     - ¿A qué se refiere con eso de "ahora te entiendo"?
     - Es que le dije que yo soy homosexual.
     - ¿Crees que no lo sabía?
     - Su respuesta me dio a entender que si sabía algo de eso.
     - ¿Y cómo lo tomó?
     - El me apoya, me comprende.
     - Te sientes bien con ese apoyo.
     - Si, es muy importante para mi, no solo porque es mi papá, es un hombre y usted sabe como es para un padre un problema de esto.
      - ¿Consideras un problema tu preferencia sexual?
     - En mi mismo no, pero los demás dejan de verte igual. Yo se lo que ya usted me ha dicho en terapia, importante debe ser para mi lo que yo siento, sentirme bien yo.
      - Correcto.
      - En esa misma semana, volví a llamar a mi hermano y le pedí que quería reunirme con ellos, es decir mi hermano y mis sobrinos.
      - Eso estuvo muy bien, lo felicito por el paso dado, podemos ver como ya te estas empoderando y perdiendo el miedo frente a tus parientes.
      - Si, después de hablar con mi papá y ver lo bien que me trató, puedo ver lo que usted dice, no todos son iguales.
       - Perfecto, continúe.
       - Hicimos una cena, es un día de mi vida que nunca olvidaré, compré regalos para mis sobrinos, fueron cariñosos conmigo, mi hermana es una mujer de estos tiempos y me dice que como yo sea no importa, lo único que interesa es que somos hermanos y la familia es lo que debemos preservar, ella es muy inteligente.
      - Veo que eso si le ha hecho bien.
     - Usted no sabe cuanto, me siento muy feliz. Pero mi alegría se detiene con mi madre, porque volví a intentar, pero esta vez la enfrenté preguntando el porqué de su actitud conmigo.
     - Pues si que estuviste activo en estas semanas ¿Cómo te fue ahora con ella?
     - No pudo ser peor. Hubiera querido ignorar sus razones.
    Esta vez sus ojos no se nublan de llanto, y narra fríamente el episodio donde se atrevió a inquirir sin temor, sobre las razones de su abandono. Le dejo hablar.
     - Y después de escuchar sus palabras, pienso que talvés me hubiera librado del sufrimiento que me aguardó después de nacer. Me dijo que yo debo estar vivo para algo, porque ella tomó de todo para abortar, se lanzó de un segundo piso y el embarazo no se perdió. No podía creer lo que estaba oyendo, de la boca de mi propia madre. Después de eso, no he querido participar en un parto mas. No puedo creer en una parturienta, imagino que algunas de esas no quiera el hijo que está pariendo.
     - No olvide que cada mujer es ella y sus circunstancias y estas nunca son las mismas para ninguna de ellas.
     - Si lo se.
     - ¿Trató de explicarte sus razones?
     - No lo hizo y yo no tuve valor para preguntarle nada más. Después de esto me olvidaré de que una mujer me parió, ya no tiene importancia para mi. Ella nunca me quiso yo tampoco la quiero, me ocuparé de mi vida, seré feliz.
    - Eso suena a dolor con rencor, es necesario que intentes realmente ser feliz, el rencor guardado no te lo permitirá.
    - Lo se. Pero después de conversar con mi tía, hermana de mi madre, ya no quiero saber más.
    -¿Cómo fue tu encuentro con la tía?
    - Fue buena, con ella tengo buenos momentos. Le pregunté ¿porqué tanto odio de mi madre a mi? y me confirmó lo mismo que ella me dijo, aunque me contó la historia.
    - Muy bien, cuenta esa historia talvés puede aclararte razones de la actitud de tu madre.
    - Ella me dijo que mi madre quería mucho a mi padre, pero se separaron, pero cuando el se casó con otra, se llegaron a encontrar de nuevo. Me contó, que sin dejar a la otra volvió con mi madre y fue entonces que la embarazó de mi. Entonces mi padre continuó con su otra mujer hasta tener una hija. Fue cuando quiso abortar y no lo consiguió y así fue como estoy yo en este mundo, sin que me desearan. Cuando nací me entregó a mi padre y este a su vez me dejó con mi abuela y el resto usted lo conoce.
    - Ese encuentro fue realmente importante y aclara en parte las actitudes de tu madre, esto deja entender que ella quiso revertir la situación de pareja con tu padre, al volver con él, y es probable que haya sido tu padre el que buscó el acercamiento, a veces las parejas hacen intentos como una forma de convencerse de ya no había esperanza, esas cosas suelen pasar.
     - No contaron con el resultado, yo estoy aquí y aunque mi padre estuvo pendiente de mis gastos, no me dieron ninguno de los dos lo que realmente necesitaba, crecer junto a ellos.
     - Se que eso es importante para ti, pero nadie es culpable de las contingencias de la vida que no se pueden controlar, si así fuera, nadie cometería errores. Lo que tu madre pudo haber enfrentado no lo sabemos, sería bueno hacer una sesión con ella y así podemos escuchar su versión de los hechos. Es a lo que decimos "escuchar la otra campana". No juzgar sin que la otra persona pueda defenderse. Si piensas un poco en la respuesta que dio a tus inquietudes por el rechazo, es fácil intuir que prácticamente te confesó su culpa, como autocastigo, como si te pidiera que no la busques que ella no te merece, algunas personas no saben pedir perdón, aparte de no saber hacerlo, pueden sentir que no lo merecen. Bien puedes volver con ella y decirle que tu la comprendes, pero que te gustaría saber la historia completa, también que si ella quiere la psicología puede ayudarla como lo ha hecho contigo. Me parece que es tiempo de curar heridas, de perdonar. A veces aunque sentimos que nos han hecho daño, ponerse en los zapatos del otro nos ayuda a dar el paso para sentirnos totalmente bien.
     - Creo que si, usted tiene razón. Pero yo tomé mi decisión, voy a hacer mi vida y busco ser feliz. Ya no me importa que sepan que yo soy homosexual, no me ocultaré.
     - Y haces bien, ser feliz es la meta de toda persona. Pero es una decisión importante en tu vida, no olvides que viniste a la terapia buscando ayuda para tus dudas en cuanto a si realmente eres o no un homosexual a pesar de tus experiencias en ambas direcciones sexuales. Esta decisión no la debes tomar bajo los efectos de una decepción, como un castigo a la sociedad o autocastigo. Ni tu, ni nadie es culpable directo de las consecuencias del grupo de interacción, todos sufrieron sus efectos, aunque tu sientas que eres el único perjudicado.
    - Yo entiendo, es cierto que yo tenía mis dudas pero hace tiempo que me siento bien como homosexual. No siento que quiera castigar a nadie con mi actitud, pero no puedo evitar sentirme mal con todos y sentir por momentos que la vida ha sido injusta conmigo. 
    Cambia el tema, después de guardar un breve silencio.
    - No le he contado, pero tengo una nueva pareja. Dejé al hombre casado, era problemático.  Mi nueva pareja es un hombre joven y estoy feliz con él.
    - Es bueno que des pasos seguros en tus relaciones, una pareja adecuada y comprometida solo contigo puede proporcionarte seguridad. No olvides practicar el sexo seguro, es importante cuidar la salud y evitar las enfermedades de transmisión sexual.
     - Así es. Me dio la impresión de que se cansó de mi, me daba excusas de que su mujer estaba celosa y lo estaba siguiendo. Dijo que no quería que sus hijos supieran de su doble vida, entonces le pedí que dejáramos eso, que yo tampoco quiero problemas.
     - Es bueno por ti, pero vamos a marcar nuestra próxima sesión y en ella trataremos sobre tu nueva relación. Nuestro tiempo terminó por hoy. Intente de nuevo con su madre, usted no tiene nada que perder y si ganar conociendo sus razones, escúchela y perdónela que eso talvés es lo que ella espera luego de confesarle lo que hizo. Medite ampliamente sobre nuestra sesión de hoy y continuaremos luego, el tema de la nueva relación. Y nunca, escúcheme bien, deje de pensar en lo importante que es usted, como médico y como la persona que es capaz ser y hacer feliz. El pasado déjelo atrás donde quedó, no lo traiga a importunar en el presente, porque este es prometedor y puede ser todo lo bueno que quieres que sea.
     No pasó un mes y nuestro paciente solicita adelantar su sesión, tiene problemas con su nueva pareja, con la cual había dicho sentirse muy feliz. Nuevamente siente dudas, piensa que las parejas que ha tenido solo se han aprovechado de sus necesidades de afecto y también económicamente. Esta última pareja lo traicionó con otro por lo que lo echó de su casa. Ahora está nuevamente con su amiga mujer. Debemos reconocer el hecho de que acogió la terapia con todas las orientaciones que recibió. El acercamiento con la madre, permite conjeturar sobre la necesidad del paciente para revaluar su cosmovisión acerca de la mujer como tal.
     Este paciente necesita terapia permanente, las depresiones e inseguridad serán parte de su vida hasta que logre la estabilidad emocional a nivel de pareja que tanta falta le hace, por lo que deberá permanecer bajo control psicológico. El acercamiento gradual al grupo familiar ha hecho que el joven profesional, mejore grandemente su estado de ánimo, compartir con hermanos y sobrinos le ha proporcionado grandes satisfacciones de las se había sentido privado por tanto tiempo. Actualmente dice disfrutar la vida. Perdonar a su madre, le ha hecho mucho bien y sostiene agradables encuentros con ella y sus hermanos. Con la ayuda que le ha brindado la terapia, ha logrado sentir que no está solo en el mundo y que tiene una familia que lo acoge y comprende su situación, por lo que el aislamiento desapareció de su vida. No obstante todo lo alcanzado hasta el momento, no le ha permitido establecerse con una pareja de forma estable, a pesar de que decidió conducirse como homosexual.
   
      
OBSERVACIONES GENERALES DEL CASO.

     Podemos ver en este caso, como el paciente reacciona con cierto rencor. Su actitud muestra rebeldía contra el mundo, la familia, la madre, el padre o contra cualquiera que se sienta molesto frente a su decisión de ser abierta y públicamente homosexual. Parece dar la impresión de querer molestar a todos asumiendo la homosexualidad, como si quisiera estrujarla en la cara de la gente, como una venganza ¿contra los padres, los abuelos, hermanos, la sociedad en general? Hemos de recordar, como al principio el paciente mostraba dudas sobre su homosexualidad aun teniendo experiencias en esa dirección y viviendo como heterosexual. 
    Aunque esta terapia es individual, hemos aplicado terapia a distancia haciendo que el paciente interactúe en su medio ambiente con el grupo ausente de la terapia, con ello buscamos conseguir el cambio no solo del paciente, sino también de los parientes afectados o que le afectan directa o indirectamente con las actitudes asumidas hasta el momento frente al problema. 
    La intervención a distancia es realmente efectiva y puede llegar a desestabilizar el medio de los allegados al paciente, con ello hemos logrado reacciones en beneficio del mismo, haciendo cambiar las cosmovisiones del problema tratado en la terapia de manera individual. Las actitudes asumidas por la madre, han provocado que nuestro paciente acabe perdiendo la paciencia y decida no dar más tregua a una decisión personal como la de hacer pública su inclinación homosexual, la cual  hasta el momento parecía aguardar esperanza si la actitud de la madre hubiera cumplido sus espectativas.   
    Al parecer, una aceptación de la madre que antes lo rechazaba hubiera cambiado la dirección sexual mantenida en duda según la actitud mostrada por el paciente. Existe la probabilidad de que insistiendo en un acercamiento emocional positivo con la madre por la vía del balance de deudas, el paciente consiga la paz que tanto necesita. Aunque en este caso particular, aplicar una terapia basada en el balance de deudas, puede resultar un poco incongruente por el hecho de que la propia madre le confiesa que luchó por todos los medios de abortar el embarazo.
    Como sabemos, toda persona que ha sufrido de un impacto emocional a muy temprana edad como el ocurrido al paciente de este caso, le será  muy difícil superar totalmente el trauma a pesar de los años. El paciente reorganiza su vida, pero sus heridas subyacen y la terapia deberá ser permanente, por las recurrentes caídas en depresión. Esta terapia continua aplicándose espaciada al paciente según su estado de ánimo. La situación ideal no existe ni siquiera en los casos más simples, pero la terapia psicológica hace su efecto favorable, salvando vidas y procurando convivencias positivas.

      Gracias por participar de esta lectura. No olvides dejar tu comentario. FLAVIA PEGUERO.
      Propiedad de la administradora de la página, protegida por ley 00-65 del derecho de autor de la República Dominicana avalada por acuerdos internacionales. 10/06/2015.-

  

lunes, 23 de marzo de 2015

ADOLESCENTE EMPODERADO. PADRES DESEMPODERADOS.

    La adolescencia es una etapa del desarrollo en la que no solo el sujeto que pasa por esta fase se siente incómodo, también los padres que no saben como lidiar con alguien que no es chico pero que tampoco es grande dependiendo de lo que demandan las circunstancias del adolescente en cuestión.
    Si los padres no están entrenados para aceptar los cambios de sus hijos en los diferentes estadios de su desarrollo físico, cognitvo, emocional, sexual y social con los trastornos que el medio provoca en cada uno de estos, es probable, que cuando llega la adolescencia pierdan el control de la conducta de los hijos. Es muy fácil cuando hasta los 9 o 10 años el niño solo sabe obedecer, pero a partir de la entrada en la pubertad, esa obediencia se convierte en un dolor de cabeza. Después de esta edad, la obediencia comienza por parecerles injusta, y la queja en la terapia casi siempre se desarrolla al son de: mamá no me deja... papá no permite... mi hermano me molesta y tengo que soportarlo... mis padres no me apoyan en nada... no les gusta mis amigos... no quieren que participe de nada... entonces ¿para que quieren que me comporte como grande si siempre me dicen que soy muy chico para hacer lo que me gusta?... la generalidad de las veces que los padres acuden en busca de ayuda, casi siempre lo hacen por el bajo rendimiento escolar, lo cual quiere decir que otros aspectos de la conducta de los hijos adolescentes pasan desapercibidos para ellos y/o no tienen tanta importancia como la que tiene una buena nota al final del año escolar.
    La etapa adolescente es un estadio difícil para el joven. En el trayecto de su desarrollo entra en ambivalencias no solo físicas, cognitivas y sociales, sino también culturales, que suman a sus ansiedades las inconformidades propias del "no soy de aquí ni soy de allá, no tengo espacio ni lugar, que permita acomodar mis inquietudes de amar", son las letras de una copla, que expone claramente la inquietud de alguien que desea hacer lo que quiere, pero olvida que toda interacción ha de traer respuestas y no siempre serán como se quiere. El primer problema que deben enfrentar los padres, es la competencia por el poder que detentan ellos como progenitores contra el deseo de poder que el hijo cree haber alcanzado por derecho al sentirse adulto con sus 12 ó 19 años de edad.
    El pensamiento de un adolescente se muestra unidireccional, no son capaces de ver más allá de lo que se muestra interesante para ellos y entienden que su punto de vista es el correcto, sea porque realmente así lo cree, o por llevar la contra de manera explícita.
   Las mayorías de las teorías que tratan los comportamientos de los adolescentes se ocupan más ampliamente del estadio mental, sexual y social, como las características dificiles para los padres y los grupos sociales en los que el joven interactúa. Sin embargo, para mi como terapeuta familiar existe un factor muy importante en el desarrollo del joven adolescente, y es el que se relación con el lugar de nacimiento en el grupo familiar al que pertenece incluyendo el espacio o tiempo por edad entre un hermano y otro.
   Es probable que de esta concepción nace la respuesta de los padres cuando dicen, que sus hijos son como los cinco dedos de sus manos, todos diferentes. Recuerdo el trabajo de investigación acerca de la depresión en los adolescentes, donde asumí que: "Existen varias teorías para estudiar a los adolescentes, yo tengo cuatro adolescentes y ninguna teoría"... La depresión en adolescentes de 12 a 19 años de edad, trabajo de investigación de Flavia Peguero para la universidad Organización y Métodos O&M Sto. Dgo; R. D. 1994-1996)
    Cuando los padres expresan las características de sus hijos, se refieren a ellos como: el mayor, el segundo, el tercero o el más pequeño, estableciendo claras diferencias entre ellos por el lugar que ocupan en el orden de nacimiento, refieren expresiones como por ejemplo: "mi hijo mayor es un amor, respetuoso, obediente, estudioso, el segundo es problemático, pelea todo el tiempo, no se lleva bien con ninguno de los hermanos, pero es honesto y siempre quiere que le presten atención, el más chiquito, ese un haragán, mientas todos trabajan en la casa, el no quiere hacer nada, pero es muy inteligente, tiene notas excelentes en la escuela..." (expresiones de una madre mientras describe a cada uno de sus tres hijos)
    No solo los padres distinguen los hijos por el lugar en el orden de nacimiento, los hijos también llegan a sentir esa diferencia y muchos de ellos se sienten tan mal que se auto etiquetan de forma negativa : "... el del medio es una mierda... me siento como el Jamón del emparedado... tengo que respetar a mi hermano mayor y el se aprovecha de eso y yo siempre pierdo aunque tenga razón... tengo que tolerar al más chiquito que también se aprovecha..." (respuesta del joven estudiante frente al debate relacionado con el orden de nacimiento)
    Como es lógico suponer las ambivalencias que provocan los cambios fisiológicos propios de la edad, los efectos emocionales que por fuerza redundan en la conducta, el sistema familiar aportando aprendizajes culturales a las estructuras internas y sociales del medio de interacción, sumen al adolescente en situaciones realmente angustiantes. A esta situación se agrega el estrés por el lugar de nacimiento que ocupa el hijo. La posición de primero, segundo, tercero, cuarto etcétera marcará la diferencia en las personalidades de cada uno de ellos. Dependiendo de la cultura y la dependencia o independencia de los padres con relación a la misma, se afectará en mayor o menor grado cualquier joven que esté atravesando por la fase de la adolescencia.
    Por ejemplo, el hijo primogénito será recipiente de atenciones especiales y muestras exageradas de amor, temores y cuidados por los nóveles padres hacia él, debido a su falta de experiencias previas acerca de como criar. Esta situación se acrecienta o agrava si los padres, retrasan la decisión de tener un segundo hijo. Esto hará que la vida consentida y amorosa del unigénito se ensanche de tal forma, que difícilmente soporte ser sustituido en el regazo de los padres, por un hermano menor. Por lo que en medio de una situación con nuevo hermano, se la pasará experimentando regresiones, desplazamientos, depresiones etc., entonces la competencia por atención del segundo hijo con el primogénito, hará que este último intente controlar lo que siempre ha sido de él, y que ahora debe compartir, la atención y amor de los padres o simplemente se retrae en el espacio interno del sí mismo, al sentirse desplazado.
    Bajo estas circunstancias, si los padres no asumen correctamente las definiciones de atención a más de un hijo, pueden ocacionar reacciones negativas entre los hermanos.
   El primero, tratará de llamar la atención a como de lugar para retener a los padre en dirección a él, el menor, no lo hará diferente, también buscará atraer hacia si la atención de los padres ¿cómo harán esto? en la dirección del refuerzo que reciben. El refuerzo puede mantener una interacción equilibrada entre ambos hermanos, o por el contrario girar la balanza en una sola dirección por el peso de una asimetría en el refuerzo.
    El primogénito quien considera que ha sido desplazado por el hermano menor, buscará anular a este si es un estudiante bueno, obediente y cariñoso en correspondencia a lo que recibe de los padres, pero resulta que ya no es el único receptor de ese cariño, sentirá que pierde lo que hasta el momento ha sido suyo, nacen los celos, pero no puede agredir a su hermano menor, así que canalizará sus temores hacia su autodestrucción, buscando la preocupación de los padres en dirección a su persona, ahora hay que ayudarle a él y olvidarse por el momento de su hermano menor. El hermano menor que ve las fallas del hasta el momento buen estudiante y obediente hijo, procura ser mejor estudiante, mas obediente y cariñoso, con esto logra que los padres cometan el grave error de la comparación, estimulando la competencia del menor y minimizando la autoestima del mayor, quien ahora sustenta una atención especial, él tiene un problema y hay que ayudarlo.
    Los padres acuden a la terapia como ayuda, pues no saben como lidiar con un hijo adolescente que de repente perdió el deseo de estudiar, esta apagado, no obedece, y parece no importarle ni siquiera la preocupación de sus mayores por él. Mientras el hijo menor, disfruta a sus anchas de la admiración de los padres. Ya en la terapia, consigue lo que busca, atención. Los padres deben dejar las obligaciones del trabajo, derivar su atención y preocupación hacia él y su hermano no importa lo bien que se comporte, por el momento perderá importancia.

     OBSERVACION PRELIMINAR Y TRAYECTO DE LA TERAPIA. RESUMEN.

    Llega a la terapia acompañada de la madre. Es una paciente reincidente de bajo rendimiento escolar. Por segunda vez repite el año escolar y los padres ya no saben que hacer con ella, y la escuela tampoco consigue como lidiar con alguien que decidió no estudiar porque no le da la gana. Así que tomando el caso, en el camino decidimos cambiar la estrategia regular para estos casos y establecer un diálogo libre de las consideraciones propias y reglas que se manejan en estos casos. "Si mahoma no sube a la montaña, esta se derribará sobre él porque está decidido que se enfrenten cara a cara". Entonces aplicamos lo que yo llamo medicina curativa, donde en plena acción terapéutica, el terapeuta entra en un careo tan rápido que desarma al más inteligente y manipulador de los pacientes, le mueve el tapete bajo sus pies y la solución al problema se le brinda de forma inesperada, en un "lo tomas o lo dejas". Todos conocemos que tan rápidos son los adolescentes para responder, y actuar con la eficiencia propia del más entrenado actor de cine. Colocarlo entre la espada y la pared, lo obliga a ir en la dirección que le garantiza la seguridad y los refuerzos que tiene hasta el momento, pero que se da el lujo de disfrutarlo sin dar nada a cambio.
     
     ADOLESCENTE EMPODERADA. PADRES DESEMPODERADOS. ESTUDIO DE CASO.

     La paciente identificada con 15 años de edad, es la hija mayor de un grupo familiar compuesto por cuatro miembros, el padre, la madre, y una hermana menor de 10 años de edad. Cursa el primer nivel de la secundaria, y no consigue pasar los exámenes  para alcanzar al segundo nivel. Tanto el padre como la madre de 50 y 43 años respectivamente, trabajan en su propio negocio en ventas de alimentos y el padre además tiene otro trabajo como empleado en una institución del estado. Ingeniero él y psicóloga industrial ella. Solicitan ayuda cuando el año escolar está a término y al parecer la paciente tiene un pronóstico escolar desfavorable por lo que desean que se recupere y salve el año escolar.

     MOTIVO DE CONSULTA
     Bajo rendimiento escolar.
     Paciente identificada: H1, 15 años de edad (primogénita)
     Diagnóstico: empoderamiento.
     Pronóstico: desfavorable para el motivo de consulta.
     Estrategia de la terapia: establecer sistema de jerarquía y organizar el sistema de los holones.
    Teoría aplicada: Terapia Estructural combinada con estrategia personal del terapeuta para trabajar con adolescentes empoderados.

     ENTREVISTA No. 1

     Llega a la terapia acompañada de la madre. Aparenta  más edad de la que tiene. Peinado juvenil y  pantalones muy ajustados y camiseta atrevida de escote muy bajo. La observo y parece muy dueña de sí misma, nada tímida y la madre joven aun, parece todo lo contrario, sencilla y discreta, sostiene su cartera y un paraguas grande. Las invito a tomar asiento y la hija no muestra preferencia hacia la madre y toma asiento primero, se lanza sobre la silla con tal ímpetu, que la corre de lugar. La madre se acomoda e iniciamos con los datos personales para registrar el expediente y luego dar inicio a la terapia.
    - Vamos a ver, quien inicia diciendo lo que les pasa.
    - Doctora, ella no quiere estudiar, repite las materias y parece que no logrará ir al siguiente curso, en la casa no ordena sus cosas en el cuarto y hace los deberes de mala gana. Ni siquiera le da vergüenza que su hermanita tiene las mejores notas, nunca ha repetido, además de que es tranquila y obediente.
    - ¿Qué espera que haga la terapia, si ya no hay posibilidad de liberar el nivel actual?
   - Yo se que vinimos tarde, pero me gustaría que la trate porque me recomendaron que la lleve al psicólogo. Tiene bajo rendimiento y no vale consejos, regaños, castigos, hace caso omiso.
   Mientras la madre detalla el problema, observo a la joven, que se distrae con su celular, parece jugar o chatear (conversar escribiendo) así que la interrumpo y me dirijo a ella.
   - ¿Escuchó lo que dice su madre?
   Levanta la vista y mira a la madre con una mirada que parece sugestionarla, yo diría que la desaprueba, mientras la madre sonríe y en una actitud que parece excusarse le dice.
   - No me mires así, que tú sabes que es verdad lo que digo.
 Pero no dice nada e intenta retomar el teléfono y le detengo con autoridad.
   - Jovencita, tenga la amabilidad de apagar el celular y contestar a mi pregunta.
   No apaga el teléfono, pero lo coloca en sus piernas y me mira.
   - Si no escuchó bien, dije que apagues el teléfono!
   - Ya no voy a seguir!
   Grita... !pero cuanta petulancia!
   - Pero yo le ordeno apagarlo para continuar con nuestro trabajo.
   Saca el teléfono y lo apaga, respira y expira, parece que contara hasta tres. Entonces continuo.
   - ¿No escuchó lo que dijo su madre?
   - Si
   - Muy bien ¿qué tiene que responder a eso?
   - Nada.
   Interviene la madre
   - Eso es lo que contesta, cuando le preguntamos que le pasa, porqué no estudia y a veces solo se encoge de hombros. Ella no era así, antes era buena estudiante y nunca repitió un curso, hasta que cambió.
   - Muy bien señora, ahora quiero que me dejes a solas con ella. Yo la llamaré más luego.
   La madre abandona la consulta  entonces ocupo una butaca frente a ella.
   - Quiero que me digas, que es lo que le pasa que no tienes un buen rendimiento escolar.
   Guarda silencio mientras gruesas lágrimas ruedan por sus mejillas.
   - La terapia es para ayudarte, puedes confiar en mi para poder ayudarte, tengo aquí algunas pruebas para evaluarte, pero prefiero que hablemos antes, talvés sea más fácil aclarar las cosas, si tienes problemas en la escuela, en la casa, con tus padres o cualquier otra razón que te impida salir adelante en la escuela, si no ves o escuchas bien.
   - Yo estudio, veo bien y no tengo problemas, pero se me olvidan las cosas en el examen (prueba de evaluación)
   - Podría ser que no te concentras bien, no pones atención y eso es necesario para que te vaya bien en una prueba.
   - Si yo hago eso, pero no me va bien.
   - Continua llorando.
   - Cuando alguien llora, hemos de suponer que se siente mal, pero lo que tu sientes no podemos adivinarlo, es necesario que digas claramente lo que te pasa, solo así podremos ayudarte.
    Continua llorando, no dice nada. Esa renuencia a decir lo que le pasa, puede ser una estrategia para lograr mantener la atención y preocupación sobre sí misma, y en cierto modo los padres se sienten culpable por no saber que le pasó o que está pasando. Es muy utilizada por algunas personas para asumir el papel de víctima. Por lo que trato de hacerle ver que no es efectiva en la terapia.
   - Llorar, no resuelve nada, ahora te queda muy poco tiempo, lo que necesitas es apurar y estudiar haber si logras concluir con éxito y pasas al siguiente nivel. Tienes un compromiso con tus padres y contigo misma, es tu reponsabilidad responder a tus padres que trabajan duro para que tu tengas un buen futuro, pero tienes la obligación de estudiar ¿crees que puedes lograr hacer tu mejor esfuerzo? el bajo rendimiento escolar que tienes en la escuela, es la queja inicial que expone tu madre para traerte aquí buscando ayuda.
   Guarda silencio y yo repito. Trato de ampliar la información.
   - Tu madre se queja de que ni siquiera haces las tareas asignadas no solo en la escuela, también en la casa.
   - Yo arreglo el cuarto, pero mi hermana llega y tira todo y mami cree que yo soy la desordenada. 
   - ¿Y no le dices a tu madre?
   - Si, pero ella a mi no me cree.
   - Has sido rápida para justificar las tareas de la casa culpando a tu hermana y las de la escuela ¿qué te impide hacerlas?
   Guarda silencio y yo continuo.
   - Escucha, la preocupación de tu madre ahora es que estudies y tu  pareces negarte hacerlo ¿qué te impide cumplir con tu responsabilidad? ya no eres una niña, para que no entiendas eso. Ahora tienes un compromiso con la terapia y la tarea que te mando es estudiar, es tu prioridad ahora. Voy a conversar con tu madre ahora, ve a buscarla y recuerda tu compromiso de estudiar y esforzarte. Ahora que tu madre venga, le dices lo que vas hacer para que se tranquilice, ella está muy preocupada por ti. ¿Crees que puedes hacer un mayor esfuerzo, que lo hecho hasta ahora y ver si consigues pasar las pruebas, por tu bien? si te quedas atrás, tus compañeras se adelantarán y no te verás muy bien con el grupo nuevo que tienen menos edad.
   Guarda silencio, pero yo quiero que piense, que estudiar o no, es algo que solo a ella le beneficia o perjudica. Sus actitudes muestran que quiere castigar a sus padres, por un motivo que aun no sabemos pero que a través de la terapia trataremos de averiguar. La probabilidad de perder el grupo al que pertenece, puede lograr que se esfuerce por mantenerlos, ya que complacer a sus padres al parecer no es de su interés.
   - Si lo voy hacer.
   Lo dice con desgano, como para salir del paso. Entra la madre y ella la sigue, la madre ocupa una butaca y ella se lanza sobre su regazo, en una actitud infantil para la edad que tiene, mientras le dice que la quiere mucho llorando y que se va a esforzar para pasar las pruebas. Le pido que me deje a solas con madre, quien sonríe.
   - Conteste mi pregunta ¿ella es así en casa expresiva y cariñosa?
   - Mi niña es buena, yo soy quien a veces pierdo la paciencia y le pego, porque ella no hace caso a consejos, ni ordenes, ni nada, pero si, es así para conseguir lo que quiere.
   - ¿Tu niña? ¿dices que la agredes? ¿dices que se comporta mal, no te escucha y te sientes culpable por eso? ¿sabes que te manipula  y lo aceptas?
   - Si y después me arrepiento, con dolor de mi corazón, a veces le pego con furia.
   - ¿Y no te has dado cuenta de que ya no es una niña? es una adolescente, con todas las características de quien en poco tiempo será una adulta? ¿no has pensado si busca enfurecerte, porque solo así tiene tu atención? ¿no te parece que es mejor conversar con ella, ser su amiga, ganar su confianza? esto sin perder la autoridad que como madre tienes sobre tu hija. La agresividad no es recomendable, esto la convierte en víctima, se invierten los papeles y luego quien es culpable de la situación es el padre agresor de su pobre hija.
   - Mi esposo y yo la queremos mucho, yo hablo con ella, pero no coopera, ella no se da a querer, no corresponde con obediencia, estudiar es lo que le exigimos como padres, pero siento que él no ayuda, yo le impongo los castigos y ella lo convence para que se los quite, y es como usted dice, no hemos conseguido que cambie su comportamiento.
  - Muy bien, por hoy es suficiente, vamos a trabajar su caso. Necesito que la familia completa venga a la terapia, debemos trabajar para que todos hagan lo que les corresponde dentro de grupo familiar. Es muy importante establecer reglas claras, que todos deben cumplir para mejorar la comunicación. Usted y su esposo deben estar de acuerdo cuando toman decisiones respecto a las hijas. Les debe quedar claro, que si buscan que mejore las calificaciones escolares, han tomado la decisión de traerla a la terapia muy tarde, mi conversación con ella me ha dejado claro, que eso no le interesa por el momento y existe una alta probabilidad de que no logre mejorar. Por el momento, solo le he advertido sobre la necesidad de esforzarse. En estos días de pruebas escolares, asegúrese de que estudie, no presione con castigos, agresividad física o verbal, es un arma de doble filo, si es preciso acompáñela mientras estudia  tratando de ayudarla.

    OBSERVACIONES PRELIMINARES.

   Estas situaciones de adolescentes con bajo rendimiento son muy frecuente. Los padres realmente pasan angustiados la mayor parte del tiempo en estos períodos de estudios, no hay que olvidar que lo que más desean es que sus hijos sean sobresalientes, la inversión en estudios para procurar un futuro mejor para sus hijos, a veces se diluye en la etapa adolescente, cuando son sorprendidos por los cambios manifestados por estos en todos los órdenes. Esta joven no es la excepción, se muestra prepotente y con mucho poder para no responder preguntas, no mira a la cara cuando se le interroga, mantiene la mirada baja, da la sensación de intimidar, trata de preocupar a los adultos a su alrededor, con la aparente intención de retener la atención en dirección a ella. La actitud de llorar, es una estrategia conveniente en jóvenes manipuladores, no agreden verbalmente, pero consiguen provocar que el regaño se minimice ante la pobre víctima que representa con el llanto. 
   Notamos que inmediatamente comienza a llorar la madre enternece la mirada y casi parece pedirle excusa por estar emitiendo quejas a la terapeuta. No cabe duda, esta joven está empoderada, la madre se muestra derrotada por la actitud de irresponsabilidad escolar de la hija y papá se derrite de amor por ella, al punto de desautorizar a la madre cuando intenta imponer castigos. A estos padres hay que reorientarlos en el modo de interactuar con la hija, pues se nota claro que le han cedido todo el poder, la cargan sobre sus hombros y ahora la carga es muy pesada y no saben como bajarla. 
   El sistema de jerarquía en esta familia no existe, y el poder de los padres con relación a las hijas no funciona, pues la menor estudia sin que los padres tengan que presionarla, solo reciben sus notas con beneplácito, cosa que les estimula para establecer comparaciones entre las hijas y que aprovecha la menor para sentirse favorecida con la opinión de los padres, disfrutando su admiración, por encima de su hermana mayor "... no le da vergüenza que su hermana...", es algo que la hermana menor puede disfrutar y sentirse reforzada para tener supremacía sobre la mayor, logrando ventajas con una atención favorable. La madre hasta parece tenerle miedo a la hija mayor "... no me mires así que tu sabes que es verdad lo que digo", expresa mientras parece esforzarse para sostener la dura mirada que le manifiesta la hija casi a modo de un reproche velado.

     ENTREVISTA No. 2, EL GRUPO FAMILIAR.

     El padre, la madre, la hermana menor y la paciente identificada entran a la sala de sesión. Luego de la presentación, observo al grupo que toma los asientos de su preferencia. El señor ocupa asiento al lado de la esposa pero dando el frente a ella que le queda de perfil, en posición de ángulo recto, donde el vértice está vacío, las jóvenes ocupan el otro lado de la sala una al lado de la otra, mientras la menor está atenta, la paciente identificada asegura su teléfono fijando la vista en el mismo, mientras sus dedos se mueven con rapidez cuando utiliza el teclado. Entonces inicio.
    - ¿Cómo estuvo todo en la semana?
   Es la madre quien contesta.
    - Nada bien, no logró superar las pruebas.
  Es increíble como la paciente ni siquiera parece escuchar lo dicho por la madre. El padre, permanece inmune, no articula palabra alguna y la hermana menor atenta, está observando la escena, parece que estuviera mirando un programa de televisión muy concentrada. 
    - ¿Qué le parece a papá el resultado en las pruebas de su hija mayor?
    Suelto la pregunta, y la madre lo mira sonriendo, la paciente aparta la vista del teléfono y lo mira mientras la menor, ahora deja escapar una media sonrisa que me pareció mostrar cierta picardía o burla.
    - Bueno, yo no se porqué ella es así, mire a su hermana, no hay ni que mandarla a estudiar, y nunca ha repetido un curso. Y no es por falta de apoyo, siempre le facilitamos todo, ahora hasta un profesor le pagamos en la casa.  
    Detengo la explicación del padre, su comparación estableciendo la diferencia entra sus hijas, además de inapropiada, es igual que la que ya antes manifestó la madre, ellos no saben las causas de porqué la hija es renuente a estudiar. Muestran a la paciente todo el poder que tiene sobre ellos y parece que no tienen fuerzas para imponerle autoridad. La forma en que la hija los mira, da la impresión de que sugestiona a los padres. Ordeno a la hijas salir de la consulta para establecer un dialogo a solas con los padres.
    - Ustedes son una pareja con una larga convivencia, me gustaría saber como es su relación de pareja.
     El esposo le toma la mano y ella sonríe.
     - Nuestra relación no puede ser mejor, amor es lo que mis hijas ven a su alrededor, así que mi hija no puede ser como es por culpa nuestra, nunca peleamos y no discutimos, hablamos cuando es necesario.
     - Es muy bonito lo que dice, ahora díga como se llevan con las hijas.
    - Yo siempre me llevo bien con mis hijas, aunque no permanezco tanto tiempo en la casa, pues trabajo todo el día, cuando llego soy muy atento con ellas.
     - Sin embargo su esposa dice que ayuda poco con la mayor, cuando ella trata de corregir con algún castigo, usted la desautoriza librándola del mismo.
     - Es que me apena, a veces ella quiere participar de algo y por los castigos no puede.
    - ¿Y usted cree que eso es quererla mucho, cuando ella no se ha comportado correctamente en la casa, no estudia y mientras repite en la escuela?
    - Doctora, esa niña es su adoración, pero yo le digo que si continua así, no vamos a sacar nada de ella. Responde la esposa.
   - Señor, es bueno el amor que tiene a sus hijas, pero también es bueno que asuma su responsabilidad de ayudar a mamá en la crianza y educación, un padre además de proporcionar todo lo necesario a sus hijos, tiene que mostrar autoridad, su hija mayor está sobre sus hombros y usted no se está dando cuenta, de que ella no obedece y logra lo que quiere, usted está siendo permisivo.
    - Oh! no, yo también la corrijo cuando no estudia.
    - Pero, doctora desde que ella se le tira en las piernas llorando, pide perdón y a seguidas, exige que le compren, no le niega nada!... va llorando con él cuando la castigo, diciéndo que no va a salir con amigas, le quito el celular y el se lo devuelve, la premia sin merecerlo...
    - Es necesario que ustedes se pongan de acuerdo en como van a educar a sus hijas, sobre todo la mayor, ella no puede estar escuchando dos mandatos opuestos, ambos se pondrán de acuerdo a la hora de corregir, respetando la autoridad que deben mostrar. El hecho de que usted no está en casa cuando se presenta el problema, es suficiente para que no escuche sus ruegos de perdón ante el castigo, debe cuidarse de tomar medidas que desautorizan a su esposa que como madre es capaz de corregir a la hija cuando ella entienda que debe hacerlo. La respuesta correcta para su hija es mandarla a pedir disculpas a su madre si quiere su ayuda interviniendo con el castigo que la madre haya decidido para ella. Si ustedes trabajan en conjunto para lograr obediencia, ella no tiene a quien recurrir y no le queda más remedio que obedecer. Hasta el momento ella manipula muy bien a papá, siente su apoyo y no respeta a ninguno de los dos. Papá debe dejar de creer en las lágrimas de cocodrilo que su hija muestra como una excelente actriz. Si ella era una buena estudiante y ahora no lo es, es lógico que no tiene problema de aprendizaje, y las razones del cambio tenemos que buscarlas en otra parte. Mientras tanto, se le puede exigir que estudie, no como un castigo, sino haciéndole  entender que eso solo a ella conviene, que es bueno para ella cumplir con sus responsabilidades, se le ordena corresponder con lo que ustedes hacen por ella, porque es bueno para ella.
    - La entiendo doctora, creo que yo no estaba haciendo lo correcto, pero ahora en su presencia le prometo a mi esposa, que de ahora en adelante lo haré diferente y como usted dice de acuerdo con ella.
    Dice esto mientras toma las manos de la pareja, al tiempo que la abraza mientras ambos sonríen. Parecen una pareja funcional, y es probable que de no haber asistido a la terapia, en corto tiempo con la forma en que manejan a la hija mayor, problemas no les van a faltar como pareja, por los desacuerdos para corregir las actitudes negativas de la hija mayor en relación al rendimiento escolar.
    - Quiero que entiendan que según las evaluaciones que trae su hija y el tiempo que le falta para las pruebas finales, no hay probabilidad de superarlas pero, en lo adelante han de tener más control sobre ella. Por otra parte, como padres deben saber que las comparaciones entre los hijos no son buenas, cuando tratan de minimizar a uno sobre otro, esto provoca que el afectado reaccione sintiendo que no es tan bueno como su hermano y lejos de tratar de superarlo, decida confirmar que realmente no es tan buena como su hermana. Tampoco han de incentivar competencias en base a su rendimiento, aparte de que el conocimiento no es mismo, cada persona es distinta sin que tenga que ser peor o mejor que otra.
    - Si doctora, creo que hacemos eso todo el tiempo. Cada vez que falla en algo, se le pregunta ¿porqué no eres como tu hermanita?
    - En adelante, sería muy bueno para su hija mayor que refuercen también las cosas buenas que hace, es una forma de hacerla sentir bien, lo que su vez le permitirá apreciarse a sí misma, y aumentar sus esfuerzos para seguir ganando refuerzos en esa dirección. Esta es una forma de que ella y ustedes también consigan eliminar su atención de las cosas negativas.

     ENTREVISTA No. 3, LA PACIENTE.

     La paciente se recibe sola, es necesario establecer una conversación con ella para ver si logramos escuchar su "campana". Generalmente los adolescentes se quejan de que no se les escucha, y que cuando logran que se les escuche, nadie los entiende.
    Entra a la consulta y la sorprendida soy yo, la joven luce un extravagante peinado con el pelo ensortijado y alborotado con un un tinte amarillo, que resulta chocante en contraste con su color de piel oscura. Pretendo ignorar su aspecto y le pregunto como ha estado haciendo en las tres semanas de pausa para la consulta.
     - Hola ¿como va todo?
    - Más o menos.
    - ¿Donde ha sido más y donde menos?
    - Más castigos.
    - ¿Dónde menos?
    Tuve que repetir la pregunta, me dio la impresión de que quiso pasarla por alto. 
    - Es que no pasé algunas de las materias.
     Lo dice sin tapujos, no mira de frente, repitió materias básicas y las de idiomas.
    - Lo siento mucho, espero que hayas intentado y te hayas esforzado, de hecho creo en ti y tus promesas a tus padres, puedes decir ¿qué te pasó para obtener ese resultado tan negativo a pesar de prometer no solo a tus padres, sino a ti misma que lo intentaría?
    - Lo de siempre, se me olvida.  Pero yo estudié.
    - Se que era difícil de lograr liberar, si no cambias el método de estudiar, nadie puede aprender en tres semanas, lo que debió hacer en todo el año escolar. ¿No tienes oportunidad?
    - Si, las pruebas completivas.
    - Entonces, podrías intentarlo de nuevo. Si el deseo es más grande que los obstáculos es probable que lo consigas, pero a tu deseo tienes que imprimirle el esfuerzo.
    - Yo me esfuerzo, pero es que se me olvidan.
    Esta joven ya está predispuesta a la aceptación de que todo se le olvida el día de la prueba. Y a mi como terapeuta me parece que talvés no solo se le olvida, sino que se siente cómoda con la situación. Entonces intento llevarla a otro plano, sabiendo lo manipuladores que son algunos jóvenes, se también que no importa su comportamiento, tienen sueños, cosas que anhelan, planes para el futuro.
    - De todos modos necesitas aprender algunas técnicas para estudiar que impidan que olvides lo estudiado. Vamos a facilitarte textos de ayuda para que en lo adelante te evites el trago amargo de olvidar cuando necesitas recordar. Me gustaría saber que planes tienes para el futuro, que quieres ser y estudiar en la universidad cuando termines la secundaria.
    - No quiero ir a la universidad.
    - !Ah! ¿no? Me sorprendió la respuesta, dicha así, sin tapujos. 
    - No, yo quiero ser azafata de avión de pasajeros.
    - Muy bien, esa es una profesión muy bonita ¿y crees que eso no requiere de estudios?
    - Si, pero no en la universidad.
    - Pues no importa que no sea en la universidad, necesitarás estar preparada con el conocimiento que requiere un oficio como ese, por ejemplo, conocer la cultura, los idiomas básicos y como sabemos te ha ido muy mal en esas materias.
   - Si, pero me voy a poner en eso (expresión joven,  dice que va a estudiar)
  - Deberías, si eso es lo que realmente quieres. Pues ser aeromoza requiere de talento y mucha capacidad y dominio de idiomas, que yo sepa por lo menos  se necesita ser un bachiller sobresaliente para entrar a esa escuela. Vamos a tomarte la palabra y esperemos que hagas un compromiso contigo misma para tu beneficio y orgullo de tus padres y tu hermana.
    Lanzo la propuesta, metiendo a la hermana en el grupo con la intensión de saber como se llevan y que siente hacia ella, por el hecho de los padres todo el tiempo la toman como parámetro de comparación donde la paciente siempre pierde.
   - ¿Mi hermana? pero esa lo que hace es gozar cuando mami me regaña, ella hasta coopera para que me castiguen.
   - Y a ti parece gustarte que ella disfrute con eso.
   - Claro que no! ella desorganiza y a mi me culpan.
   - ¿También ella es responsable de tus malas calificaciones?
   - Eso no, pero se ríe cuando me va mal.
   - ¿Vas a continuar permitiendo que ella tenga que aparecer superior a ti en los estudios, cuando tú eres quien debe ser ejemplo para ella?
    - No, voy a ser azafata, voy a estudiar para eso.
   - Yo creo en ti, y se que si te lo propones lo lograrás, pero eso como todo en la vida requiere esfuerzos y dedicación, no existe magia para conseguir lo que queremos, hay que ir a trabajar y ganarlo. Yo he notado que cuando hablamos de tu hermana, muestras cierto resentimiento hacia ella, ¿qué es lo que más te molesta de ella?
     - Es que esa muchacha desde que nació es mi tormento.
     - ¿Ah si? ¿puedes explicarme eso?
    - Ella se adueña de todo, yo tengo que dejarle el cuarto, si intento estudiar, no me deja siempre molestando, desorganizando y entonces mami me culpa a mi.
     - ¿También se adueño de tus padres?
     - Pues mire que si, ellos ven por los ojos de ella, en todo es la mejor, mientras yo soy un problema.
     - ¿Y no es así?
     - No, yo también hago cosas buenas. Yo soy quien friega los platos y a veces hasta hago la cena cuando mami se va a tardar y ella no ayuda y cuando mami llega, ella solo dice que está haciendo su tarea y mami porque no me está yendo bien en la escuela no ve nada más.
     - Debe ser que para ella es más importante que estudie y te vaya mejor en la escuela, sabes que por eso estas aquí en terapia. Creo que debes convencerla de que también eres buena estudiando ¿no lo crees?
     - Bueno si,  ya le dije me voy a poner en eso.
     - Estoy de acuerdo contigo, debes ponerte en eso, asume tu responsabilidad de estudiar.
      
     Me escucha con mucha atención, parece creer que es fácil soñar y esperar magia sin sacrificio, es característica del adolescente, ellos quieren aquí y ahora sin inversión ni genuino interés. Continúa en competencia con la hermana, donde ella quiere verla disminuir pero no lo consigue, el terapeuta da importancia a sus expresiones cuando hace referencia contraria a su hermana menor a quien ve como un problema desde que nació, y desvío el comentario en dirección a ella, tiene que entender que su problema de rendimiento nada tiene que ver con lo que hace o no hace su hermana. Entra la madre a la consulta y toma la conversación en torno a la conducta medalaganaria de la hija.

      ENTREVISTA No. 3, MADRE E HIJA. REGULARIZACION DEL PODER.


     - Hola doctora ¿ya vio ese espectáculo en la cabeza de mi hija?
     - Pues la verdad es que si noté que su cabello está diferente, pero no viene aquí para que yo evalue lo que pasa con su cabello, creo que es asunto entre usted y ella.
    Las circunstancias no pudieron ser mejores. El tema del tintado en el cabello de su hija parece haberla sacado de sus casillas y muestra la incomodidad como si estuviera pidiendo ayuda para desautorizar el hecho, pero el terapeuta le devuelve la papa caliente, para obligarla a tomar el poder de autoridad que tiene como madre sobre la hija.
    - Pero doctora! eso no es propio para una joven de su edad, me pidió dinero para ir al salón (peluquera) como siempre y se aparece así, diciendo que fue la peluquera quien le pintó el pelo, dizque probando.
     Entonces me dirijo a la joven y le pregunto.
   - ¿Es cierto que permitiste que probaran tintes con tu cabello?
   - Ella me dijo que era un poquito y me puso mucho color.
   - Esa es una mentirosa doctora, yo se que ella fue quien lo pidió.
   - Muy bien, si ella lo hizo sin tu permiso y a tu madre no le gusta, porque entiende que no tienes edad para decidir esas cosas ¿Qué creen que deben hacer ahora?
    Tanto la madre como la hija me miran con cara de sorpresa, y luego se miran una a la otra y yo aprovecho la situación que no hubiera resultado mejor, para ver hasta donde llega el poder de la hija y el desapoderamiento de la madre. Espero con la paciencia de quien tiene la salten por el mango. Y es la madre quien decide hablar.
   - Bueno, yo no le dí permiso para eso.
   - Entonces ¿qué decides al respecto?
   Con mi pregunta, insisto en que debe tomar decisiones sobre la conducta de la hija, la hija guarda silencio, mientras mira fijamente a la madre, casi me atrevo a decir que como otras veces la sugestiona, no muestra timidez.
   - Por mi la mandaría a quitarse ese tinte del pelo aunque me cueste!
  - ¿Nesecitas la opinión de alguien más para corregir a tu hija si entiendes que no ha hecho lo correcto?
   - Pues no, su papá la vio y practicamente me culpa o la apoya diciendo que esas son cosas de mujeres que no se mete.
   - Muy bien, si papá ya te autorizó y la joven dice que ella no autorizó que prueben con ella, la peluquera, deberá corregir el hecho y no puede cobrar más dinero, al contrario ella debe resarcir el daño.
    A pesar de la autorización indirecta del terapeuta, la madre se muestra dubitativa, mira a la hija que continua sosteniendo la mirada fija y aparentemente dura. Entonces yo decido pasar y soltar el mango del sartén en manos de la madre.
   - Vuelva con ella a la peluquería y ordene que se reponga el color de pelo de su hija, porque ella no debe hacer eso con una menor de edad sin autorización de usted.
   Entonces interviene la paciente que hasta el momento, solo miraba a su madre.
   - La peluquera me dijo que eso crece rápido y entonces me recortaré las puntas del cabello.
   Pero que poderosa se siente aun, la joven intenta imponer su criterio acomodando la solución a su voluntad. Entonces aprovecho para desempoderarla.
   - ¿Y desde cuándo un menor decide lo que su madre debe hacer cuando se presenta una corrección a los hijos y a alguien que actuó de manera incorrecta sin su anuencia para perjudicar a su hija?
   - Es que yo fui quien le dije que me pusiera un tinte.
   - ¿Usted ve doctora? quiere hacer lo quiere por encima de uno!
   - ¿Y qué te llevó hacer eso sin permiso de tus padres?
   Ahora la paciente por primera vez baja la mirada y las lágrimas ruedan por sus mejillas. Es la forma de manipulación más frecuente y efectiva de los adolescentes, quiere ser la víctima de todos modos, siendo como es menor de edad, es su recurso más valioso. Entonces aplicamos terapia de regulación del sistema de jerarquía, que al parecer los padres dejaron escapar permitiendo a la joven actuaciones individuales, sin la debida consulta previa.
    - Doctora, lo que pasa es que ella cree que por ser más alta que yo, debo convertirme en la hija y ella hacer lo que quiere, por encima de mi.
    - Estoy segura que no es eso, lo que pasa es que se acostumbró hacer cosas que al final usted y papá toleran, entonces ella entiende que es correcto lo que hace, pero no lo es.
   Entonces la joven como por arte de magia, para de llorar y hace otra propuesta para justificar su conducta.
     - Pero yo no le hago daño a nadie con mi color de pelo.
    - Eso que dices pudiera ser cierto si tu fueras adulta, pero resulta que eres menor de edad, tus padres deben darte permiso y orientación en todo lo que haces, si así lo hubieras hecho, no tendrías este problema. Debes entender que tu madre es quien sabe que es conveniente para ti ahora. Por tanto, todo paso que quieras dar, debes consultarlo con tus padres. Voy a pedirte que te pongas de pie y mires a la cara a tu madre ahora.
    Mientras la madre permanece sentada ella se pone de pie, y mira a la madre inclinando su cabeza hacia abajo. Entonces el terapeuta entra en la escena.
    - Vaya, pero que grande eres, mira como tienes que ver hacia abajo a mamá.
   Sonríe igual que la madre y responde.
    - Oh! pero es porque mami está sentada!
    - Ah! ya me había dado cuenta, ¿cuántos años tiene mamá?
    Coloca su dedo índice en boca y pregunta a la madre.
    - ¿Cuántos son? 
    - Pero no me digas que no sabes cuantos años tengo!
    Entonces intervengo.
    - Con razón, ella cree que es igual a usted mamá, sólo se acostumbró a cumplir años ella y olvidó que también sus padres cumplen años. Y me parece que esperaba alcanzarlos algún día. Ella a medida que cumple años ha logrado mirarte de frente pues su cuerpo creció hasta alcanzar a mamá. Ahora me gustaría que usted se ponga de pie y su hija se siente. Ahora en esta posición, traten de mirarse a los ojos.
    Ahora ríen madre e hija. La paciente debe inclinar su cabeza hacia atrás, para mirar hacia arriba.
   - ¿Qué te parece ahora? ¿Has entendido que nunca serás mayor que tu madre? ¿que ella es quien ordena, cuida, orienta y dispone en la vida de sus hijos cuando aún son menores y tú todavía lo eres?
   Lo piensa un poco, continúa riendo pues la situación es cómica para ella, con su estatura actual es un poco más alta que la madre, quien es realmente muy baja con relación a ella.
     - Si doctora.
    - Ahora que has entendido que las personas merecen respeto, no solo por lo que representan, sino también por su edad, una persona pequeña, merece todo respeto, igual que una grande, igual que tú y tu hermana con la poca edad que aún tienen. Pero existe lo que se llama jerarquía por edad y poder, es lo que tienen tus padres sobre ustedes, por ser sus mayores.
     Este tipo de terapia, no es para ser utilizada con adolescentes, es para niños, pero tenemos un caso de una adolescente que quiere ser adulta, pero al mismo tiempo se comporta como una infante cuando demanda de los padres lo que quiere. La paradoja, estrategia que acabamos de utilizar, es excelente en estos casos, considerando que la estructura familiar no es estática, evoluciona con el desarrollo o ciclo vital de sus miembros, y la cultura externa e interna de interacción del grupo puede provocar parálisis en cualquiera de las dos direcciones, una hija que se niega a crecer y unos padres estáticos en considerarla por tanto tiempo como su niña. Junto a la paradoja, la repetición, para enfatizar e implementar en la joven un cambio en la línea de pensamiento, en el cual ha de internalizar que ella no tiene poder sobre los padres.
     - Yo se que sí entendiste, estás en una etapa donde es muy difícil crecer y a veces duele crecer, pero es bueno que sepas que tienes tiempo para ello, y llegará el día en que no querrás cumplir años para no envejecer. Pero no olvides nunca que mamá siempre será mayor que tú, eso nunca cambiará, solo será diferente cuando seas mayor de edad, trabajes y hagas tu propia vida, Ahora dependes de tus padres, ellos trabajan para ti y tu hermana, ellos mantienen la familia y proveen los gastos del hogar. Usted solo tiene que estudiar y hacer las tareas que tanto tú como tu hermana tiene asignadas en el hogar. Por hoy terminamos la terapia. Vamos a extender la cita ahora un mes, durante ese tiempo, es bueno para ti que estudies para liberar y avanzar al siguiente nivel. Este avance te acercará más a tus deseos de ser azafata y además de tu familia, tus amigas, algo que yo se que aprecias mucho, por la opinión que pueden tener de ti, se sentirán bien de que no te quedarás atrás.

      ENTREVISTA No. 4, PADRES E HIJA MAYOR.

     El padre, la madre y la hija llegan a la terapia, luego de solicitar adelanto de la cita, anticipando por teléfono que la mayor no se comportado muy bien, la madre quiere dialogar primero conmigo, necesita explicarme algunas inquietudes que tiene con relación a su hija mayor.
     - Muy bien podemos hablar de lo que le está inquietando, al punto de tener que adelantar la cita.
    - Realmente me está preocupando la conducta de mi hija, ahora descubrí que además de no estudiar, es mentirosa, mañosa y no respeta lo que yo dispongo.
     - Ya sabemos que no estudia, pero debemos esperar el final del curso para ver si ha cambiado, recuerde que de 5 materias, después de la terapia logró liberar 4, cuando ya no había esperanza de pasar ninguna.
     - Si doctora, pero recuerde que tiene 4 atrasadas del curso anterior, mas las que debe ahora.
     - No se angustie, que ella prometió esforzarse y logró más de lo esperado, confíe en ella, dele el voto de confianza, refuerce lo conseguido hasta ahora.
     - Si, pero resulta que ahora tomó un dinero de la cartera del papá y se fue a comprar zapatillas y medias, sin autorización. Cuando su padre me preguntó que si yo había tomado ese dinero de él, me sorprendió porque yo no lo hago sin decirle y no cree que ella lo hizo. Cuando la interrogué mintió, diciendo que la amiga le prestó el dinero con el que ella compró.
     - Muy bien, diga a su esposo que entre a la terapia ahora y hablaremos de este asunto con él también.
    Ya habíamos previsto que los problemas entre la pareja podían manifestarse en cualquier momento, por causa de la conducta de la hija y las diferencias para corregirla que existe entre el padre y la madre a la hora de castigar.
      - Su esposa ya me contó, acerca de la conducta de su hija mayor. Ella se preocupa por el hecho de que usted no acepta como reales las faltas que su hija manifiesta de la conducta inadecuada que está teniendo, llegando a sentir que la duda cae sobre ella, ante la defensa que usted hace de la joven.
    - Ay! doctora, yo jamás dudaría de mi esposa, ella sabe como la quiero, con relación a la desaparición del dinero, yo creo que talvés me equivoqué y no tenía ese dinero.
     - Pero entonces como explicamos, la compra de las zapatillas, y algunas cosas con las que se aparece en la casa, como adornos y pulseras nuevas diciendo que su amiga se las presta?
      - Pero mi amor, las jóvenes hacen eso!
      - Si, yo se eso, pero resulta que no sabemos si era cierto, hasta descubrir que el dinero faltante de tu cartera era la cantidad que notaste. Puede ser que lo tomara de a poco y como no se notaba, aumentó hasta lo que tenemos hoy.
    Intervengo, antes de que los razonamientos de la madre, dejen desarticulado al padre.
      - Tratar de saber si su hija miente es muy fácil, solo hay que enfrentarla con la amiga, pero antes de eso, permitan que hable con ella a solas. Por ahora les sugiero que no deben entrar en desacuerdos por culpa de las conductas inadecuadas de su hija mayor,  ustedes tienen que apoyarse mutuamente en las correcciones no para castigar, sino para orientar, ella está llamando fuertemente su atención, hay que descubrir que es lo que le está pasando y no hay que olvidar las influencias que puede tener desde o hacia esa supuesta amiga que le presta sus cosas.
    - Es lo que yo pienso, no me gustan mucho esas compañeras que les gusta ir a la casa cuando nosotros los padres no estamos.
     Luego de la expresión de la madre, el esposo abraza a la madre y dan paso a la hija mayor.
     - Hola, como estas, las cosas parece que no han estado muy bien que tus padres debieron adelantar la terapia.
     Como siempre hace, baja la vista y guarda silencio. Parece que hiciera un ejercicio para llorar, pues las aletas de su nariz se abren y cierran, y sus ojos parecen evitar pestañar. Ya conozco de esto y le demando mirarme a los ojos antes de que logre que las lágrimas asomen.
     - Por favor, me gusta que me miren a los ojos cuando hablo, así que detente con el llanto que tu sabes que conmigo no es efectivo.
   Me mira con cara de pocos amigos, su mirada me recuerda la forma que tiene de mirar a su madre.  
    La ignoro y continúo.
   - Ya tu madre me explico lo que hiciste, tomaste dinero y dispusiste de el, sin autorización de tus padres ¿qué tienes que decir?
   - Nada.
   - ¿Cómo que nada?
   - Es que mami de todo hace un dilema.
   - Entonces, para ti el problema lo provocó tu madre, ella que fue sorprendida por su hija tomando dinero que no es de ella, y gastarlo para luego mentir diciendo que no lo hizo ¿sabías que lo que hiciste se llama robar?
     - Pero ese dinero era de mi papá.
    El hecho de sentir que lo de su padre es de ella, no quiere decir que realmente desde su perspectiva piense que roba, sino que tiene derecho a lo que es de su padre como si igual fuera de ella.
     - Muy bien, no era tuyo, se lo robaste a él, mientes diciendo que te lo prestó una amiga, vuelves a mentir cuando dices que las zapatillas también te la prestó tu amiga y por último permites que tu padre piense que fue tu madre quien tomó el dinero ¿sabes que eres además de ladrona?
     Sus ojos están muy abiertos, me mira y parece asustada, y yo continuo.
     - !Eres una abusadora!
     No dice nada, no reacciona y no espero que lo haga.
    - Tus padres trabajan muy duro para conseguir ese dinero, que cubre todos tus gastos, alimentación, educación y antojos y eres tan desconsiderada que no ves su cansancio cuando llegan a casa, mientras tú, ni siquiera estudias lo suficiente, eres desobediente, mentirosa y sin ningún cargo en la conciencia, le robas el dinero descaradamente.
     - Yaaaaaa! no vuelvo hacerlo!
     - No es a mi a quien debes decir eso, es a ellos a quienes lastimas ¿quieres que dejen de quererte?
     - Claro que no! yo los quiero!
     - ¿Esa es manera de querer a alguien? voy traer a tus padres ahora, necesitas decirles cuanto los quieres. Ellos tienen la tarea de enfrentarte con tu amiga, para que les demuestres a ellos que dijiste la verdad, frente a ella.
     - No! doctora, yo les digo la verdad, cuando estemos en casa.
     - !No señorita! lo vas hacer aquí y ahora. 
     - Si no lo haces, lo haré yo, escoge!
    Esta joven tiene un poder de manipulación, que si el terapeuta no está entrenado fácilmente se convierte en una más de sus víctimas. Entran los padres y toman asiento. Ahora yo continuo.
     - Por favor tomen asiento, que su hija necesita tener una conversación muy seria con los dos.
    Entonces la paciente se pone de pie y avanza hacia el padre con los ojos llenos de lágrimas, la detengo y le digo.
     - Alto, aquí quien dice cuando y a quien te diriges soy yo. Primero hablarás con mamá.
     Se deja caer en la silla nuevamente y dice.
     - Yo quiero hablar con mami  a solas.
     - Ya te dije, que yo dirijo la terapia y lo que tienes que decir lo dirás frente a los dos.
    El padre guarda silencio casi sonríe, la madre como siempre movida por la ternura innata propia de las madres, intenta avanzar y la detengo
     - Mamá, yo dirijo esto, por favor mantenga silencio y aguarde.
     - Vamos! que no tenemos todo el tiempo.
     El terapeuta presiona a la paciente.
    Se pone de pie nuevamente y frente a la madre mirándola fijamente con su acostumbrada mirada dura, parece que no le salen las palabras, traga en seco, ya no llora.
     - Vamos!
     El terapeuta continua presionando.
     - Mami, yo cogí el dinero, y compré las cosas, no le digan a mi amiga.
     Ahora vuelve la mirada al terapeuta como si pidiera permiso y yo consiento con un movimiento de cabeza en dirección al padre.
     - Papi
     - Ya escuché, eso estuvo mal ¿dónde tienes la cabeza? yo no te educo para hacer esas cosas ¿desde cuando robas nuestro dinero?
     No dice nada y baja la cabeza. Intervengo.
     - Ahora quiero que me dejes a solas con tus padres y vayas a la sala de televisión.
     Me dirijo a los padres con la misma dureza con que trabajé a la paciente.
     - Me gustaría que me digan cuando harán lo que la terapia les ha aconsejado. Si esa joven continúa con esas actitudes, es porque justamente ustedes se lo permiten, papá se mantiene periférico ignorando los problemas que ella provoca con su conducta, dejando sola a mamá, cuando es tarea de ambos estar atentos a los pasos de su hija, han dejado que ella se suba sobre sus hombros, ella entiende que puede hacer lo que quiere y cuando mamá intenta corregir, ella dice que no es más que un alboroto de mama, dígame papá ¿es así como quieren que ella los trate, creyendo que tiene derechos sin deberes? su hija cree que puede tomar con derecho el dinero de sus padres, es probable que todo el tiempo lo haya hecho sin que lo notaran, hasta que tomar cada vez más dinero, no se pudo ocultar, pero si ella miente con relación a eso es porque sabe que no está bien lo que hace.
     - No doctora, yo se bien lo que usted dice y tiene toda la razón, creo que debemos cambiar, bueno debo cambiar. Creo que si hay que frenar esto.
     El padre ahora con energía promete cambiar su conducta, mientras la madre, asiente y a medida que yo hablo lo mira como si dijera ¿te das cuenta?
     - Escuchen lo que les voy a decir, ese trato duro que hoy hemos tenido con ella, ha sido necesario, para que ustedes entiendan que deben imponer autoridad a su hija, para que vieran que si le muestran que ustedes mandan, ella obedece, no hay lágrimas que valgan frente a una mala actuación. Yo no me siento mal, por haberla tratado con dureza, si con eso consigo que recapacite y obedezca, vieron el gran esfuerzo que le costó confesar su culpa, pero si se fijaron bien, no fue capaz de pedir perdón. Está acostumbrada a la tolerancia, a que acepten sus actitudes, no a que le exijan, a no dar explicaciones de sus actos. Vamos a estar claros, la terapia no es efectiva si los clientes no acogen las orientaciones, no hay terapia de cambio si las personas no están dispuestas a cambiar, no es mágica. Si ustedes cambian, ella se verá precisada a cambiar.
     - Si doctora, prometo a mi esposa que voy hacer lo que me toca junto a ella. Me siento mal por eso, pero lo superaré, vamos a poner esa malcriada en cintura (la llamará a capítulo).
     - Vamos a terminar esta sesión que no estaba programada, pero antes traiga a su hija para para cerrar con ella por hoy.
     Entra con la cabeza baja y como si arrastrara los pies, más que sentarse se deja caer y más que avergonzada parece disgustada.
     - Entonces dígame como se siente con tus propios labios porque ya veo que no te presentas muy a gusto.
     No dice nada.
    - ¿Te gustó la terapia de hoy? ¿te pareció dura e injusta? o ¿estás consciente que mereces los regaños recibidos?
     - Si.
    - ¿Si qué?
    - Que no fue injusta y merezco lo que me dijo.
    - Entonces ¿debo entender que te gustó la terapia?
    - No tanto.
    - Dime una cosa ¿qué es lo que te pasa para hacer eso a tus padres? tu madre es buena y quiere que tu lo seas también, ella quiere que cambies para tu bien ¿tú que quieres?
    - Yo también quiero cambiar.
    - ¿Que te lo impide?
    - Lo que pasa es que yo no sirvo para nada, no soy importante.
    Lo suelta rápido, como si lo que acaba de decir hay que aceptarlo, porque es así.
    - No digas eso, si no fueras importante, tus padres no estuvieran aquí contigo, preocupados porque no saben lo que te está pasando, porque no entienden porque has cambiado tanto, cuando antes eras buena estudiante, obediente y respetuosa.
    - Eso es lo que dicen.
    -Dicen ¿quienes?
    - Todos!
    - Dime quién dice eso.
    - En la escuela, los profesores, mami.
    - ¿Y no crees que en vez de confirmar su opinión negativa, mejor es desmentirla haciendo todo lo posible para que se convenzan de lo contrario? está en tus manos cambiar eso. Mira ahora vamos a hacer un acuerdo entre tú y yo para hacer exactamente lo mejor que puedes y dejar equivocado al que así piensa. Claro, tienes que reconocer que lo hecho hasta ahora es la razón por la piensan así. Y no creerán en ti hasta que demuestres lo contrario ¿crees que puedes hacerlo?
   Levanta la mirada, y las lágrimas ruedan por sus mejillas. El terapeuta intente una coalisión con la paciente en contra de la opinión que tienen de ella y que ella misma acepta como válida con la expresión "...yo no sirvo para nada, no soy importante".
   - Si, voy a pasar esas materias.
   - También vas a aceptar y respetar las reprimendas que has ganado por lo grave de tu conducta, las sanciones que recibas, no las asumas como castigo, es una pausa para que demuestres que reconoces que estás equivocada, y tómalas en serio porque podrían ser más fuertes aún, pues tus padres pueden dejarte en casa para que cocines, laves, planches y limpie la casa, es posible que entiendan que realmente no te gusta estudiar, por tanto no hay que gastar dinero que se pierde intentando que tú hagas lo que no quieres o no te gusta. No tendrás visitas de amigas en ausencia de tus padres, no habrá profesores extras, porque yo se que eres tanto o más inteligente que todos tus compañeros de escuela, y vas a demostrar que es falso eso de que no sirves para nada. Yo se que eres valiosa y que dentro de esa joven rebelde que quieres ser, hay una muy buena escondida, déjala salir y serás feliz. Ahora vas a estudiar mucho y te comportarás mejor, vas a cambiar de imagen y no es de televisión.

     OBSERVACIONES

     Reímos a la misma vez, y la despido para dar a los padres las orientaciones. Esta joven se siente disminuida, poco apreciada y cuando esto sucede, es natural la reacción de sentir que no es importante. Algunos adolescentes tienden por rebeldía a confirmar la imagen negativa que se tiene de ellos, pues muchas veces tanto en casa como en la escuela, sobresalir es bueno aunque no sea positivo lo que provoca esa imagen, lo que importa es ser reconocido, por tanto ser la oveja negra o el dedo malo sigue siendo un título y para ellos eso es importante. 
    El problema para reaccionar así, es propio de este tipo de familia donde existe el factor de comparación representado por la hermana menor. La diferencia de edad entre ambas, dice que ella fue reemplazada cuando tenía bastante tiempo siendo la única en el amor de los padres. Cuando se producen cambios en el estadio familiar, como es el caso de esta pareja con un solo hijo y pasar a dos hijos, sin que reciban la orientación acerca del cambio, de como deben manejarse ahora en el nuevo estadio con dos hijos de características tan distante como la edad, tienden a cometer errores, en el trato y atención a cada criatura. Muchas veces se desplaza la atención hacia el recién llegado, sin darle participación al de mayor edad apartándolo, no porque no lo quieran sino que quieren evitar de alguna manera que el primero pueda dañar al segundo, precisamente por ser aún pequeño. Los padres no entienden de sentimientos en estos menores, y tienen internalizado la frase de que "los niños no piensan". 
    Luego del acuerdo paciente-terapeuta con una pausa para que se interne y se ocupe de sus responsabilidades de estudiar, se establece un ciclo de sesiones con los padres por separado, con el propósito de evaluar la cosmovisión familiar aprendida que ambos aportan al grupo familiar conformado por ellos al convertirse en cónyuge. El como una persona ve su mundo, es una posición individualista aunque lo haya aprendido en el grupo en el cual desarrollo su vida, por tanto la terapia no pretende en forma alguna cambiarla, sino que podríamos intervenir para promover los cambios favorables que ambos pueden lograr sin perder la esencia de sus costumbres, ellos deben entender que el tiempo de sus hijas no es el tiempo en el que ellos crecieron como adolescentes.

      ENTREVISTA No. 5. CON EL PADRE.

      - Hola ¿cómo va todo en casa?
      - Hola,  todo va mejorando y con mucho trabajo.
      - Si, ya se que usted trabaja mucho. En casa como van las cosas con la familia.
      - Vamos avanzando, por ejemplo yo ahora ayudo más a mi esposa en el negocio, trato de salir un poco más temprano del trabajo, para llegar y ayudar antes de cerrar, ella se va a casa y así está más tiempo con las muchachas.
      - Eso está muy bien, lo felicito creo que esa ayuda le estaba haciendo falta a su esposa. Usted tiene suerte de tener una mujer tan dedicada a su familia, que aún siendo profesional, decide quedarse en casa criando y ayudarlo con la empresa familiar.
       - Si señora, yo estoy consciente de eso, es una mujer preparada, buena madre y trabajadora.
       - También ha de haber visto, que sufre mucho por la hija mayor, que necesita su cooperación para reencaminarla nuevamente en los estudios.
      - Y lo estoy haciendo, como usted me dijo no debemos tenerla sobre los hombros. Quiero que sepa doctora que mi hija anda bajita (achicada) ya no anda con ñoñerías (niñadas) creo que tiene mucha vergüenza por lo que hizo, y está estudiando mucho, yo creo que logrará pasar el nivel escolar, y las deudas del anterior.
     - Si, ella lo prometió y solo tenemos que confiar y apoyarla.
     - Doctora, lo que no puedo evitar es sentir pena, a veces me mira con como si quisiera algo y no se atreve a pedirlo.
     - Esperamos que se conserve arriba y no se deje convencer,  ya se dejaron manipular de ella, usted tiene el poder y la muestra es el cuidado que ella tiene ahora, para dirigirse a ustedes, que entienda que sus padres la quieren, pero que hay límites representados en el respeto, la obediencia y el amor a sus padres.
     - Así es doctora, yo no vuelvo a perder ese poder sobre mis hijas yo se que tampoco debo perder el control.
     - Hablemos ahora de ustedes como pareja, ese cambio de actitud con sus hijas ¿les ha afectado?
     - La verdad como pareja no, pero conversamos acerca de eso, y damos gracias a la terapia, porque la verdad es que nos aterra pensar lo que iba ha salir de todo esto con nuestras hijas. La verdad es que yo le estaba dejando eso de criar a la madre, yo solo me ocupaba de trabajar.
     - Tengo planes de hablar con su esposa de sus tiempos de adolescentes, podríamos hacer lo mismo con usted hoy ¿cómo era la adolescencia en su época?
     Sonríe y su mirada se pierde en la ventana de la consulta, parece regresar al pasado.
    - Bueno yo soy el mayor de mis hermanos, y casi me convertía en papá de mis hermanos, no porque me lo permitieran sino que los cuidaba mucho. Si yo me encontraba a una hermana o hermano mio en la calle, tenían que explicarme donde y con quién andaban, nosotros no salíamos así como los muchachos de ahora, había control. Mi papá era así conmigo y si yo sabía que mis hermanos andaban sin permiso y yo los apoyaba, yo pagaba por eso, mi papá era muy fuerte.
     - Eso es muy diferente a como usted lleva a sus hijas en este tiempo.
     - Pues si, me dije a mi mismo que no iba a ser tan rígido con mis hijos, mis hermanos me odiaban por ser así. Parece que no quise que mis hijas me odien a mi.
    - Usted no será odiado por exigir a sus hijas que sean responsables y respetuosas, todo lo contrario.
    - Si ahora lo se, el otro día mi hermano le reclamó a mi esposa que ella no estaba cuidando a mi hija, porque la encontró en el centro comercial con unas amigas y al preguntarle por nosotros le dijo que no sabía. El se parece a mi padre.
    - Sepa usted que las personas aprenden el patrón educativo que recibieron de los padres, y lo repiten cuando son adultos con su familia, el hecho de que usted fuera diferente a su hermano, se debe a que usted fue reforzado negativamente con el disgusto de sus hermanos hacia usted, por aparecer controlador de ellos como su padre. Existen tres tipos de padres relacionado con la manera en que pretenden educar a los hijos. No hay que ser dictatorial pero tampoco permisivo, son los extremos y estos siempre crean inconvenientes. Pero sí un padre puede mostrar autoridad con los hijos y mostrar flexibilidad donde sea necesario y conveniente.
     - Si, por ejemplo cuando le exigimos a la mayor los cuadernos para verificar las tareas, ella se enfrenta diciendo que no es una niña, que si ella dice que las hizo hay que creerle, yo le digo que eso debió ganarlo con la confianza que ella perdió.
    - Eso correcto, ahora le pueden ofrecer nuevamente esa confianza, a fin de que muestre que realmente no es una niña pequeña.
     - Doctora, a veces uno no entiende porqué la menor no da ese tipo de problemas, es responsable, obediente y da la impresión de que tiene una edad mayor por el temple que exhibe a su poca edad.
    - Claro, no ha escuchado usted el refrán que dice: "cuando la barba de tu vecino está siendo afeitada, has de poner la tuya en remojo".
      Ríe y yo con él, este padre está orgulloso de su hija menor. 
     - Si esa muchachita sabe mucho, yo siempre lo he notado. Siempre que se anda regañando a la hermana, ella se escurre y no aparece hasta que todo ha pasado.
      - Seguro que aparece mostrando algo bueno de ella, como sus tareas, un logro nuevo, o un halago a papá o mamá.
      - Si señora, así mismo es. Son muy sabios los hijos.
      - Si, mientras ella logra el beneplácito de ustedes con buenas acciones, en el polo opuesto su hija mayor también logra su atención aunque sea con rebeldía. Ambas hijas solo buscan atención, la menor lo consiguió desde que nació y se convirtió en la novedad, la mayor porque se siente desplazada desde que llegó su hermana menor, comportarse como lo hace consigue que sus padres se preocupen por ella, dejando de lado a la otra.
     - Pero nosotros no tenemos preferencias, pero reconocemos que la menor se comporta mejor.
     - ¿No ha pensado que ellas no lo ven así?
     - Así como usted lo plantea si. Uno no se daba cuenta de eso.
     - No se culpe, es así en la mayoría de las familias, si no en todas.

       OBSERVACIONES

     El cambio logrado con el padre ha sido excelente. Este es un padre amoroso y si en algún momento se mostró permisivo, como el mismo acepta, es por causa de lo aprendido. Generalmente los padres tienden a desear para sus hijos lo que ellos no tuvieron, no solo en el área material sino también en los afectos. La experiencia con sus hermanos debido a la parentalización asumida por él, no solo era aceptada sino que se exigía a los hermanos mayores ser albacea de la conducta de sus hermanos menores. El terapeuta nunca ha de juzgar como desacertada alguna regla familiar transmitida por generaciones, ya que es de suma importancia estar claros en los factores socioculturales que dominan la conducta de las personas en su tiempo y en su lugar.
    
     ENTREVISTA No. 6,  CON LA MADRE.

     - Hola, cómo va todo.
     - Bueno doctora yo creo que tranquilo.
     - Entonces todo está bien.
     - Si, pero yo no lo estoy. Usted sabe, ya están pasando los examenes completivos y tengo miedo de que mi hija no logre pasar de curso.
     - Pero ¿porqué siente inseguridad, acaso no está estudiando?
     - Si, yo veo que ella estudia.
     - Debe dejar de dudar, de el crédito, confíe y ofrezca ayuda, participe, refuerce, recuerde que usted no solo castiga y regaña, muestre que está dispuesta apoyarla, que la quiere y desea que supere el reto que tiene.
    - Es verdad, pero yo quiero que venga con usted para que la estimule como en los examenes anteriores.
    - Debe estar tranquila, hablé con ella, y prometió que se esforzaría. Solo queda esperar que cumpla, no podemos estar todo el tiempo, repitiendo lo que ella sabe que tiene que hacer, deje que lo haga y muestre su alegría de verla trabajando para lograr lo que quiere.
    - Es verdad, lo que pasa es que le perdí la confianza y no creo en ella, ya solo vivo esperando lo peor.
    - ¿Es que le hace falta, discutir, regañar y castigar a tu hija? entiendo que hiciste de eso una rutina, el cambio de ella, debe provocar el cambio tuyo, ahora es tiempo de que ella sienta que es importante, que es valiosa y que su madre lo reconoce.
   - Si, y el papá después de que ella tomó el dinero, como que ha cambiado con ella.
   - ¿Qué cosas han cambiado?
   - Bueno ya no anda complaciendo tanto sus antojos.
   - Si mal no recuerdo, era parte de tu queja que él no cooperaba contigo precisamente por esa razón.
   - Si, también es cierto.
   - ¿Qué es lo que te molesta del cambio que están teniendo en la familia?
   - Pues yo ni se bien doctora, creo que miedo, de que no lo logre.
   - ¿Te sentías bien por el hecho de que cuando llegabas a casa, tenías en quien descargar tu estrés, y ahora todos están haciendo bien las cosas y te encuentras perdida cuando no hay a quien reclamar nada?
   - Ay dios mío! ¿doctora yo le estaba haciendo daño a mi hija?
   - De ninguna manera, eres una madre buena. Tu preocupación por ella es lo que los trajo a la terapia.
   - Yo sabía que estaba mal en los estudios, los profesores me lo decían, pero solo uno recomendó la ayuda psicológica, yo lo que hacía era regañarla, también intentaba ayudarla, pero no valía. Doctora yo me pregunto donde me equivoqué, en mis tiempos las cosas no eran así, a mi nunca hubo que regañarme para que estudie, yo no andaba así como ahora queriendo gobernarse antes de tiempo.
   - Tú lo has dicho, eran otros tiempos. Puedes decirme como era en ese tiempo?
  - Bueno, no hay mucha diferencia en cuanto a lo que tienen que hacer hoy los hijos, estudiar y ayudar en la casa. Lo que si era ley, no hacer nada fuera ni dentro de la casa sin el permiso de los mayores.
    - Tus padres estaban en casa, o era como son ustedes ahora que pasan todo el día trabajando y los hijos en casa permanecen solos.
    - Si, eso es diferente mi madre siempre estaba en casa, solo papa trabajaba y mis hermanos con él, pero aunque trabajo, siempre estoy en casa cuando ellas están ahí.
     - Estar en casa no solo es la presencia física, es participar de las cosas agradables, acompañarse, hablar, compartir, ofrecer, ayudar y dar amor. Pero estás en casa, para regañar, corregir, pelear y demandar de tus hijas ¿No te sientas y hablas con ellas, te interesas en lo que hacen fuera de estudiar y hacer las tareas que les asignas en el hogar? ¿Alguna vez has intentado ser amiga de tus hijas?
    - La verdad doctora que eso no lo he hecho, no porque no quiera, sino porque no sabía, en mi tiempo, uno solo obedecía, eso de tener confianza con los padres no era cosa que se podía.
    - Pues ya ves que estos son otros tiempos, y ahora hasta se hace necesario que los padres se conviertan en elementos de confianza de sus hijos, ellos mejor que nadie los pueden orientar si ellos tuvieran algún problema.
    - Si doctora, yo se eso, y ahora me siento cohibida para un acercamiento de ese tipo, siento como que la maltraté.
    - No señora, no debe sentir eso, usted hizo lo correcto, corregir cuando su hija no se comportaba como es debido. Escuche bien lo que le voy a decir, mostrarle autoridad a los hijos es correcto, exigirle si es posible cuando no cooperan voluntariamente, lo contrario de su esposo que era permisivo y periférico, cómodamente te dejaba a ti los regaños mientras él apoyaba, regalaba, permitía.
    - Bueno ya él cambió después de la terapia, no es tan complaciente y ella ni siquiera anda pidiendo que le compren cosas como antes.
    - Muy bien, es posible que ella haya aprendido que debe ganarse las cosas como premio a un buen comportamiento, ahora usted cambiará igual, los cambios a veces son duros e incómodos, pues las personas se acostumbran a la rutina. Por ejemplo si pelean y regañan todo el tiempo y el foco de esa conducta desaparece, entonces hay que asumir la nueva posición, invierta en una relación placentera con la familia, disfrute el cambio logrado para bien de su hija y su marido, premie con un día de compra con las jóvenes, que sientan que ganan refuerzos cuando hacen las cosas bien, hagan cosas nuevas en los momentos de ocio, pueden comprar juegos de mesa donde todos comparten y se divierten.
   - Eso que usted recomienda es bueno. Ya creo que después de este conversación me siento mejor.
   - Siéntase mejor, disfrute el cambio deseado. Ahora también puede tomar tiempo para usted misma, vaya al salón, compre un buen libro y mientras vigila que sus hijas estudien, haga ese tiempo bueno para usted. También necesita tener  su propio tiempo, por lo menos un día a la semana visite a sus amigas, si no tiene porque siempre se mantiene ocupada, únase a un grupo de estudios o cursos de distracción como la manualidades de artes o cocina para hacer cosas que le resulten agradables.
    - Yo creo que voy a ocuparme de mi, hace tiempo que ni un vestido nuevo me compro.
   - Correcto, también dedique tiempo a su hija menor, ella también necesita atención, así suelta un poco a la otra y ella logre respirar sola.
   - Es que la pequeña no es problema, es todo lo contrario y no hay que estar sobre ella corrigiendo.
   - Es claro que hiciste de las correcciones a tu hija mayor un pasatiempo y lo echas de menos.
   - Pues si, voy safarme de eso, hoy mismo nos vamos las tres a comprar y a comer piza.
   - Que bien, haga eso y disfrute.
   
    Despedimos la terapia. Los sentimientos que experimenta la madre son normales en estos casos, está sintiendo un desequilibrio en el patrón de la rutina en que se había convertido su vida diaria, ir al negocio a trabajar en la mañana, volver a casa y hacer la comida para la familia, regresar al trabajo nuevamente, volver a casa en la noche, y esperar el fin de año escolar para regañar a la hija mayor por los fracasos y establecer la comparación con la menor, a la cual no felicita por el éxito, esto solo constituye el bastón de apoyo para castigar a la mayor. Está claro que al mover los patrones conductuales de los miembros del sistema, cada uno de ellos se verá afectado por el cambio y la madre que culturalmente se siente con más responsabilidad en cuanto a las crianza de las hijas, ha de sentir mucho más la presión e inseguridad ante ese cambio.

       ENTREVISTA No. 7, A LA MADRE.
 
      Se presenta igual que siempre en cuanto a su aspecto personal, en el cual prima la sencillez, pelo recogido en un moño, el pelo sin señales de esmero o tratamientos, vestir extremadamente sencillo y su rostro sin maquillaje, pero muy pulcra y educada como siempre se ha mostrado en el curso de la terapia.
     - Hola ¿como se siente?
     - Muy bien, tengo buenas noticias!
     - Ah si! que bien, quiero saber de las buenas nuevas.
     - Mi hija logró pasar todas las materias, las de ahora y las atrasadas.
     - Si que son buenas noticias, no sabe como me alegra su felicidad.
     - Gracias, gracias a su trabajo con ella.
     - Y al gran deseo que ella tenía de cambiar.
     - En los estudios se logró, pero sigue malcriada, medalaganaria y exigente, no con el padre, solo conmigo.
    - Bueno, recuerde el plan de trabajo que se programó, primero era prioridad lograr mejorar el rendimiento escolar, tenemos el buen resultado. Ahora ya sabemos que la terapia continuará con mejorar las relaciones del grupo, en su caso con usted, el padre y la hermana.
     - Si de eso quiero hablar, porque esa niña no se lleva bien con nadie, ni con el padre. Con él ya no es como antes, será porque le cortó el agua y la luz (expresión local, quiere decir ya no la consiente ni apoya).
     - Bueno, eso es resultado del cambio hecho por él, es probable que ahora comience a entender que no es una niña y usted tiene que entender eso. Deje de tratarla así, entienda que ya es adolescente y va pasando a convertirse en adulta. No olvide que la terapia es abarcativa y cuando  tratamos el grupo familiar, las orientaciones afectan a todos. Los cambios que se han producido en el problema inicial para el cual ustedes solicitaron ayuda, se cumplido de manera satisfactoria. Hemos logrado el propósito que se buscaba y de paso usted me dice que ha hecho cambios con el padre y que solo con usted se muestra rebelde. Es lógico que usted debe cambiar el modo en que hasta ahora ha tratado a su hija mayor.
    - Pero ella es la que se muestra rebelde conmigo.
    - Muy bien, vamos a ver ¿qué cosa hace y en qué momento se torna rebelde con usted?
    - Bueno usted sabe que controlamos sus tareas, las visitas de amigas y amigos cuando no estamos en casa, si hace los quehaceres en la casa, y hasta sus cosas tuvimos que revisar y fue así descubrí que había tomado dinero de la cartera del papá.
    - Eso estuvo bien en su momento, pero si ya vio, que retomó los estudios con seriedad, liberó sus comprimisos en la escuela y ahora con su padre muestra madurez y respeto, son cosas para felicitarla, reforzarla, hágale saber su satisfacción por los logros alcanzados, eso contribuirá al cambio con usted misma.
    - Es verdad, yo voy hacer eso.
   - Ya le dije antes suéltela y de la oportunidad a ella de mostrar que puede conseguir que usted cambie con ella. Reconozca sus esfuerzos.
    - Doctora, a ella le toca venir a la terapia en la próxima sesión, quiero que aproveche para que la oriente, ahora con ese asunto de la rebeldía.
    - No señora, esa sesión de su terapia es para felicitarla, refozarla por lo bien que le fue en su escuela. La que se va a encargar de eliminar la rebeldía de la joven es usted, cambie con ella y ella lo hará con usted.
     - Pero ¿cómo lo haré?
     - Muy fácil, abra esa puerta que se llama confianza, sea su amiga, compañera.
     - A veces pienso que ella no me quiere.
     - ¿Y no se le ocurre pensar que ella pudiera sentir lo mismo con relación a usted? puede ser lógico por el hecho de que usted solo regaña y no ve las cosas buenas. Escuche bien, cuando reforzamos las conductas buenas, las desagradables disminuyen por falta de atención. Haga eso y es probable que en curso de la semana usted comience a ver buenos resultados.
    
      Esta madre, se muestra con una fijación hacia la hija mayor, pues hemos notado en el curso de la terapia y nuestras entrevistas, que ella no menciona para nada a la hija menor, tal parece que esta no existiera, por lo que trato de llevarla a poner su atención con la menor.

     - Dígame usted ahora acerca de su hija menor ¿No le parece que se olvida de ella, por las preocupaciones con la mayor?
      - Ay! doctora yo se que usted puede pensar que se me olvida, pero recuerde que ese angelito no nos da problemas, no tengo quejas, es estudiosa, obediente y nunca nos ha llegado una queja de ella, esa es un dechado de virtudes.
      - ¿Y le hace saber a ella que está usted encantada de lo bien que se comporta?
      - Todo el tiempo.
      - Es decir que esta niña siempre es reforzada ¿porqué no hace los mismo con la mayor?
     - Si lo hago, pero ella no se deja, a veces la llamo para cualquier tontería y me responde con odiosidad, por eso le digo que a veces pienso que no me quiere.
      - ¿Cómo es eso? cuénteme.
      - A veces le digo, ven acá y cuando se presenta me contesta con mala cara !qué fue ahora!
      - ¿Y no se ha dado cuenta que está acostumbrada a que la llame solo para reclamarle?
      - La verdad si, pero yo no quiero que sea así, yo soy su madre y siento que eso no es respeto. Si hubiera hecho eso a mi madre, la cara me la hubieran puesto del otro lado.
       - Usted lo ha dicho era así en su tiempo, estos son otros tiempos y se estimula el respeto, pero sin violencia, tal como lo han hecho hasta ahora, pero con la diferencia de imponer su autoridad con respeto, sin ser autoritario ni permisivo, esos son los extremos y estos nunca han sido buenos. Fíjese como usted dice que no se atrevía, talvés no solo a eso, quizás tampoco hacía algunas cosas importantes para usted a su edad.
      - Claro que si, a veces ni permiso para ir con amigas, decía que eso a verse con  los novios y yo ni tenía novio.
      - Hábleme como conoció a su marido, con tanta restriciones.
      Estalla en risas.
      - Fue en la universidad, ya usted se puede imaginar, amores escondidos.
      - Todos eran así en principio ¿como lo llevó a casa?
      - Como amigo mio y de mi tía, con ella nos apareciamos en casa.
      - Era de confianza tu tía para ti.
      - Si, parecía mi hermana porque era jovencita.
      - ¿Qué te cuesta ser para tu hija como esa tía que tuviste?
      - Yo creo que siendo la madre es difícil.
     - No lo creo, estoy segura que si te lo propones lo consigues, y así será. Espero que traiga ese cambio cuando venga con su hija en la próxima cita y en la cual es bueno contar con la presencia la menor.
      - Pero esa niña siempre está bien, no da ningún problema.
      - Así es como ustedes la ven, pero vamos a ver como se ven ellas a sí mismas.
      - Bueno, a la hora de las quejas se acusan una a la otra.
      - Entonces usted puede observar como está la relación entre las hermanas.
      - Me gustaría que me cuente un poco de historia familiar ¿cómo fue que recibió el nacimiento de la hermanita su hija mayor?
      - Ay! estaba vuelta loca de la alegría. No se despegaba de la cunita y hasta quería que se la diera para jugar. Me costaba trabajo tranquilizarla. Yo quería un varoncito, pero ya ve usted hay que conformarse con lo la vida te da.
      - Pero usted le explicaba que no podía jugar con ella porque era muy pequeña.
      - Claro! pero ella lloraba y se quejaba con el papá de que yo no le dejaba a niña.
      - ¿Y su esposo que hacía?
      - Doctora ese hombre no cambia, siempre apoyando, hacía que la dejara cargar, claro yo era quien la sostenía, pero sabía tanto que se daba cuenta y se ponía brava y lloraba. Después se puso que quería ser chiquita, usted sabe una regresión.
      - La diferencia de edad era muy grande, y ella quería la misma atención.
      - ¿Dejaron de hacerle cariños a ella, acostumbrada como estaba a ser la única?
      - Bueno, usted sabe que aquí las ñoñerías (mimos) son para los más chiquitos, así los más grandes crecen.
      - Parece que su hija mayor hasta el otro día, se sintió niñita.
      - No le digo, que siempre quiere estar pidiendo como una nena y el papá no la deja crecer.
      - Y por lo visto usted tampoco.
      - Bueno yo no, en mi casa yo soy la que pega, regaña, creo que por eso no me quieren tanto.
      - Si la quieren y cuando sean mayores, se lo agradecerán.
      - Así dicen.
      - Estuvo muy linda la historia de sus hijas, pero ha servido para que usted comprenda mejor a su hija mayor. Usted sabe que cuando nace un hermano más, los que ya está se siente desplazados, celosos y temen que no los quieran igual, más aun en casos como el de su hija mayor, era la única y de repente después de 5 años de edad ya no es el centro de atención de los padres. Es por eso que siempre se necesita orientación cuando la familia pasa por esos cambios. Porque los padres no perciben los cambios en los hijos mayores. A eso se suma las comparaciones entre las dos, con lo que abre más la brecha diferencial entre ambas.
     - Dígame eso a mi que sabiendo la situación no supe manejarlo, porque me lo advirtieron, pero ya sabe usted del dicho, en casa del herrero el cuchillo es de palo.
    - Llegó el momento de que iguale su relación con sus hijas, borre las comparaciones, porque aunque usted no lo crea también su hija menor necesita que la vean crecer como a su hermana, antes de que comience a llamar la atención.
     
    Esta madre ha hecho de su vida una única y sola preocupación centrada en su hija mayor, se olvida de que tiene una hija, y al parecer lo bien que esta hace todo, tanto a ella como al padre parece no llamarle la atención sobre las inquietudes que esta niña pueda tener.

      ENTREVISTA No. 8, PACIENTE Y HERMANA.
      
     Hoy llegan a la terapia las hermanas, entran juntas y toman asiento en las butacas una junto a la otra. Inicio con la menor, aunque ella ha participado de la terapia, no presenta hasta el momento ningún problema que amerite tratamiento y ha sido utilizada para manipular a distancia la conducta de la hermana mayor. Ella es tranquila en casa y en la escuela no provoca quejas, aunque la mayor dice que ella es un "diablito disfrazao de ángel" delante los padres.
    - Hola cómo están, yo se que todo va muy bien, papá y mamá ya me lo han hecho saber, pero me gustaría que usted - señalo a la más pequeña - me hable de como se están llevando ahora con el orden y las tareas de la casa que tiene que compartir juntas.
    - Nos llevamos bien.
    - ¿A qué le llamas bien?
    - Oh! bien, ya no discutimos y hacemos lo que nos toca a cada una.
    - ¿Y usted señorita que me dice?
    - Si, nos llevamos bien, ya se quitó la careta - ríe - y mami también le da su bochecito de vez en cuando, que antes nada mas era a mi.
     - ¿No será que igual que tu esta creciendo y ahora demanda más?
    - Ay! no, lo que pasa es que como a ella ya no hay que mandarla a estudiar, ahora a mami le está cogiendo conmigo sin razón, a veces me dispara (arremete contra ella).
     - ¿Cómo es eso?
     - Cuando llega, de una vez busca con que pelear y el que está cerca lleva.
    - Lo que pasa es que cuando mami llegaba, ella se escondía y no salía y a mi era que me regañaba
      Responde la mayor. A veces, era sin razón.
     - Recuerden que mamá tenía razón para regañarte, ella no estaba estudiando suficiente.
     - Si pero preguntele a ella, mami pelea mucho.
     - Es verdad doctora, mami pelea mucho.
     - Ya saben que mamá trabaja mucho y siempre está muy cansada y con estrés, así que sería bueno que no le den razones para que descargue sobre ustedes. Pero no se preocupen, porque ya ella recibió su terapia y ahora ustedes también van a cooperar con ella para que se sienta bien.
      - Pues ojalá que así sea, porque después yo soy la malcriada .
      Responde la mayor.
     - Permitan que les explique algo. A veces la gente se acostumbra a la rutina diaria, sin importar que esta sea buena o mala para cualquiera del grupo. Mamá se acostumbró a estar peleando todo el tiempo con ustedes y cuando consigue que se comporten bien, siente que le hace falta algo.
     - Diantres! con razón.
     Dice la pequeña mientras ríe.
     - No se ría que esto es serio.
     - Ay! perdón.
     - Ahora les llegó la hora de tranquilizar a mamá, porque parece que papá está muy bien.
     - Papi siempre está bien y lo mejor es que él no pelea, aunque casi se pone en eso contagiado por mami.
     Dice la mayor.
     - Será por ti.
     - No me digas, a quien fue que papi le dijo que ya esta grande que vaya ayudar a mami en la cocina también.
     Ver las hermanas discutir, es normal. Esto quiere decir que todo anda bien entre ellas, son capaces de opinar a favor o en contra de sus pareceres en relación con el sistema de interacción del grupo, lejos de ser un problema eso es saludable terapéuticamente hablando. Es el modo que utilizan los hermanos para interactuar, donde surge el acostumbrado "a que si... a que no".
     - Bueno ya veo que son hermanas normales, este diálogo me muestra que son iguales a todos los jóvenes de su edad. Ahora quiero que me dejes un momento a solas con tu hermana, ve a la sala de televisión y te llamaré luego.
     Trato de quedarme a solas con mi paciente, es necesario que hablemos de la terapia y el cambio logrado por ella. En apenas unos meses la joven logró un cambio tan favorable que su madre se encuentra perdida  de lo que fue su rutina en los dos últimos años escolares.
     - Muy bien ahora vamos hablar de ti, quiero que me cuentes lo que te pareció la terapia, que opinas de la misma, se que fue dura algunas veces, más de lo que tu esperabas y ahora que estamos próximos a darte vacaciones por un período más largo, quiero saber que piensas al respecto.
      - No se que decir. Pero si, es buena la terapia y también como usted dice muy dura.
      - ¿Cuando fue dura?
      - Oh! y ese boche que me echó la última vez.
      - Ah si? no recuerdo.
      - ¿Qué no recuerda y me dijo hasta del mal que voy a morir?
     Lo dice riendo, pero yo si recuerdo bien lo que le dije, solo que quiero constatar si, ella no lo olvidó y si el cambio realmente se debe a la terapia aplicada y no por pura contingencia.
       - Bueno lo importante es que, solo debo esperar unos dos o tres años, para encontrarme en uno de esos viajes que acostumbro hacer, con una linda azafata, que ya sabe hablar varios idiomas.
       - Uf! ya yo no estoy en eso.
       - Ah no!
       - No, ya me quité eso de la cabeza.
       - Entonces ¿qué vas hacer cuando termine la secundaria en la escuela?
       Ríe y se cubre la cara, como sintiendo vergüenza lo que va a decir. A mi no me extraña, los adolescentes cambian de idea como cambian de vestido. Es propio querer con afán algo hoy y desplazarlo mañana por otra cosa diferente.
      - Ahora voy a ser Psicóloga. Me hicieron un test con la psicóloga del colegio y dice que doy para eso.
     - Pues que bueno, hacen falta los psicólogos del futuro, porque nosotros nos vamos poniendo viejos y mis hijos y mis nietos necesitarán sus psicólogos.
      - ¿Y porqué usted no los atiende?
      - Porque no es legal, así como tus padres no pudieron hacerte comprender que debías cambiar, yo soy madre en mi casa y no puedo tampoco. Solo soy psicóloga aquí en la consulta. Muy bien, ahora vamos a despedir la terapia, no tienes cita hasta que liberes este nuevo año escolar.
      - ¿Tanto tiempo?
     - Si, ya has demostrado madurez suficiente para que continúes adelante por ti misma, solo que debes seguir esforzándote en hacerlo cada día mejor, ve y disfruta del éxito de tus esfuerzos, tus padres está orgullosos de ti, yo también, no me equivoqué cuando te dije que debajo de tanta rebeldía había una linda e inteligente jovencita, competitiva y trabajadora.
      - Gracias, muchas gracias!
      Se cierra el ciclo de este caso con excelentes resultados.
     Los casos de bajo rendimiento escolar son muy frecuentes dentro de terapia familiar, sobre todo en la etapa adolescente. Múltiples factores afectan el proceso de estudio y los problemas pueden generarse tanto en el seno familiar como en el recinto escolar, pero a veces no es ni lo uno ni lo otro. En este caso en particular, la paciente identificada, fue afectada por el cambio en el estadio de la estructura familiar, cuando los padres pasaron de ser una pareja con un solo hijo por un período muy extendido, a constituirse en una pareja con dos hijos. La diferencia de edad, entre una criatura y la otra fue suficiente para que la primera se sintiera desplazada por la hermana menor, entrando en competencia por el amor de los padres, donde el tiempo sin orientación para el cambio experimentado en la familia, logró que se les fuera de las manos el poder hacia la hija mayor, que se convirtió en complejo de culpa para ellos. Haberla sustituido por la hermana del mismo sexo, donde ella dejó de ser el único y novedoso amor de sus padre, desarrolló en la hija mayor temores y celos mal canalizados ante la ausencia de orientación. Naturalmente que el problema con el paso del tiempo, mostró los signos en el rendimiento escolar de la joven adolescente.
      La mayoría de las veces los tratamientos terapéuticos en estos casos, se dirigen a evaluaciones en la búsqueda de trastornos de aprendizaje, nivel de coeficiente intelectual y control de la conducta con las estrategias de reforzamiento diferencial. Esas son las herramientas con las que se cuenta en la Psicología educativa. 
     No somos dados a unificar los problemas provocado por los estadios familiares o el lugar ocupado en el orden de nacimiento, con los problemas detectados en cualquier miembro del grupo. Sin embargo ha quedado perfectamente demostrado que el lugar de nacimiento constituye uno de los factores que más influye en la personalidad de un individuo. Ser el primero y único, primero y mayor, segundo, tercero o cuarto... por poco o mucho tiempo, provocará en una persona características muy particulares. Recomiendo como terapeuta no olvidar este interesante punto en la aplicación del tratamiento terapéutico, tanto de niños como de adulto. Cuando un miembro del sistema es afectado por el desequilibrio que implica el cambio de estadio familiar y no se soluciona la situación que provoca estrés, aparece la ansiedad como primer signo y esta normal en las circunstancias del momento, pasará a ser somatizada si sobrepasa el tiempo en que tanto el miembro afectado como el grupo, no podrán tolerar mas allá del límite considerado prudente o soportable.
     Aplicamos como solución del caso, la eliminación del síntoma (bajo rendimiento escolar) con estrategias individuales para levantar la autoestima del paciente y eliminar el estrés de la madre, los miembros más intensamente involucrados en el problema, la reestructuración del sistema de interacción de los holones (miembros del sistema de poder, jerarquía y modos de interacción) Ver el mapa estructural del sistema familiar a continuación y explicación del proceso de la terapia en las figuras 1,2,3 y 4 en el cuadro inferior siguiente.
   
    LA ESTRUCTURA FAMILIAR. RESTRUCTURACION DEL SISTEMA.
             REGULACIÓN DEL SISTEMA JERÁRQUICO E INTERACCIÓN DE HOLONES.                                                                                          
                                                              /                                                                   
                     H1                T →  T = P = M          T →  P = M               P  ==  M
                ...............       ►   ....................  ►        ..................     ►   ---\\------//---
                  P = M                       H1  |  h2        T→    T= H1 | h2     T ←T  H1 = h2
                ...............
                      h2
             ______________________________________________________________________       
                     fig. 1                                  fig.2                             fig. 3                              fig.4
             
                                                                              Mapas de interacciones.                                                                          
  
     a) En la figura No.1 se puede observar a la hija mayor (H1) ocupando el lugar de la pareja, el padre y la madre, en tanto que ellos se presentan por debajo de ella, en un segundo lugar, mientras que la hija menor aparece en el lugar correcto en relación con los padres y alejada de la hermana mayor. Es un sistema familiar disfuncional, tal como llega a la terapia. Nótese los límites del poder indefinidos (.....)
     b) La figura No. 2 muestra como el terapeuta (T) entra al sistema, el holón conyugal (P = M) muestra una relación funcional y un padre periférico ( / ), por lo que la terapia se aplica en torno a colocarles en posición jerárquica de poder sobre las hijas, hacer que el padre asuma responsabilidades compartiendo con la madre la tarea de criar y corregir. Quita el empoderamiento a la hija mayor (H1) y estableciendo el holon parental, en el orden funcional cuya interacción es disfuncional (H1 | h2).
     c) En la figura No. 3 el terapeuta entra en el holon parental y establece un sistema de interacción funcional (H1 = h2) antes disfuncional.
      d) Figura No. 4 el terapeuta sale del sistema, presenta el resultado de la estrategia aplicada con la regularización del sistema de jerarquía y la interacción funcional del holon parental, con los límites flexibles (----).
   
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